200. “El gato apareció un día y desde entonces siempre estuvo allí. No
parecía pertenecer a nadie en especial, a ningún departamento, sino a todo el
edificio. Incluso su actitud hacia suponer que él no había elegido el edificio,
haciéndolo suyo, sino el edificio a él, tal era la adecuación con que su figura
se sumaba a la apariencia de los pasillos y escaleras…” (Así comienza “El Gato”
de Juan García Ponce, escritor, ensayista y dramaturgo mexicano, ganador del
Premio Juan Rulfo)
199. HUMOR: El avance tecnológico que le arruinó la siesta a los gatos.
198. "A mí me gustan los gatos, pero son demasiado exigentes. Los
perros se conforman con tu cariño, pero los gatos te exigen adoración. Es que
no han podido superar haber sido dioses en Bubastis". (Lucy Maud
Montgomery)
197. La música no lo era todo para Dimitri Shostakóvich. Lo entretenía jugar
ajedrez, póquer, pasear en bicicleta, ver fútbol y estudiar sus reglas, anotar en
viejos cuadernos las más variadas estadísticas de los campeonatos de las
diferentes ligas europeas, era un fanático del fútbol, incluso llegó a dirigir
como árbitro. Pero su gran pasión, desde su infancia, fueron los gatos, sabía mucho
sobre todas las razas, y eran los únicos autorizados a permanecer en su estudio
cuando trabajaba en sus composiciones.
196. Hans Baldung Grien, “El Sabbath de las Brujas”, grabado en madera de
1510, con el gato (siempre presente en su obra) en la esquina inferior derecha.
La devoción que Baldung sentía por los gatos le trajo problemas cuando le fue
imputada como “un irrefutable indicio de su malsana concepción del arte”, según
el obispo de Estrasburgo, que lo acusó de "profesar fidelidad a la
brujería, uno de cuyos símbolos malditos es el gato”, por lo que el artista se
vio obligado a concentrarse en los temas religiosos de conformidad con el
espíritu de la Reforma. Su estilo expresionista, imaginativo, se vio plasmado
también en retratos y diseños para cristalería en los que siempre se las
ingenió para incluir la figura del gato. Baldung vivía rodeado de gatos, los
suyos y los que llegaban a su taller en busca de albergue o alimento.
195. "Si nuestros gatos se portan mal es porque nosotros hicimos
algo mal. Las personas debiéramos aprender el idioma gatuno. Pestañear,
hacerles ojitos, entender que mueven la cola cuando están nerviosos, casi enojados", aconseja el veterinario argentino Juan Enrique Romero.
194. La top model rusa Anja Konstantinova admite: "Amo a los gatos
con locura. La sola presencia de un gato me seduce. En los desfiles y en las
producciones fotográficas trato de imitar su andar, sus movimientos. Es tal la
conexión que siento con ellos que hasta me los he tatuado por todo el cuerpo,
en la espalda, las muñecas, tengo uno en una pierna, una silueta estilizada en
el pubis, otra en el cóccix, ‘gato’ escrito en ruso en un brazo y en inglés en
la nuca, además de la onomatopeya anglosajona del maullido en el labio inferior
dentro de mi boca”.
193. Anja Konstantinova en la tapa del Número 1 de Puss Puss, una de las
más interesantes revistas sobre gatos, mostrando el tatuaje con la onomatopeya
anglosajona del maullido en el labio inferior dentro de su boca.
192. “Los gatos y las mujeres hacen lo que les place. Los perros y los
hombres deberían relajarse y acostumbrarse a esa idea...” (Robert A. Heinlein,
escritor de ciencia ficción)
191. “La noche hace cosas muy extrañas en un hombre/ Son esos
sentimientos de gato viejo que vos no entendés” canta Tom Waits en la canción
“I Hope That I Don't Fall In Love With You” de “Closing Time”, su disco debút.