Victoria alada de Samotracia
Ella perdió la cabeza
No tiene ojos para buscarla
Tampoco sabría dónde encontrarla
Perdió su larga cabellera al viento
La fe, su identidad, cada secreto
Todo vestigio de memoria
Ni siquiera sabe que la llaman Victoria
Como la puedo imaginar
Las alas mojadas, encendida de furor
Avanzando contra un vendaval
Ella perdió la cabeza
No tiene adónde ir
A nadie sabe temer
Ni qué será sufrir
No tiene ayer ni porvenir
Porque no sabe saber
Ni lo que es ser ni lo que es vivir
Si acaso después no vendrá antes
Como ocurre en el arte
Donde antes puede venir después
Ella perdió la cabeza
No tiene voz ni dios ni certezas
No le quedan besos ni odios ni sueños
Ni belleza ni mentiras ni vergüenzas
No sabe que su alma nunca tuvo dueño
Que una mañana no volvió a despertar
Y que ya no pudo volar
Sobre la batalla, hasta las estrellas
Y no sabe cuánto nos vemos en ella
Siempre he pensado que las esculturas reflejan la realidad de algùn momento o lugar, de algo que existió y en éste caso hubiese sido un dolor enorme que esa mujer sufrió.
ResponderEliminarTe mando un gran abrazo en éste día de Otoño helado pero precioso...alfombrado de oro.
Besos
mar
Muchas gracias, Mar. ¡Abrazo de oro!
ResponderEliminarEl copyright es tuyo de aquí en más. Lo voy a usar para las despedidas. Estuviste genial.
Niké, La Victoriosa, la Independiente, que
ResponderEliminar"Ni siquiera sabe que la llaman Victoria
Como la puedo imaginar
Las alas mojadas, encendida de furor
Avanzando contra un vendaval"
Genial.
Gracias, Juan. Así me salió para mi poesía escultórica preferida.
ResponderEliminarLa poesía también puede ser delineada y eternizada en mármol, no?
Mi poema escultórico preferido, debí decir.
ResponderEliminarEl silencio de las catedrales, de las estatuas, de las fuentes de agua de las plazas,cuanto nos dicen, y que bien lo expresa tu poema Carlos.
ResponderEliminarAbrazos y besos.
Gracias, Adriana. Los escultores poetas, sí, muchos de ellos, iluminados. Igualmente para vos; el doble, mejor.
ResponderEliminarYa no sé que fue primero, si la escultura estimuló el buen hacer del poeta, o sólo esa imagen es el complemento ideal para enmarcar el poema.
ResponderEliminarSea de una u otra forma, me ha encantado.
Si hay algo que siempre me ha asustado, es perder algún día la cabeza, no saber ni quién soy, ni de donde vengo ¿Qué sería de mí sin mis recuerdos?
Cariños y buen fin de semana.
kasioles
"¿Qué sería de mí sin mis recuerdos?..." Qué más puedo agregar que muchas gracias, Kasioles, generosa y sustanciosa, como tus recetas. Un gran abrazo.
ResponderEliminarPerder la cabeza es impactante esa imagen, pero no, tu poema nos adentra en algo mas importante, un abrazo feliz Carlos!
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen, un gran estímulo tus palabras. Un abrazo aún más feliz para vos...
ResponderEliminar