960. Luna Miguel es una periodista española,
editora y escritora de narrativa, ensayo y literatura infantil, mina gatera si
las hay, y gran poeta, vean si no… “Pensemos en un hospital lleno de gatos /
pensemos, los huesos se comen a los huesos / las uñas son un gesto / el
esqueleto felino / su olor / pensemos en gaviotas y en carroña /en ese color
que maúlla / en ese color / como aquel momento sólo como aquel momento / en que
las ratas se esconden / miau / miau / se esconden porque el cielo habla de
tormentas / o ese momento exacto en que hasta el sol se marcha / y el cielo
suena vacío revolviendo la mañana / para que caigan sucios sus copos / ese
aquel ese aquel miau ese / pensemos quimioterapias y pulmones / pensemos en
derramar nata sobre ciruelas muertas / pensemos en ese y en aquel / el gato
está en la silla y se ha portado mal como se portan los mundos / cuando maduran
/ y aquí el mundo ya no crece porque hay vacas que nos guiñan el ojo / y aves
defendiéndose del cuchillo / pensemos como ciudades como mujeres / como mujeres
que olvidan / pensemos en el nombre de Joan-Marc / pensemos la lectura en la cocina
/ ahora que con las flores me mudo a Marruecos / pensemos en el ruido, en el
premio / en la siesta de los sábados / pensemos que el hospital está lleno de
gatos y no hay manera / no, no hay manera de sacarlos.” Léanla,
por ejemplo, en su blog http://www.lunamonelle.com/
959. William Burroughs junto a su amado Rusty y
en compañía de Allen Ginsberg en Lawrence, Kansas City, el 18 de marzo de 1992,
en una foto lograda por James Grauerholz. A la ciudad de Lawrence el autor de
“El almuerzo desnudo” se había retirado a morir junto a sus gatos y allí era
visitado por todos en peregrinación: desde Kurt Covain a Frank Zappa pasando
por Patti Smith o James Holden. Sus últimas palabras encontradas en su diario
íntimo y escritas tres días antes de fallecer fueron: “No hay suficiente
sabiduría, experiencia, ninguna maldita cosa. Ni Santo Grial, ni Satori Final,
ni solución. Sólo conflicto. Lo único que puede resolver el conflicto es el
amor, como el amor que sentí por Fletch y Ruski, Spooner y Calico. Amor puro
por mis gatos. Lo que siento por mis gatos pasados y presentes. Amor. ¿Qué es?
El analgésico más natural que hay. AMOR."
958. “Los gatos son siempre tan impredecibles. De
Coca, mi gata, adoro su forma totalmente descarada y sensual de demandar
afecto...” asegura la actriz argentina Érica Rivas)
957. “Observar un gato terriblemente absorto y
atento apuntando a su presa. O al apresarla. Quizá sea una mariposa, una hoja,
un trozo de papel, un insecto. Cuando ha alcanzado el objetivo de pronto el
gato se distrae. Los etólogos llaman a este movimiento Übersprung. Se produce
poco antes del golpe mortal. Vemos al gato moverse y desplazar a su presa como
si fuera una pluma. Los últimos movimientos. La mariposa baila en su agonía.
Vibra imperceptiblemente, lo bastante como para aún despertar el interés del
gato. Y él se distrae. Se aleja. Con calma muta el rumbo. Muta el rumbo mental.
Es como un momento muerto. Es la estasis. Parece que nada le interesa. Parece
haber olvidado las temblorosas alas que apenas unos instantes antes habían
reclamado su total atención. Lo que antes le había poseído, como si hubiera
sido una idea o un pensamiento. Ahora él se distrae. Mira para otro lado.
Pero...' (Fragmento de “El último de la estirpe” de la escritora suiza en
lengua italiana Fleur Jaeggy)
956. Edgar Allan Poe tuvo dos gatos llamados
Cattarina y Plutón. Ellos quedaron inmortalizados en “El gato negro” donde Poe
sostiene que eran “brujas disimuladas”. También participaron en otros cuentos
como “El escarabajo de oro”, “Los crímenes de la calle Morgue”, “La carta
robada” y “La barrica de amontillado”. (Reseña de Omar López Mato en https://historiahoy.com.ar/)
955. Irène Nemirovsky fue una escritora rusa que
escribía en francés. Había nacido en Kiev el 11 de febrero de 1903 y murió el
19 de agosto de 1942 en el campo de exterminio nazi en Auschwitz. Había sido
muy exitosa en la Francia de los años treinta, pero cayó en el olvido durante
la II Guerra Mundial. Fue capturada meses antes que su marido, Michel Epstein,
quien también moriría en la cámara de gas de dicho campo en noviembre. Ambos
fueron apátridas puesto que nunca lograron que Francia les concediera la
nacionalidad, pese a que llevaban viviendo por más de 20 años en ese país.
Irène amaba a los gatos, había convivido con ellos toda su vida. En esta
fotografía se la ve con su gato Kissou en 1928. Eran tiempos en los que nada hacía
siquiera sospechar su trágico final.
954. “Este gato se está poniendo viejo / Hacen
algunos meses / Hasta su propia sombra / Le parecía algo sobrenatural. / Sus
mostachos eléctricos lo detectaban todo: / Escarabajo, mosca, matapiojo. / Todo
tenía para él un valor específico. / Ahora se lo pasa / Acurrucado cerca del
brasero. / Que el perro lo olfatee / O que las ratas le muerdan la cola / Son
hechos que para él no tienen ninguna importancia. / El mundo pasa sin pena ni
gloria / A través de sus ojos entornados. / ¿Sabiduría? ¿Misticismo? ¿Nirvana?
/ Seguramente las tres cosas juntas / Y sobre todo tiempo transcurrido. / El
espinazo blanco de ceniza / Nos indica que él es un gato / Que se sitúa más
allá del bien y del mal.” (‘PussyKatten’, poema de Nicanor Parra, ilustrado por
Daniel González Muníz)
953. Desde los días de la cuarentena por la
pandemia de COVID-19, Anthony Hopkins bien subiendo a Instagram unos videos con
imperdibles momentos junto a su amado gato Niblo (“siempre en nuestros
corazones”, epigrafió) con quien decidió pasar mucho de su tiempo, tocando el
piano para él, jugando o hasta “conversando” sobre la vida y el mundo...
952. “Siempre que surge el tema y puede decirse,
hablando con moderación, que surge como cuarenta veces por día, invariablemente
alguien declara: «No, no me gustan los gatos, me gustan los perros». El
comentario dicotómico afín, que es igualmente popular, predominante y banal,
sería «No, no me gusta Dickens, me gusta Thackeray ». Como convenientemente ha
señalado para la posteridad James Branch Cabel: «Para la mente filosófica
parecería igualmente sensato negarse a participar en un juego de billar sobre
la base de que uno es aficionado al arenque». Sin embargo, ambas controversias
persisten y aún los pensadores continúan obligando a Dickens y a los gatos a
clasificarse en categorías. Los amantes de los perros en el sentido opuesto
(puesto que es posible cuidar tanto a los perros como a los gatos, del mismo
modo que es posible leer ‘Pendennis’ y ‘Bleak House’ con igual deleite), dicen
del suave pompón que es astuto y malicioso, ladrón e ingrato, distante y cruel,
y amigo del hogar, su territorio, y no del hombre de casa. De esta opinión
desconsiderada e irreflexiva ha derivado el despectivo cataléptico adjetivo ‘catty’,
el cual, cuando es usado en su sentido comúnmente aceptado, me parece
particularmente abominable, lo mismo que calificar como maliciosa a una mujer
por el sólo hecho de ser divertida y agraciada. Los amantes de los gatos, por
su parte, tan apasionados que de hecho en París se han ganado el mote de ‘félinophiles
enragés’ no han sido ingenuos. Cariñoso, sensible, inteligente, fiel y sincero
son algunos de los epítetos que indistintamente les prodigan a sus adorados
mininos…” (Así comienza el tratado, bastante más que un libro es “The tiger in
the house” del escritor, fotógrafo y devoto amante de gatos Carl Van Vechten)
951. “Cuando escuchaba a ciertas personas ignorantes del carácter del gato decir que ellos no son tan cariñosos como los perros, o que son fríos y egoístas, solía luego reflexionar que eso se debía a que no habían convivido como él muchos años con un gato, por lo que era razonable que no entendieran el encanto y la amabilidad de los gatos, criaturas sensibles que suelen no mostrar ni buscar afecto por parte de sus dueños en presencia de terceras personas, además de aparecer como distantes para no entorpecer ni atosigar, como una prueba de respeto.' (Fragmento de 'La gata, Shozo y sus dos mujeres' del escritor japonés Junichiro Tanizaki)
(Obras de René Magritte)
(Los Orígenes del Lenguaje de René Magritte. Dos
versiones)
950. “Un gato se asoma por debajo de un coche. De
pronto, sale de su escondite, se escabulle silenciosamente unos metros más allá
y empieza a restregar su pelaje moteado contra la pared de ladrillo rojo. ¿Lo
notaste? Eso es amor…” nos dice Iris Murdoch, o, en palabras de Isabel a su
cuñado Edmund, protagonista de The Italian Girl: “¿Ves ese gato? Hasta hace
poco yo no lo podría haber visto. Ahora existe, está ahí, y mientras está ahí,
yo no estoy; simplemente lo veo y lo dejo ser… Así es cómo uno, de pronto, es
capaz de ver el mundo y amarlo, así es cómo uno se sale de uno mismo”. Haciendo
eco del pensamiento de Simone Weil, esa mística heterodoxa y peculiar que
inspiró a Murdoch, podemos decir que amar es prestar atención y, por lo tanto,
que amar tiene algo de llamado y algo de conocimiento a la vez. El amor es una
especie de deber epistemológico, deber que cimbra a los personajes de esta
escritora irlandesa heterodoxa y peculiar. Al leer sus novelas tienes que
prestar atención a las acciones de los personajes y a sus impulsos internos,
tienes que prestar atención a las palabras sencillas y potentes del narrador, a
la ironía, a veces devastadora, a veces graciosa, que rezuman sus situaciones
dramáticas y disparatadas. El gesto más sencillo y sin importancia puede ser el
fundamento del amor. ¡Tienes que prestar atención! (José Terán,
profesor universitario y creador de Cultura Mínima, escribió “El gato de
Iris Murdoch” para https://minimonecesario.com.mx/)
949. El escritor chileno Enrique Lafourcade
presentó ayer martes su nueva obra “Puro Chile es tu gato azulado” en la que
con su humor e irreverencia acostumbrados muestra la amplia variedad de gatos
presentes en la obra de poetas como Delia Domínguez, Jorge Tellier y Pablo de
Rockha, entre otros. En esta oportunidad Lafourcade se refirió al nuevo Premio
Nacional de Literatura, Volodia Teitelboim, de quien también destacó sus
características felinas: “Volodia es un gato esencialmente bueno y manso, un
gato muy domesticado. Mire que no reconocer que Josef Stalin se portó mal
durante el socialismo; tiene que estar muy domesticado. Ese es el único
reproche que yo le hago a Volodia” manifestó el autor de “Palomita Blanca” y
“La Fiesta del Rey Acab”. (Nota publicada sobre el escritor galardonado, en la
foto junto a Miel, su gato, el miércoles 4 de Septiembre de 2002 en
cooperativa.cl)
948. Sylvester Stallone y su esposa Jennifer
Flavin, padres de tres hijas ya grandes,
acaban de celebrar sus 25 años de casamiento, Bodas de Plata, pese a la
revolución que en su hogar viene causando la nueva integrante de la familia a
toda hora obsesionada por conseguir la atención y los mimos del dueño de casa,
lo que ha provocado los razonables celos de su esposa e hijas. Resulta que la
gatita Mabel se desespera por lamer y besar el cuello de la estrella de Rocky,
incluso mientras duerme, debido a que el actor decidió empezar a ponerse una
nueva marca de colonia que, según aclaró, de ninguna manera está dispuesto a
dejar de usar porque se perdería los mimos de su adorable Mabel. (Encontrado en
https://world.bemoo.xyz/)
947. Esta emblemática obra de 1928, "Gato y
Pájaro", es actualmente exhibida en el Museo de Arte Moderno de Nueva
York. Fue realizada en óleo y tinta sobre un lienzo enyesado y finalmente
montada sobre una tabla de 38,1 x 53,2 cm. Paul Klee, su autor, fue uno de esos
artistas a los que cuesta encasillar. Definir o etiquetar su trabajo es casi
imposible puesto que encontró inspiración en el expresionismo, el cubismo y el
surrealismo. Klee buscó y logró siempre utilizar la línea, la figura y el color
por sí mismos, más que como mera representación del mundo “haciendo visibles
sus más íntimas convicciones”, y este cuadro es un perfecto ejemplo de esto: los
elementos reflejan más el interior de la mente del gato que una ilustración
fidedigna. El pájaro se encuentra en la cabeza del felino sugiriendo sus
apetitos y fantasías. ("Los pintores obsesionados con los gatos",
extractado de un artículo de https://www.vice.com/)
946. “¿Por qué los ojos del gato relucen en la
oscuridad? Porque poseen un mecanismo de ampliación de imagen en la parte
posterior de los ojos. Se trata de una capa llamada ‘tapetum lucidum’ que
literalmente significa ‘alfombra brillante’ y que actúa como un espejo detrás
de la retina reflejando la luz hacia las células retinianas para que el gato
pueda ver incluso con una ínfima cantidad de luz. Por esta razón los gatos
detectan movimientos y localizan sendas u objetos en la semioscuridad que
resultan por completo invisibles para nosotros los humanos. Cabe aclarar que
pese a esta eficiente habilidad no es cierto que los gatos puedan ver en la
oscuridad total. En una noche negra sin luna se les dificulta la visión, por lo
que pasan a guiarse por los sonidos y los olores que son captados por sorprendente
la sensibilidad de sus bigotes y ya no por la vista.” (Desmond Morris nos
desasna sobre este asombroso y extremadamente sensible ser que es el gato en
“Observe a su gato”, libro que que me aportó Volarela, poeta y escritora cuya
lectura pueden disfrutar en https://volarela.blogspot.com/)
945. Brassens le decía Gato a sus gatos. No los
nombraba porque no los llamaba, dejaba que se acercaran a él si les apetecía y,
por la foto, no es difícil deducir que le estaban a cada rato encima. “El gato
tiene un alma soberana, es ante todo independiente, por lo que rechazará a
cualquier amo que se le quiera imponer. Escoge con quién quiere vivir y será su
amigo fiel hasta la muerte, sin bajezas ni servilismos, de igual a igual.”
Cosas como estas decía de los gatos Georges Brassens.
944. El escritor japonés Jirō Osaragi
(1897-1973), según testimonios de familiares y amigos, llegó a tener y a
alimentar en su residencia de Kamakura a cerca de 500 gatos. La razón fue una
sola. Desde muy chico se había prometido que jamás le cerraría la puerta de su
casa a un gato que necesitara alimento, cuidados o refugio.
943. La actriz de 'The Vampire Diaries' está muy
triste por la muerte de su gata. Era su mejor amiga, la rescató de la calle y
estuvieron juntas 19 años, pero este último fin de semana tuvo que decirle
adiós a “Lynx” para siempre. Nina Dobrev hizo pública la noticia el sábado
pasado, agradeciendo a sus fans por el apoyo. Luego publicó en Instagram una
hermosa sesión de fotos donde aparece en momentos muy personales, como
recostada en un sofá acariciando a su minina. “Para mi dulce ángel…me diste
tanta alegría, tantas caricias, innumerables besos. Aún recuerdo cuando te
traje a casa, tenías el tamaño de una taza de té. Eras tan graciosa y tierna, y
supe, desde el momento en que te vi, que vos eras mi alma gemela. Nuestro viaje
juntas comenzó y fuimos inseparables; crecimos en Toronto, luego fuimos a
Atlanta y viajamos por todo Estados Unidos, siempre juntas, incluso vimos el
Gran Cañón... Nuestro último capítulo fue en Los Ángeles” posteó. (“Nina Dobrev
perdió a su mejor amiga” por Lucía Alejandra Celis Fídhel)
942. “Cuidado con el poder de las palabras” me
dijeron una vez. Buen consejo. Una puede perderse entre extrañas acumulaciones
de letras, volando a lomos de dragón o descubriendo el latido del corazón
humano. Y no es nada fácil volver. Por eso escribo. Porque creo en esa magia
que desorienta al Tiempo y a la Oscuridad. Mis cuentos han aparecido en
revistas digitales de fantasía y ciencia ficción, y en algunas antologías en
papel. Y hace poco me animé a publicar un libro de relatos. ¿Qué más? Nací en
Mendoza, en invierno. Amo la montaña, viajar y los gatos. Mi sueño es recorrer Argentina
en motorhome, escribiendo, leyendo y sacándole fotos a mis gatas Wata y Winter
en diferentes paisajes...” dijo la escritora y docente Gisela Lupiañez.
941. “A mis gatos Zelda y Sammy los miro a los ojos y me doy cuenta que son alguien, no algo. Alguien que merece atención y respeto, por el sólo hecho de ser seres vivientes, lo que por supuesto incluye a todos los animales, los de la selva, los de granja, todos…” (James Franco)