560. «En mi
sueño soleado / no tengo más que un deseo / Un banco en mi jardín / y un gato
dormitando al sol / En él quisiera sentarme
/ con tu carta en mi regazo / Tu única carta de pocas palabras/ Así es mi
sueño.» (“Mi sueño”, poema de Edith Södergran, 1892-1923, figura central de la
poesía rusa)
559. “Sólo a
este gato siento deseos de protegerlo y de cuidar que nadie le haga daño.”
(Christine Laverne Falling, asesina serial norteamericana nacida en 1963 y presa
desde 1982 tras recibir una condena a cadena perpetua en
la cárcel de Homestead, Florida)
558. Expo Andrés
Cascioli en Eudeba de Avda, Rivadavia 1571 hasta el 31 de julio del corriente.
En la muestra, curada por su esposa Nora Bonis y su hija Malena, pueden verse
sus trabajos publicados en las revistas de Ediciones de La Urraca, Humo(r)
y Satiricón, como así también una cantidad de caricaturas
inéditas en gran formato y dedicadas a figuras relevantes de distintos ámbitos
culturales. Entre los personajes y personalidades que Cascioli eternizó se
destacan Cortázar y su gata Flanelle. A no perderse entonces la muestra de este
artista imprescindible de la cultura popular argentina, Andrés Cascioli.
557. La
fotógrafa Inés Ulanovsky tenía 17 años cuando ocurrió el atentado a la
Asociación Mutual Israelita Argentina (del que hoy se cumplen 25 años sin que
la justicia argentina haya encontrado ni a los ideólogos y ejecutores ni a sus
encubridores. Inés vivía con sus padres, el periodista Carlos Ulanovsky y la
también fotógrafa Marta Merkin, en un departamento ubicado en la esquina de
Viamonte y Pasteur, a metros de AMIA. El 18 de julio de 1994, antes de la
explosión, algo inquietó a Rita, la gata de Inés, que se metió de forma
violenta dentro de su cama. “Estaba durmiendo.
La gata me despertó y pude ver que la cortina que tenía frente a mi cama
se movía como una especie de ola, metiéndose adentro de la casa. Logré taparme
con el acolchado antes de escuchar el estruendo. Después, tembló todo. La onda
expansiva destrozó los vidrios de las ventanas que volaron como cuchillos. El
acolchado quedó lleno de vidrios, empapado por el agua de una pecera que tenía
sobre el escritorio y que también explotó. Ensordecida, me levanté de la cama y
descalza caminé por la habitación. Estaba todo el piso cubierto por una
alfombra de vidrios. Al llegar a la escalera me encontré a mis padres y juntos
vimos por la ventana cómo el edificio de AMIA se derrumbaba…” (Rita, la gata de
Inés junto a la pecera en una foto del día anterior al atentado. Extractado de http://www.infojusnoticias.gov.ar)
556. Barbarella
Buchner se hizo famosa por haberse casado en Londres, y con papeles, con sus
gatos Spider y Lugosi. El trinomio vive actualmente en Puerto del Carmen, Lanzarote,
España, y figura en el Libro Guinnes de Los Records… Cosas de la libertad.
555. Paul Gauguin pintó muchos gatos. Pero
ante la pregunta sobre lo que sentía por ellos no dudó en afirmar: “¿Si tengo
predilección por los gatos? No predilección, admiración.”
554. “Necesito
un gato, no hay vuelta atrás. Necesito que se revuelque en mi espalda antes de
dormir y maúlle entre murmullos. Decirle un nombre elegido especialmente y que
no responda en absoluto y sólo voltee su mirada si digo 'Michi' o cualquier
palabra sin sentido. Necesito un gato que haga ruido al comer sus galletitas,
que mastique furioso como si, en lugar de un felino lánguido, fuera un
dinosaurio en un metro cuadrado, disfrutando su banquete. Necesito que juguemos
de patas y me atrape, o que me mire y me maulle insistente al abrir una lata de
atún. Necesito un gato y no hay vuelta atrás. Ya, incluso, puedo decir que no
es sólo a Neyén Fausto a quien necesito (mi gato eterno, por siempre, ojos
celestes), sino un gato –cualquiera sea– cualquier felino de cuatro patas que
me entregue su amor y yo, sin más universo en las manos que todo mi amor,
entregárselo a él. Necesito un gato que se acomode sobre mis piernas en la
noche y que durante el día se abolle en mi almohada y me mire, cada tanto, como
sin querer. Que mientras hace sus siestas esté ahí para molestarlo mientras
escribo y que las palabras, entonces, vuelvan a fluir. Sé que no dirá nada malo
de mí si cada tanto, leo párrafos, vehemente, en voz alta, mientras corrijo o
leo libros de otros. Sé que no dirá nada, será reservado, y estirará sus patas
peludas en señal de que escuchó todo. Eso necesito, eso, nada más.” (‘Dulce y
arisco’, por Angie Pagnotta, encontrado en http://matesliterarios.blogspot.com,
su blog personal.)
553. “Hubo una vez un gato llamado Cristiano
Loco / que no vivió lo suficiente para contarlo / Tenía el corazón bello, joven
y alegre / y se sabía todos los secretos de la vida / Siempre llegaba a tiempo
para desayunar / corría entre tus pies persiguiendo la pelota / Era más veloz que
un caballo de polo / tenía la cola como un plumero / Era más negro que la noche
y más ligero que la luz / Y por eso los gatos malos me lo mataron en otoño.”
("A Cristiano Loco", en la foto junto a Ernest Hemingway)
552. Joris-Karl
Huysmans (1848-1907), máximo exponente del decadentismo francés, amante de los
gatos y el tabaco negro, fue un escritor desencantado con la vida, a la vez que
un ferviente enamorado de la literatura y las artes. Parisino por naturaleza,
escribió varias muy elaboradas novelas, entre las que se destaca, en 1884, “A Rebours”,
ilustrada por Auguste Leroux.
551. “Última
Cena”, fresco de la Capilla Sixtina pintado en 1482 por Cosimo Rosselli,
artista cuya obra se caracterizó por la puntillosidad para plasmar detalles
anecdóticos con la misma rigurosidad y eficiencia con que trabajaba escenas de
gran religiosidad, pinta aquí en la parte inferior, en primer plano y a los
piés de Jesús y sus apóstoles, el enfrentamiento entre un perro y un gato junto
a unas vasijas y bandejas, mientras llama la atención la presencia de unos
ignotos espectadores a ambos lados de la sagrada escena.