jueves, 27 de abril de 2023

Expect' tanka ---

 




No soy de pensar
En lo que no pudo ser
Ansío mejor
Que sea lo impensado
O lo que sería más bien



viernes, 21 de abril de 2023

La realidad sucede inestable ---

 


(Obra de Maurits Cornelis Escher)


La realidad sucede inestable
Consta de hechos que son cada vez más interpretables
Por lo que debiéramos de una vez por todas considerar
La existencia de infinidad de realidades
Aún las imposibles y hasta las que pudiéramos juzgar como irreales
La realidad es una intencionada ficción en permanente construcción
(Como la historia, las ideas, los sueños, los recuerdos
Y otras emanaciones inescrutables)
En tanto la duda y el cambio son las únicas certezas reales posibles
¡Queda excluida la verdad puesto que puede remedarse o fraguarse!
La realidad sucede inestable
¡Tal es la impermanente forma de ser que ella encontró para comportarse!


viernes, 14 de abril de 2023

La insatisfacción según Chuang-tzu y Franz Kafka ---

 


 

Me hubiera encantado tener tu duda, Tzu
Pero tuve que enfrentar la atrocidad
De descubrirme cucaracha al despertar 
A mí me encantaría ser un hombre, Franz
Para poder soñar que soy una mariposa
Y no ser la mariposa que soy en realidad
Pero lograste despejar tu duda, Tzu
En tanto yo me he convertido en esta cosa
Por no haber sido capaz de soñar 
No veo que haya diferencia real, Franz
Más allá de mi veleidad de ser un hombre
¿Qué sueño finalmente no deja dudas? 
Hay sueños de los que uno no quisiera
despertar, Tzu 
...Como también dudas que conviene
no despejar jamás, Franz




sábado, 8 de abril de 2023

Epígrafes (32) ---

 




¿Qué hay entre uno y otro sucesivo momento...
Sino un eterno devenir del mismo espaciotiempo?



domingo, 2 de abril de 2023

Tanka autopercibido ---

 


(Fotografía de Maurice Tabard, 1931)


Voy siendo en mí
Tantos al mismo tiempo
Que nunca solo
Uno me autopercibo
Por más que lo intento


Bolsa de Gatos 991/1000

 




1000. Ella me enseñó a amar a los gatos, ella me enseñó tantas cosas que en su momento no valoré como ahora lo hago. En esta fotografía de 2001 se la ve enseñándole a su nieto Lautaro a amar a Suri, uno de nuestros gatos. Lo que son las cosas, ella falleció un 30 de marzo de 2017 y esta entrada número 1000 de mi Gaterío corresponde editarla también un 30 de marzo. Rara confluencia de hechos que se concatenan para que le dedique esta entrada a Dora Francisca Bavio de Perrotti, mi Querida Vieja. 





999. “El estilo es la respuesta a todo. / Una manera desenvuelta de afrontar algo aburrido o peligroso. / Hacer algo aburrido con estilo es mejor que hacer algo peligroso sin estilo. / Hacer algo peligroso con estilo es lo que yo llamo arte. / Torear puede ser un arte. / Boxear puede ser un arte. / Amar puede ser un arte. / Abrir una lata de sardinas puede ser un arte. / No muchos tienen estilo. /  No muchos pueden conservar el estilo. / He visto perros con más estilo que hombres, / a pesar de que no muchos perros tienen estilo. / Los gatos lo tienen en abundancia…” (Fragmento de “Estilo”, poema de Charles Bukowski)





998. “Pronto, la carne que la tumba se devoró / Volverá a ser parte de mí / Seré otra vez una mujer sonriente / Apenas tengo treinta años y, como los gatos / He de morir siete veces / Esta será la tercera / Qué desperdicio / Eso de aniquilarse cada tanto…” (Fragmento de “Lady Lazarus”, poema de la malograda gran Poeta amante de los gatos Sylvia Plath)





997. Entre los objetos personales que la poeta Sylvia Plath dejó tras su muerte aquel 11 de febrero de 1963 se encuentra este dibujo epigrafeado: “Gato francés curioso”. En su enigmática mirada habitan las preguntas que nunca se responderán, las encrucijadas que jamás se resolvieron, el sufrimiento que no se redimió. La frágil cabecita de este gatito se asoma queriendo saber lo que pasa de este lado de la pared o de la puerta; sin embargo, no proyecta sus ojos en nosotros sino hacia algo que parece estar a nuestra izquierda, tal vez junto a nuestro cuerpo, algo que ni siquiera sabemos lo que es, algo indescifrable, que queda en sombras. (Epígrafe encontrado en la web)





996. En el lujoso Hotel Algonquin de Nueva York, en cuyo bar desde 1919 se reunían los miembros de la famosa Mesa Redonda del Algonquin, entre los que se encontraban Dorothy Parker, Alexander Woolcott y Harpo Marx, vivía un gato. Cuentan que en los años treinta un minino bastante desaliñado entró en el hall en busca de comida. Frank Case, que entonces era el dueño del hotel, estuvo a la altura de su reputación de perfecto anfitrión y le dio de comer. El gato se instaló y se convirtió en el primero de una larga lista de gatos residentes en el hotel. Se le bautizó como Rusty, pero la leyenda cuenta que el actor John Barrymore, que en aquella época interpretaba a Hamlet, decidió llamarlo como el célebre príncipe danés. Hasta la fecha ha habido en el hotel siete gatos machos llamados Hamlet y tres hembras de nombre Mathilda. La residente actual es Mathilda III, una preciosa rag-doll rescatada de la North Shore Animal League, la mayor protectora animal del mundo. Primero ella se instaló en las oficinas del hotel, pero no tardó en pasarse al lobby hasta apropiarse, como se puede ver en la foto, de una butaca de la Recepción. Cada año el Hotel Algonquin celebra el cumpleaños de Mathilda. En 2002, cuando cumplió siete años y ante un centenar de invitados, Mathilda saltó encima de su tarta de cumpleaños y se alejó dignamente dejando un rastro de crema sobre la alfombra. Como un dato de color les contamos que a pesar de tener siempre un gato residente desde casi principios del siglo pasado el Algonquin jamás aceptó el ingreso de pasajeros con animales. (Extractado https://gatosyrespeto.org/)





995. Cuenta en https://www.ultimahora.com/Dirma Pardo de Carugati: “Es bien conocida la afición por los gatos que tenía doña Josefina Plá. Esta anécdota la ilustra bien. Una tarde estábamos conversando en el corredor y se aproximaba la hora de dar de comer a sus protegidos. La señora se levantó de su sillón y comenzó a cortar en pedacitos unos trozos de carne que tenía sobre su misma mesa de trabajo. Los gatos empezaban a acercarse lentamente, casi diría con respeto; ninguno se abalanzaba sobre las raciones que ella distribuía. Doña Josefina entonces dijo en voz alta que no quería más gatos, que era todo un presupuesto mantenerlos, pero que no iba a echar a ninguno, pues se había enterado que "unos despenseros orientales del barrio" se alimentaban de carne gatuna. En ese momento golpearon las manos delante del portón. Eran cinco escolares de guardapolvo blanco. Doña Josefina los dejó pasar creyendo que venían -como era costumbre- en busca de datos de literatura para sus tareas. Pero en realidad los niños venían con tres gatitos recién nacidos, encontrados en la calle, y como ellos sabían que a la señora le gustaban los gatos, se los traían de regalo. "Pobres animalitos de Dios", fue su comentario, mientras los ubicaba en una caja de cartón, y agregaba: "Tendré que ponerles nombres". Por supuesto, allí quedaron para siempre los nuevos huéspedes: Corbata, Bigotes y La Bella.” (Josefina Plá fue una gran escritora, poeta y artista paraguaya de origen español, considerada una de las principales representantes de la innovadora Generación del 40 y una de las precursoras del feminismo en el Paraguay)





994. «Tengo un animal curioso, mitad gatito, mitad cordero. Es una herencia de mi padre. En mi poder se ha desarrollado del todo; antes era más cordero que gato. Ahora es mitad y mitad. Del gato tiene la cabeza y las uñas, del cordero el tamaño y la forma; de ambos los ojos, que son huraños y chispeantes, la piel suave y ajustada al cuerpo, los movimientos a la par saltarines y furtivos. Echado al sol, en el hueco de la ventana, se hace un ovillo y ronronea; en el campo corre como loco y nadie lo alcanza. Dispara de los gatos y quiere atacar a los corderos. En las noches de luna su paseo favorito es la canaleta del tejado. No sabe maullar y abomina de los ratones. Horas y horas pasa en acecho ante el gallinero, pero jamás ha cometido un asesinato. Lo alimento con leche; es lo que le sienta mejor. A grandes tragos sorbe la leche entre sus dientes de animal de presa. Naturalmente es un gran espectáculo para los niños. La hora de visita es los domingos por la mañana. Me siento con el animal en las rodillas y me rodean todos los niños de la vecindad. Me plantean entonces las más extraordinarias preguntas, que no puede contestar ningún ser humano: Por qué hay un solo animal así, por qué soy yo su poseedor y no otro, si antes ha habido un animal semejante y qué sucederá después de su muerte, si no se siente solo, por qué no tiene hijos, cómo se llama, etcétera. No me tomo el trabajo de contestar; me limito a exhibir mi propiedad, sin mayores explicaciones. A veces las criaturas traen gatos; una vez llegaron a traer dos corderos. Contra sus esperanzas no se produjeron escenas de reconocimiento. Los animales se miraron con mansedumbre desde sus ojos animales, y se aceptaron mutuamente como un hecho divino. En mis rodillas el animal ignora el temor y el impulso de perseguir. Acurrucado contra mí, es como se siente mejor. Se apega a la familia que lo ha criado. Esa fidelidad no es extraordinaria; es el recto instinto de un animal, que aunque tiene en la tierra innumerables lazos políticos, no tiene uno solo consanguíneo, y para quien es sagrado el apoyo que ha encontrado en nosotros. A veces tengo que reírme cuando resuella a mi alrededor, se me enreda entre las piernas y no quiere apartarse de mí. Como si no le bastara ser gato y cordero quiere también ser perro. Una vez —eso le acontece a cualquiera— yo no veía modo de salir de dificultades económicas, ya estaba por acabar con todo. Con esa idea me hamacaba en el sillón de mi cuarto, con el animal en las rodillas; se me ocurrió bajar los ojos y vi lágrimas que goteaban en sus grandes bigotes. ¿Eran suyas o mías? ¿Tiene este gato de alma de cordero el orgullo de un hombre? No he heredado mucho de mi padre, pero vale la pena cuidar este legado. Tiene la inquietud de los dos, la del gato y la del cordero, aunque son muy distintas. Por eso le queda chico el pellejo. A veces salta al sillón, apoya las patas delanteras contra mi hombro y me acerca el hocico al oído. Es como si me hablara, y de hecho vuelve la cabeza y me mira deferente para observar el efecto de su comunicación. Para complacerlo hago como si lo hubiera entendido y muevo la cabeza. Salta entonces al suelo y brinca alrededor. Tal vez la cuchilla del carnicero fuera la redención para este animal, pero él es una herencia y debo negársela. Por eso deberá esperar hasta que se le acabe el aliento, aunque a veces me mira con razonables ojos humanos, que me instigan al acto razonable». (“Una Cruza”, cuento de Franz Kafka incluido por Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero en “El Libro de los Seres Imaginarios” y editado en 1967) 





993. Jorge de Cascante, editor de “El gran libro de los gatos” (magnífica edición que reúne algunos de los mejores relatos, ensayos y poemas de la literatura gatuna universal, escritos por autores gateros de la talla de Ursula K. Le Guin, Charles Baudelaire, H.P. Lovecraft, Anne Brontë, William Burroughs, Jorge Luis Borges, Patricia Highsmith, Carmen Martín Gaite y varios más) publicó en su Twitter el 23 de julio de 2020, en un nuevo aniversario del fallecimiento de la gran escritora española fallecida en 2000, esta fotografía junto a "su amistad más cercana", su gato.





992. Crookshanks, el gato de Hermione Granger (Emma Watson) en la saga de Harry Potter, es un Kneazle. Según la autora J. K. Rowling los Kneazle son criaturas mágicas felinas, mascotas preferidas por los magos por su inteligencia, sagacidad, espíritu independiente y sensibilidad, además de estar innatamente capacitados para percibir e identificar a las personas ladinas o con segundas intenciones, atributo que los revela aptos para custodiar la seguridad de los hogares.




991. Emma Watson tiene dos gatos, Bubbles y Domino, y en su papel más recordado, el de Hermione Granger en la saga de Harry Potter, tuvo un fiel gato persa de color anaranjado llamado Crookshanks . Emma toda la vida ha tenido gatos y cierta vez, rodeada de gatitos en el set durante una entrevista para la estadounidense BuzzFeed respondió algo que se viralizó de inmediato: “Me estoy derritiendo de amor entre estos gatitos recién nacidos y vos haciéndome preguntas. Es imposible que logre concentrarme. Muy mala decisión de tu producción traerme a un set repleto de gatitos para hacerme un reportaje.” Otra divertida anécdota gatuna con Emma tiene como co-protagonista al reconocido pastelero argentino Damián Butelar quien contó que “una vez trabajando en hotelería le hice unos macarons con forma de gatitos, porque Emma es fanática de los gatos, y se volvió directamente loca de contenta.” De manera que no se trata de una pose de estrella: a Emma Watson los gatos la vuelven sencillamente loca.