jueves, 22 de agosto de 2024

Dejo constancia (17) ---

 


(Salvador Dalí - Yang y Yin ampurdaneses, 1934)


Un poema es una instancia que enmarca detecciones pasajeras
Algunas de las cuales podrían llegar a devenir eternas
En otras palabras, se trata de atisbos momentáneos
Entre los que podrían -tal vez- suscitarse evidentes hallazgos
Y digo suscitar porque en poesía suele uno encontrar
(Caminos ciertamente transitados, aunque inexplorados)
Hechos o sucesos que debieran ser de inmediato eternizados:
Delineados, graficados, cincelados, verbalizados…
Ya que podrían de repente esfumarse delante de nuestros ojos
Y luego ni siquiera ser pasto del olvido y perderse para siempre
Puesto que son de naturaleza volátil, en esencia instantáneos.


miércoles, 14 de agosto de 2024

Casi tanka melanco ---

 





Lo que daría
Con tal de que no me confines
A tu olvido
Y para que me desolvides
Alguna vez de vez en cuando



sábado, 3 de agosto de 2024

Casi tanka para Keith Jarrett ---

 




Narra acordes
Visuales con sus manos
Crea sonoras
Instantáneas vadeando
Silencios en el piano...


Over the rainbow



Tokyo solo




In your quite place




Bolsa de Gatos 1151/1160

 




1160. "Tengo tres gatos, una es la loca del altillo, vive en un cuartito de arriba y no baja nunca. No se deja tocar por nadie salvo por mí y sólo si estoy en estado horizontal. Con Grillo, mi marido, pensamos que debe tener una fobia porque cuando estamos en la cama se sube y se deja acariciar, pero cuando nos incorporamos sale corriendo. Se llama Ceniza. Corazón es el gato más pegote que tuve en toda la vida, se mete dentro del pelo de la gente ya que los pelos y las barbas son su fascinación. Y la Negrita es herencia de Alberto Laiseca. Vivía con él todo el día llena de humo, entonces la gata empezó a estar desquiciada y Lai me llamó y me dijo que le tenía miedo, que no podía vivir más con la gata y que me la llevara. Al venir a casa pasó de ser una loca que mordía a todos a ser la gata más zen que he tenido. Yo creo que la falta de oxígeno la tenía muy loca", contó la escritora argentina Selva Almada en una nota en Infobae.com)





1159. “El gato que desde el tapial mira / mi figura recortada / detrás de la reja de la ventana / no sabe de mi miedo, / aunque, quizá, quién sabe, lo intuye. / Para disimularlo alterno mi mirada / entre el lucero y las hojas que dejó caer la tormenta. / Tirar el cigarrillo, producir un incendio / sería, al menos, una solución, / la de hacer del temor un espectáculo.” (Poema de Diego Brando, poeta de Córdoba, Argentina, encontrado en https://opcitpoesia.com/)





1158. “Tengo cuatro gatos, cada uno de la época de un ex. Yo soy a veces una gata y a veces un tigre. Me gusto desnuda y también andar sólo vestida con mis gatos” declaró Carla Bruni bastante antes de casarse con quien fuera Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. Aquí la vemos fotografiada por Helmut Newton apenas “vestida” con su gato George Sand.

 




1157. Doménico Scarlatti compuso "La fuga del gato" inspirado por su gata mientras oronda se paseaba sobre el teclado de su clavecín. La leyenda alrededor de esta fuga es muy curiosa. El compositor, una de las más prominentes figuras del período final del Barroco y de inicios de la Música Clásica (1685-1759) tenía una gata llamada Pulcinella, nombre tomado de la Commedia dell'Arte. El dichoso animalito tenía la costumbre de caminar sobre el teclado del clavecín. Scarlatti habría tomado las notas que la minina accidentalmente pulsó, las habría copiado en una partitura y a partir de ahí habría compuesto esta fuga cuya línea melódica principal alude, en efecto, y si la escuchan bien, a los saltitos que daría un gato en fuga sobre un clavecín. De ahí que, humoradas del destino aparte, sobre la pieza publicada en Londres en 1739 hay quienes refieren que no la compuso solo Scarlatti sino en dueto con su amada Pulcinella, de la que se sentía inseparable, tal como este grabado de la época los muestra en plena interpretación junto a otros músicos. (Imagen de Alamy)





1156. “Rafael Correa, ex presidente de Ecuador, vive en Bélgica. Afirma que en su país lo quieren ver preso o muerto y que su hoy archirrival Lenin Moreno pactó con EE.UU y la CIA. ‘La decisión es exterminar a la izquierda.’ El otoño belga es excepcionalmente cálido. Correa aprovecha el sábado por la mañana para ir al mercado de la Place de la Université, en Lovaina La Nueva. Viste elegante sport y calza unos zapatos leñadores gastados. Lleva en el bolsillo un papel donde su esposa Anne Malherbe le anotó en francés que debe comprar berenjenas, tomates, pepinos, papas y frutas. Gasta 45 euros. Le pide al verdulero que para la próxima reemplace las bananas de República Dominicana por las de Ecuador. Paga con una tarjeta del banco holandés ING. Saluda en quechua a Armando, un ecuatoriano de una comunidad andina que tiene un puesto de ropa en el mercado. Recorre a pie 10 minutos rodeado de verde y regresa a su departamento de cuatro ambientes con balcón terraza en un segundo piso que alquila a 1250 euros mensuales. No puede volver a Ecuador porque sigue vigente la prisión preventiva que le fue dictada por la justicia de su país. Igual dice que su objetivo, cuando se fue, no era exiliarse sino retirarse para escribir. En su escritorio, que está en el living de su casa, se sienta cuando todos se van a dormir y sólo queda despierto su gato Dobi, que lo acompaña. Está preparando tres libros sobre el desarrollo latinoamericano…” (Extractado de una nota escrita por Daniel Wizenberg en octubre de 2018 para Página12)





1155. “Haber aludido a Ramón Gómez de la Serna nos da licencia para detenernos, aunque sea brevísimamente, en este narrador-poeta, inventor de la greguería, a la que define como: metáfora + humor, quien dedicó a los gatos toda una colección de greguerías de las cuales queremos también destacar: «La Q es un gato que perdió la cabeza.»” (Extractado del artículo “Gatos y Filósofos” de Tomás Moreno Fernández encontrado en https://en-clase.ideal.es/)





1154. "El búho es un gato emplumado", greguería de Juan Ramón Gómez de la Serna ilustrada por David Vela.





1153. Grandes retratos: Edward Gorey por Richard Avedon. Serie publicada en The New Yorker. 18 de octubre de 1992. “El objetivo del fotógrafo es lograr condensar lo que vale la pena saber sobre una persona (sus aspiraciones, miedos, talentos, defectos, humores y afectos) en una porción microscópica de su existencia. En Nueva York en 2007 me encontré con un sorprendente y expresivo retrato de Edward Gorey, realizado por el brillante Richard Avedon, en blanco y negro, al mis- mo tiempo austero y lleno de una profunda sensación de calma, así como de esa rara melancolía que nace de la introspección, en el que vemos a uno de los gatos de Gorey acurrucado cómodamente feliz alrededor de su cuello como una tibia bufanda peluda. Esta imagen define la sensibilidad y la serenidad que Avedon solía buscar con su trabajo, la belleza del momento, un fragmento solitario, instantáneo y silencioso que nos llegue y nos permita vislumbrar los aspectos personales más reveladores de los protagonistas traducidos en imágenes…" (Extractado de un editorial de The New Yorker evocando la mencionada serie de retratos de Richard Avedon)





1152. "Cuando Kurt se mudó a Olympia para vivir con Tracy en un pequeño estudio dentro de un antiguo inmueble todo quedó claro. Kurt era primero que nada gatófilo y luego también bichero. Las reducidas dimensiones del estudio hacían que tuvieran que limpiar bastante seguido dada la colección de mascotas que tenían. Media docena de gatos, cuatro ratas, una cacatúa de cresta amarilla, dos conejos y un par de tortugas. Había allí dentro tal concentración de olores que los visitantes no dudaban en comparar al lugar con una tienda de mascotas. Pero pese a eso, aquel estudio era un hogar. Y tanto lo era que Kurt dormía en su cama con sus gatos. Sí, porque decía que eran suyos y de nadie más.” (Extractado del libro “Heavier Than Heaven Kurt Cobain: The Biography”.





1151. "Tengo mi campo lleno de animales; caballos, perros, ovejas, pavos reales, un burro, en fin, animales de casi toda clase, una especie de Arca de Noé tengo, y no exagero. Pero siempre que vuelvo a mi casa en París o que viajo me llevo conmigo a mis gatos. Porque ellos y yo somos, digamos, como amigos íntimos… No sé, hay quien piensa que los gatos son independientes, pero los míos no lo son de mí ni yo lo soy de ellos. Somos totalmente dependientes. Casi ni hago esa diferencia entre ellos y yo." (Catherine Deneuve)