1160. "Tengo tres gatos, una es la loca del
altillo, vive en un cuartito de arriba y no baja nunca. No se deja tocar por
nadie salvo por mí y sólo si estoy en estado horizontal. Con Grillo, mi marido,
pensamos que debe tener una fobia porque cuando estamos en la cama se sube y se
deja acariciar, pero cuando nos incorporamos sale corriendo. Se llama Ceniza.
Corazón es el gato más pegote que tuve en toda la vida, se mete dentro del pelo
de la gente ya que los pelos y las barbas son su fascinación. Y la Negrita es
herencia de Alberto Laiseca. Vivía con él todo el día llena de humo, entonces
la gata empezó a estar desquiciada y Lai me llamó y me dijo que le tenía miedo,
que no podía vivir más con la gata y que me la llevara. Al venir a casa pasó de
ser una loca que mordía a todos a ser la gata más zen que he tenido. Yo creo
que la falta de oxígeno la tenía muy loca", contó la escritora argentina
Selva Almada en una nota en Infobae.com)
1159. “El gato que desde el tapial mira / mi
figura recortada / detrás de la reja de la ventana / no sabe de mi miedo, /
aunque, quizá, quién sabe, lo intuye. / Para disimularlo alterno mi mirada /
entre el lucero y las hojas que dejó caer la tormenta. / Tirar el cigarrillo,
producir un incendio / sería, al menos, una solución, / la de hacer del temor
un espectáculo.” (Poema de Diego Brando, poeta de Córdoba, Argentina, encontrado
en https://opcitpoesia.com/)
1158. “Tengo cuatro gatos, cada uno de la época
de un ex. Yo soy a veces una gata y a veces un tigre. Me gusto desnuda y también
andar sólo vestida con mis gatos” declaró Carla Bruni bastante antes de casarse con
quien fuera Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. Aquí la vemos fotografiada
por Helmut Newton apenas “vestida” con su gato George Sand.
1157. Doménico Scarlatti compuso "La fuga
del gato" inspirado por su gata mientras oronda se paseaba sobre el
teclado de su clavecín. La leyenda alrededor de esta fuga es muy curiosa. El
compositor, una de las más prominentes figuras del período final del Barroco y
de inicios de la Música Clásica (1685-1759) tenía una gata llamada Pulcinella,
nombre tomado de la Commedia dell'Arte. El dichoso animalito tenía la costumbre
de caminar sobre el teclado del clavecín. Scarlatti habría tomado las notas que
la minina accidentalmente pulsó, las habría copiado en una partitura y a partir
de ahí habría compuesto esta fuga cuya línea melódica principal alude, en
efecto, y si la escuchan bien, a los saltitos que daría un gato en fuga sobre
un clavecín. De ahí que, humoradas del destino aparte, sobre la pieza publicada
en Londres en 1739 hay quienes refieren que no la compuso solo Scarlatti sino
en dueto con su amada Pulcinella, de la que se sentía inseparable, tal como
este grabado de la época los muestra en plena interpretación junto a otros
músicos. (Imagen de Alamy)
1156. “Rafael Correa, ex presidente de Ecuador,
vive en Bélgica. Afirma que en su país lo quieren ver preso o muerto y que su
hoy archirrival Lenin Moreno pactó con EE.UU y la CIA. ‘La decisión es
exterminar a la izquierda.’ El otoño belga es excepcionalmente cálido. Correa
aprovecha el sábado por la mañana para ir al mercado de la Place de la
Université, en Lovaina La Nueva. Viste elegante sport y calza unos zapatos leñadores
gastados. Lleva en el bolsillo un papel donde su esposa Anne Malherbe le anotó
en francés que debe comprar berenjenas, tomates, pepinos, papas y frutas. Gasta
45 euros. Le pide al verdulero que para la próxima reemplace las bananas de
República Dominicana por las de Ecuador. Paga con una tarjeta del banco
holandés ING. Saluda en quechua a Armando, un ecuatoriano de una comunidad
andina que tiene un puesto de ropa en el mercado. Recorre a pie 10 minutos
rodeado de verde y regresa a su departamento de cuatro ambientes con balcón
terraza en un segundo piso que alquila a 1250 euros mensuales. No puede volver
a Ecuador porque sigue vigente la prisión preventiva que le fue dictada por la
justicia de su país. Igual dice que su objetivo, cuando se fue, no era
exiliarse sino retirarse para escribir. En su escritorio, que está en el living
de su casa, se sienta cuando todos se van a dormir y sólo queda despierto su
gato Dobi, que lo acompaña. Está preparando tres libros sobre el desarrollo
latinoamericano…” (Extractado de una nota escrita por Daniel Wizenberg en
octubre de 2018 para Página12)
1155. “Haber aludido a Ramón Gómez de la Serna
nos da licencia para detenernos, aunque sea brevísimamente, en este
narrador-poeta, inventor de la greguería, a la que define como: metáfora +
humor, quien dedicó a los gatos toda una colección de greguerías de las cuales
queremos también destacar: «La Q es un gato que perdió la cabeza.»” (Extractado
del artículo “Gatos y Filósofos” de Tomás Moreno Fernández encontrado en https://en-clase.ideal.es/)
1154. "El búho es un gato emplumado", greguería
de Juan Ramón Gómez de la Serna ilustrada por David Vela.
1153. Grandes retratos: Edward Gorey por Richard
Avedon. Serie publicada en The New Yorker. 18 de octubre de 1992. “El objetivo
del fotógrafo es lograr condensar lo que vale la pena saber sobre una persona
(sus aspiraciones, miedos, talentos, defectos, humores y afectos) en una
porción microscópica de su existencia. En Nueva York en 2007 me encontré con un
sorprendente y expresivo retrato de Edward Gorey, realizado por el brillante
Richard Avedon, en blanco y negro, al mis- mo tiempo austero y lleno de una
profunda sensación de calma, así como de esa rara melancolía que nace de la
introspección, en el que vemos a uno de los gatos de Gorey acurrucado
cómodamente feliz alrededor de su cuello como una tibia bufanda peluda. Esta
imagen define la sensibilidad y la serenidad que Avedon solía buscar con su
trabajo, la belleza del momento, un fragmento solitario, instantáneo y
silencioso que nos llegue y nos permita vislumbrar los aspectos personales más
reveladores de los protagonistas traducidos en imágenes…" (Extractado de
un editorial de The New Yorker evocando la mencionada serie de retratos de
Richard Avedon)
1152. "Cuando Kurt se mudó a Olympia para
vivir con Tracy en un pequeño estudio dentro de un antiguo inmueble todo quedó
claro. Kurt era primero que nada gatófilo y luego también bichero. Las
reducidas dimensiones del estudio hacían que tuvieran que limpiar bastante
seguido dada la colección de mascotas que tenían. Media docena de gatos, cuatro
ratas, una cacatúa de cresta amarilla, dos conejos y un par de tortugas. Había
allí dentro tal concentración de olores que los visitantes no dudaban en
comparar al lugar con una tienda de mascotas. Pero pese a eso, aquel estudio
era un hogar. Y tanto lo era que Kurt dormía en su cama con sus gatos. Sí,
porque decía que eran suyos y de nadie más.” (Extractado del libro “Heavier
Than Heaven Kurt Cobain: The Biography”.
1151. "Tengo mi campo lleno de animales;
caballos, perros, ovejas, pavos reales, un burro, en fin, animales de casi toda
clase, una especie de Arca de Noé tengo, y no exagero. Pero siempre que vuelvo
a mi casa en París o que viajo me llevo conmigo a mis gatos. Porque ellos y yo
somos, digamos, como amigos íntimos… No sé, hay quien piensa que los gatos son
independientes, pero los míos no lo son de mí ni yo lo soy de ellos. Somos
totalmente dependientes. Casi ni hago esa diferencia entre ellos y yo."
(Catherine Deneuve)