810.”Todavía no todavía / el cielo se llama cielo / el perro perro
/ el gato gato / Todavía mi nombre es Jorge / ¿Pero mañana / cuando me llame
perro / el perro Jorge / el gato cielo / el cielo gato? / ¿Mañana cuando tu
pierna / se llame brazo / tu brazo boca / tu boca ombligo / tu ombligo nada?”
(Caso nominativo, poema del multifacético artista peruano Jorge Eduardo Eielson,
quien desarrolló una amplia obra en el ámbito literario como escritor, poeta,
periodista, dramaturgo y ensayista, y en el campo visual a través de la
pintura, la escultura y la fotografía)
809. “Lo que trajo el gato”, maravilloso relato de Patricia
Highsmith que forma parte de su libro ‘La casa negra’: «El gato hizo un ruido
más prolongado en su trampilla y, ya con la negra cola y los cuartos traseros a
manchas dentro de la casa, retrocedió tirando de algo hasta que pasó por el
óvalo de plástico. Lo que había metido en casa era blancuzco (…) ¡Son dedos
humanos! dijo Phyllis. Todos miraron incrédulos acercándose despacio desde la
mesa de juego. El gato miraba, orgulloso, las caras de los cuatro humanos que
estaban contemplándolo. Gladys contuvo el aliento. Los dos dedos estaban muy
blancos e hinchados, no había rastro de sangre, ni siquiera en la base de los
dedos, que incluía unos cinco centímetros de lo que había sido la mano.»
(Destacado por Fabiana Scherer en su pormenorizado artículo “La vida literaria
de los felinos” del 7 de agosto de 2021 para La Nación)
808. “Tengo sesenta y un años, me encuentro en el otoño de mi
vida. He vivido un nanosegundo en una mota de polvo del mundo que nos han
concedido, incomprensible y monstruoso. Pero este instante que vivo ahora, en
mi terraza, con un café, junto a mi gato birmano, con las bolas del escaramujo
sobre mi hombro, compensa por completo la locura del ser y del no-ser y, como
una fotografía en la que el otoño brilla con todas sus fuerzas, demuestra que
el instante es más importante que la eternidad… Miro a mi gato birmano,
literalmente idéntico a los birmanos de hace cientos de años, con unos ojos tan
azules que parecen recortados y como si a través de ellos se viera el cielo,
con unas patitas blancas que parecen haber caminado por una bandeja de nata, y
pienso en el frágil edificio de la literatura. Escribo literatura desde hace
cuarenta años, leo desde hace muchos más. Toda mi vida ha girado en torno a la
literatura. No he sido, en definitiva, como le escribía Kafka a su amada, «otra
cosa que literatura…» Pero nunca me he denominado a mí mismo escritor.”
(Extractado de “La Utopía de la Lectura” del poeta y prosista rumano Mircea
Cărtărescu)
807. “Los gatos son perfectos, tanto que, en efecto, los seres humanos
vivimos buscándoles sus defectos, hasta comprobar que nosotros somos los
imperfectos.” (Yukio Mishima (1925-1970), novelista poeta, dramaturgo y
ensayista japonés)
806. Autorretrato de Paul G. Oxborough con su gato Murph. Paul es
un destacado pintor norteamericano nacido en 1965, egresado del College of Art
de Minneapolis y del Atelier Lesueur. Ha expuesto sus obras en la Galería
Nacional del Retrato Británica y de Escocia, y en el Museo Smithsoniano. En
varios de sus trabajos se las ha arreglado para incluir gatos.
805. Entre 1966 y 1968 se emitieron en Estados Unidos 120
capítulos de la serie Batman. Uno de los personajes malvados era Catwoman
(Gatubela en Latinoamérica y Gatichica en España). Julie Newmar dio vida al
personaje durante las dos primeras temporadas, pero fue sustituida en la
tercera y última por Eartha Kitt, actriz que representa a Catwoman en la
imaginación de todos los fans. Le bastaron cinco episodios para conseguirlo,
quizá porque era ágil, bella y misteriosa como una gata. No olvidemos que Orson
Welles la describió como “la mujer más interesante del mundo”. Eartha Kitt no
se limitó a meterse en la piel de Catwoman, también adoraba a los gatos en la
vida real y durante muchos años apoyó a la ASPCA (Sociedad Americana para la
Prevención de la Crueldad hacia los Animales), de la que fue portavoz en junio
de 2003 durante la campaña “Adopte a un gato de refugio”. También prestó su
nombre al programa de adopción “Kitt for Cat” de la North Shore Animal League
(Liga Animal de la Orilla Norte) y visitaba regularmente su sede para obtener
fondos. (https://gatosyrespeto.org)
804. Jack Kerouac en “Big Sur” narra el momento en el que recibe
la noticia de la muerte de su amado gato Tyke: «Habitualmente la muerte de un
gato significa poco para la mayoría de los hombres, mucho para unos pocos, pero
para mí, y más tratándose de Tyke, fue lo que la muerte de mi hermano menor.
Amaba a Tyke con todo mi corazón, era mi niño que de bebé dormía en la palma de
mi mano con su cabecita colgando o ronroneando durante horas en esa posición…»
803. Edward Lear bailando con su gato Foss, ilustración de Peter
Bailey. «Esta es mi contribución a la
exposición organizada por Linda Hughes y Andrew Baker en The Poetry Cafe,
Covent Garden, Londres, para celebrar, junto a los más prestigiosos
ilustradores, el bicentenario del nacimiento de ese gran hombre que fue Edward
Lear. » (Texto publicado por Peter Bailey el jueves 26 de mayo de 2012 en su
blog personal http://peterbaileyillustrations.blogspot.com/2012/)
802. «Soy como un gato. Cuando algo me gusta, lo quiero oler y
relamerme… Un gato, ¿me entendés?, y como gato que soy me da exactamente lo
mismo que exista una sociedad llamada "Memoria" o un departamento de
propaganda del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética,
aparte de provocarme la más absoluta indiferencia quién es o deja de ser el
Presidente de Estados Unidos, incluso si hay uno... ¿Por qué sería yo superior
a un gato?» (Joseph Brodsky, poeta rusoestadounidense nacido en San Petersburgo
y fallecido en Nueva York)
801. "Ven, acércate más... / Eres mi oportunidad / de
acariciar al tigre / y de citar a Baudelaire.” (“Gato” de José Emilio Pacheco)