Me atengo a mis sueños
Pero no a los que suceden cuando duermo
Sino a aquellos en los que cada vez más creo
Las vendas de la realidad no me impiden verlos
El silencio no es la
carencia de sonidos
Sino una
estentórea ausencia de vacío
La audible
vaporosa presencia desierta
De una indeleble
blanca voz imposible
De acallar que ensordece
los sentidos
790. “Siempre tuve gatos, y ya había gatos en casa cuando nací.
Recuerdo cada nombre, cada característica de personalidad, de color o de raza
de cada gato o gata que tuve, cada cumpleaños y cada fecha de fallecido.
Recuerdo inclusive si lo encontré por la calle, si me lo regalaron o si lo
compré. Al día de hoy son 33 en total y con 2 convivo actualmente” dice Stoya,
actriz porno y autora del libro “Filosofía, porno y gatitos”.
789. “Astucia es quedarse quieto como gato”, verso mezcla de mantra y detección del poema
“Como gato” de Enrique Pimentel.
788. “Las hilanderas” es un lienzo pintado en 1657 por Diego
Velázquez y actualmente exibido en el Museo Nacional del Prado. Es uno de los
máximos exponentes de la pintura barroca española. Temáticamente es una de sus
obras más enigmáticas, pues aún se discute su verdadero propósito. Hoy está
claro que el cuadro trata un tema mitológico, “La fábula de Atenea y Aracne”,
escena descripta en el libro sexto de “Las metamorfosis de Ovidio”. En primer
plano aparecen retratadas cinco hilanderas y un gato, aunque desconocemos qué
representan como hilanderas. ¿Forman parte del taller de Aracne o de Atenea?
Tampoco sabemos. Sólo podemos ver que una de ellas parece más anciana que las
otras y cubre su cabeza con un velo, que la del centro tiene el rostro en
sombras y que la que está a la derecha -que recibe un foco de luz externo que
ilumina levemente el primer plano- está devanando, mientras que un gato con
pintas se agazapa entre ellas, animal doméstico y a la vez ser misterioso,
mágico como también siniestro. (Extractado de Wikipedia. Veáse también este interesante link aportado desde http://alfredcomermaprat.blogspot.com/)
787. Tinta y Parrulo son los «gatoperros» que Nerea lleva a todas
partes. Los llama así porque les pone correa y los pasea por la calle. Nerea
siempre fue de perros hasta que rescató a Tinta con ayuda de unos vecinos de
una altura de 20 metros en una casa abandonada. A Parrulo se lo puso su padre
entre las manos cuando apenas pesaba 200 gramos y a punto estaba de morir. «Son
mis gatos tullidos, a uno le falta el rabo y al otro una patita... Estamos
equivocados con los gatos, hay que saber tratarlos porque no son
independientes, son muy cariñosos y hay que achucharlos mucho. Yo los trato
como a mis hijos», dijo Nerea Barros Noya, ganadora del Premio Goya como Mejor
Actriz en el rubro Revelación 2014.
786. “Me siento muy cerca de los gatos. Creo que existe una gran
afinidad entre gatos y poetas, porque los gatos son capaces de meditar. Los
perros nunca se quedan quietos, son muy nerviosos. Los gatos poseen esa especie
de infinita paciencia. Ellos duermen mucho, pero al mismo tiempo dan la
sensación de que están siempre meditando. Te ofrendan su tranquilidad. Además,
cuando un gato te muestra algo parecido a un gesto de amistad es un bello
momento, porque hace que te preguntes si te lo mereces o no, mientras que los
perros siempre se muestran amigables, lo cual es estupendo, no tengo nada
contra los perros, pero los gatos son mis favoritos.” (Adam Zagajewski, poeta y
ensayista polaco)
785. “Mi gata Lady Bi / finge felinamente / morder mi mano con sus
dientes / finos como agujas / mientras la lame lánguidamente / con su cálida lengua
invertida / piedra pómez y pétalo rosa fuerte…” (Poema de Haroldo de Campos,
poeta y amante de gatos confeso)
784. “Al primero de los gatos lo encontró de madrugada, cerca de
una pila de basura, en pleno centro de la ciudad. La calle estaba desierta, de
no ser por una banda de perros sin dueño que perseguía a una hembra en celo. Él
caminaba con las manos en los bolsillos de la campera y la vista fija en el
piso. Hacía frío. De pronto, cinco o seis metros más adelante, vio una gata
gris encaramada a una bolsa de residuos y, más abajo, tres gatitos que clavaban
las uñas en el plástico negro e intentaban subir. Pasó un auto, los iluminó y el
fondo de sus pupilas se transformó en un destello fosforescente: cuatro pares
de ojos alertas…” ((Fragmento inicial de 'El hombre de los gatos' de Federico
Falco -ilustrado por Rep- que pueden leer completo en https://www.pagina12.com.ar/diario/verano12/23-160766-2011-01-20.html)
783. Instantáneas gatunas - Refugiada indígena guatemalteca abraza
feliz a su gato ya a salvo de la devastación que el huracán Eta provocó en la
población Q’uechi en noviembre del año pasado.
782. “En el primer día, Dios creó al Gato. En el segundo día, Dios
creó al hombre para servir al Gato. En el tercer día, Dios creó a todos los
otros animales de la Tierra para servir de potencial alimento al Gato. En el
cuarto día, Dios creó el Trabajo para que el hombre pudiera faenar duro para el
bienestar del Gato. En el quinto día, Dios creó entretenimientos y diversiones
para el Gato. En el sexto día, Dios creó la ciencia veterinaria para preservar
la salud del Gato y, al tiempo, vaciar los bolsillos del hombre. En el séptimo
día, ya agotado, Dios intentó descansar, pero debía limpiar la bandeja del
Gato…” (Reescritura felina de la Biblia en www.antonioburgos.com)
781. “Caen bombas sobre la ciudad y ella / en medio del derrumbe
ha tomado su maleta / la jaula del gato y un par de plantas / para unirse a la
caravana que parte en desorden / de la tierra devastada / Pero al llegar a la
glorieta donde nació el amor / a los árboles gemelos que las balas enemigas
perdonaron / ha levantado, con la maleta
y el gato y las dos plantas / una tienda de campaña donde lo espera invencible
/ con una rosa entre los labios / y la canción que cantaba y cantará en sus
brazos…” (Fragmento de “Bajo la metralla”, poema del libro “Pasajera en
tránsito” de Cristina Piña, escritora y critica literaria especializada en la
poesía de Alejandra Pizarnik, en la foto con su gata Fiammetta en brazos)
780. “Esta es una ilustración que hice para un
artículo sobre el escritor Haruki Murakami en Paste Magazine. No había leído
nunca un libro suyo y el artículo despertó mi curiosidad por su trabajo, así
que me compré "Kafka en la orilla" y no pude parar de leerlo.
Incorporé elementos de la vida cotidiana de Murakami como los discos de vinilo,
las pelotas de baseball, comer soba mientras escribe, el infaltable gato. Me
gustó mucho el resultado final.” (Manuel Larino, ilustrador español)
779. "Adoro ver a André Malraux en uniforme
de aviador con un gatito en el pecho…" (Verso del poema "Llegaron a
Tiempo" de Charles Bukowski)
778. Sam Donahue fue un trompetista, saxofonista
y arreglador de jazz nacido en Michigan, Detroit, de gran trayectoria junto a
Gene Krupa, Tommy Dorsey, Benny Goodman, Billy May, Woody Herman, Stan Kenton y
varios otros. Aquí en escena en 1946
tocando con su big band pese a que su gato Hep, al que llevaba adonde fuera que
tuviera una presentación, se escapó de su camarín y correteaba por la pista de
baile sin que nadie pudiera atraparlo ni detener la actuación.
777. Refranes gatunos: “Cuando se le empina el
rabo al gato, no tiene nada en el plato.”
776. “Los gatos reconocen las emociones de uno,
saben cuándo estás triste, feliz o enojado, cuándo acercarse y cuándo no, y yo
diría que en esta última etapa han sido un disfrute absoluto, porque aprendí a
compartir la casa con ellos. Son almas que laten a la par con uno y te ayudan
intensamente a vivir” declaró en una entrevista para www.latercera.com el
músico argentino Pedro Aznar, en la foto con uno de sus gatos, Filippo.
775. Wanda Wulz se unió al movimiento futurista
en 1931 y suya es una de las imágenes más fascinantes e inquietantes de
entonces. Para crearla, ella superpuso su fotografía con la de Mucincina, su
gata de pelaje blanco y negro. El resultado fue la famosa fotografía titulada
“Yo + gato”, en la que ambas se fusionan para plasmar una inédita “cat
woman”, transgresora imagen para la época.
774. “Aún recuerdo, casi íntegro, aquel poema tan
popular en mi infancia, que en uno de sus versos afirmaba: «Caga el gato y lo
tapa.» Francia es, sin duda alguna, el país del mundo con mayor densidad de
caquita de perro por milímetro cuadrado de calle, y si los gatos no fueran tan
independientes y meticulosos, hasta cuando hacen puff, la verdad es que nadie
sabe qué ocurriría con cada milímetro cuadrado de Francia.” (Extraído de Guía triste
de París de Alfredo Bryce Echenique)
773. «Frida es una gatita pequeñita, del tamaño
de un ovillo de lana o de una madeja de hilo. Con su pelo negro brillante, la
cara de yo no fui, las orejas puntiagudas y sus ojos picarones entre verdes y
amarillos, Frida anda siempre por ahí saltando, fregando y alborotándolo todo.
A Frida le gustan muchas cosas: jugar con bolitas de papel, encaramarse sobre
los armarios, esconderse debajo de las cobijas, bajar y subir las escaleras,
mirar por la ventana y ponerse a dar conciertos de maullidos en las tardes...
pero lo que más le gusta de todo es pasear por la casa montada en el hombro del
primero que se le arrime cuando ella está pereceando es su sillón preferido. De
todas maneras, a nosotros nos encantan esas travesuras que nos mantienen
entretenidos, en especial a Martina, quien ahora vive dichosa con su gata
melindrosa…» reseña en su blog el poeta colombiano Rafael Humberto Lizarazo
Goyeneche antes de presentar su soneto decasílado, Frida: “A Martina le agradan
los gatos / pues con ellos la pasa muy bien, / entre juegos y muy buenos ratos
/ y locuras del uno hasta el cien. / Quiebran vasos, pocillos y platos / y
jarrones y focos también, / se columpian en los garabatos / y arañazos me dan
en la sien. / Frida tiene por nombre, la gata, / es artista, le gusta cantar /
y se viste de un negro color. / Con maullidos me da serenata / en las tardes de
grato soñar: / una dama... con voz de tenor.” (La Gatita de Martina, publicado
el martes 27 de abril de 2021 en
https://misversos-rahulig.blogspot.com/2021/04/la-gatita-de-martina.html)
772. “Imagino mi casa: / una mujer que signifique
algo / un gato entre mis libros / y amigos todo el año. / Porque sin ellos no
puedo vivir.” (El gato, grabado en madera del pintor y artista gráfico Raoul
Dufy, una de las ilustraciones que integran El Bestiario o Cortejo de Orfeo
publicado en 1911 por el poeta Guillaume Apollinaire)
771. Ramiro Calle es un maestro de yoga nacido en
1943 en Madrid, pionero en introducir esta disciplina en España: «El más
elevado es el “yoga del amor a los animales” y nadie se merece más que ellos
ser reconocidos como yoguis. Cuando estamos relajados los animales lo perciben,
igual si estamos tensos o disgustados. Mi gato Emile me ayuda a abrir mi
corazón. Le encanta que yo haga yoga sobre la alfombra en la que él hace como
nadie el savasana o relajacion yóguica. Desde el silencio interior nos
hablamos, porque como dijera el gran yogui Ramana Maharshi, no hay lenguaje más
elocuente que el del silencio…»