(Homenaje a Dadá, obra de Luiz
Philippe Carneiro de Mendonça)
Las certezas son propias de la infancia
Crédula e inmortal instancia que supimos
Quién más quién menos eternizar
Hasta que entendimos (si es que efectivamente pudimos)
Que nada es del todo cierto ni definitivo ni casual
Ya que la incertidumbre es siempre estable
A la par que inconclusa a cada momento
Por eso también la verdad es impermanente
Es decir está en permanente movimiento
Nunca llega a ser: está cambiando todo el tiempo
Incluso esto que digo ya no es así
Por haber estado demasiado quieto como concepto
Me refiero a los cuatro o cinco últimos versos
Crédula e inmortal instancia que supimos
Quién más quién menos eternizar
Hasta que entendimos (si es que efectivamente pudimos)
Que nada es del todo cierto ni definitivo ni casual
Ya que la incertidumbre es siempre estable
A la par que inconclusa a cada momento
Por eso también la verdad es impermanente
Es decir está en permanente movimiento
Nunca llega a ser: está cambiando todo el tiempo
Incluso esto que digo ya no es así
Por haber estado demasiado quieto como concepto
Me refiero a los cuatro o cinco últimos versos
Cómo añoro esas certezas...Un abrazo
ResponderEliminarPienso que esas certezas de nuestras infancias que supimos eternizar y que siempre tenemos a nuestro alcance, y que pueden estar adulterados por nuestros miedos de la infancia, sean ciertos o no, lo debemos mantener, como equlibrio mental, por lo que nadie se atreve a cuestionarlos, aunque puedan ser impermanentes. Lo mismo que puede suceder con esos cuatro o cinco últimos versos tuyos que aunque siempre estén en movimiento, con la incertidumbre, llegue el día, que se conviertan en estables, como los de la infancia.
ResponderEliminarAl menos, asó lo veo yo..
Un fuerte abrazo, amigo Carlos.
Perdón, he querido decir: así lo veo yo.
ResponderEliminarLas agujas del reloj que llevamos dentro, se mueven a un ritmo distinto de ese otro que conocemos como marcador del tiempo.
ResponderEliminarTodos los actos de nuestra vida están en permanente movimiento, incluso los recuerdos que creemos llevar marcados a fuego, van perdiendo vida, emoción, sentimiento.
¡Maldito tiempo que nos está robando algo tan nuestro!
Gracias por estos momentos de reflexión que siempre suscitan tus entradas.
Cariños.
kasioles
Es cierto que el tiempo va cambiando el concepto de los recuerdos.
ResponderEliminarTodo tiene un movimiento que, sin saber el porqué, las verdades no lo son tanto y las mentiras tiene sus matices.
Un abrazo, feliz noche de jueves.
Creo que es así,tal cual, la impermanencia es lo único que permanece, la incertidumbre que nos envuelve, y en ese mar de inconsistencias, nosotros intentando expresar ese mundo que es casi niebla intangible.
ResponderEliminarUn beso!
Pasa el tiempo y con las sombras y la experiencia aumenta el escepticismo, somos más descreídos. La poesía nos ayuda a relativizar. La vida es ondulante.
ResponderEliminarSaludos
Le incertezze fluttuano nella nostra vita, così imprevedibile.
ResponderEliminarUn caro saluto Carlos
En la infancia no teniamos dudas, y si alguna se asomaba, mamá la disipaba en el momento.
ResponderEliminarTodo cambia, algunas verdades también. Muy bueno el cuadro, parece obra de Dalí, no conocia a su autor.
mariarosa
Pero lo verdaderamente preocupante no son las certezas infantiles, ni las incertidumbres adultas, sino las certezas adultas y el afán de que hacen gala porque nos admiramos a ellas.
ResponderEliminarABRAZOOO
"adhiramos"
ResponderEliminarComo humanos siempre andamos a medias tintas...la única verdad que no cambia es la divina y a esa certeza es que apunta mi pobre saber...
ResponderEliminarUn abrazo.
Las certezas infantiles son maravillosas porque vienen de la mano de los sueños y la magia, las adultas son demasiado reales.
ResponderEliminarHermoso poema amigo, para pensar y disfrutar.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Somos impermanentes... todo cambia, todo se mueve...
ResponderEliminarExcepto tus genialidades, que aquí quedan bien permanentes.
Abrazo admirado y permanente
Es tal cual comentas en este estupendo poema CARLOS, la verdad es tan inestable como esta preciosa silla -meencanta la imagen- e igual de inconsistente que las certezas de los niños, que además , el tiempo se encarga de desmoronar.. De hecho creo q lo único permanente, es la incertidumbre adulta ; )
ResponderEliminarUn beso hasta ----------> ahí
Profundo poema vivimos entre la incertidumbre de creer y desear. Te mando un beso.
ResponderEliminarAdmiro tu capacidad de reflexión, pero sobre todo de poder llevarla a la letra de manera tan clara, precisa y bella.
ResponderEliminarAbrazo, Poeta.
La verdad sucumbe continuamente a las interpretaciones que se le quieran dar.
ResponderEliminarEse cruce de patas, sí que es auténtico.
Un abrazo verdadero, sin interpretar, tal cual.
Excelente ejercicio que nos mueve hacia la reflexión. Hay quienes se creen dueños de "la verdad" y buscan imponerse sobre quienes piensan diferente asumiendolos como enemigos. Un abrazo
ResponderEliminarP.d
me encanta esa silla!
Muy hermoso poema, Carlos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué pronto terminaron las certezas de mi infancia. De eso va precisamente mi último escrito que tan amablemente comentaste. Pero, eso tuvo ventajas a posteriori porque madurar rápido y saber que nada es permanente hace que sepas que la vida se ha de vivir AHORA. Muy buen post.
ResponderEliminar¿Acaso tu poema no es una certeza? Quién afirma que nada es del todo cierto, ni definitivo, ni casual, ni estable, en definitiva está afirmando lo que para sí mismo es una certeza.
ResponderEliminarQuizás lo que cambia es nuestra mirada, la certeza existe, pero es tan cambiante como quién la percibe. O quizás es tan inexistente como la incertidumbre.
Hoy creí cierto
Lo que ayer era duda
Hoy es certeza
Que hasta en la incertidumbre
La verdad asoma
La incertidumbre de hoy es la certeza del ayer, y la certeza del hoy mañana será incertidumbre
Hasta en el solo sé que no se nada se esconde una certeza.
Hoy apetecería estar charlando largo y tendido tras un buen asado, sobre las certezas infantiles, las incertidumbres adultas y las certezas adultas disfrazadas de dudas.
Gracias!
Un beso
Me encantó. Con la madurez llegan mas preguntas que certezas y si, antes uno era más seguro auqneu no parezca lógico con la maduración.
ResponderEliminarGran gran entrada hoy master, te felicito. Saludos.
Belo este teu poema muito reflexivo Carlos!
ResponderEliminarMe encantó!
Abrazo agradecido, Poeta!
Quizás la Verdad sea como un río que corre, reflejando a cada momento distintas realidades. Pero, en el fondo del agua, cuando nos inclinamos sobre el río, vemos siempre la cara de nuestra infancia. El niño que aún quisiera soñar y ya no puede.
ResponderEliminarMe encanta eso de " Las certezas son propias de la infancia"
ResponderEliminarCreo absolutamente en ese postulado y lamento que al ir creciendo todo sea más difuso y menos claro.
Una amigo de mi adolescencia al que siempre he admirado, me dijo en aquellos años de colegio secundario: "Nunca nada es del todo algo" Y, no sé si vale, pero en algún punto he asociado ese dicho con tu poema de hoy.
¡Buenas reflexiones, como siempre, amigo Carlos!
Abrazo va ¡Buen finde!
Con estos versos, apreciado tocayo, ratifica uno, que el camino a la verdad está cobijado de yerros. Como nos pone a pensar. Un abrazo grande. Carlos
ResponderEliminarLa muerte es la única certeza, no cuándo llegará, pero sí que llegará.
ResponderEliminarSaludos,
J.
La verdad es cierta pero hasta cierto punto. Va un abrazo.
ResponderEliminarÓ que eu tenho a certeza é que gosto do que escreve e da sua enorme capacidade de me deixar a pensar na enorme incerteza que é a vida.
ResponderEliminarUma boa semana, meu Amigo Carlos.
Um beijo.
Las certezas infantiles permanecen para siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carlos, reflexionamos contigo...Esa verdad que siempre está en movimiento somos nosotros mismos. Evolucionamos, nos acercamos poco a poco a la esencia, que nos llama y nos espera. Seguimos dentro de este sueño cambiante, lleno de incertidumbres, sin saber a veces quién somos y adónde vamos. Pero aquí seguimos en espera constante y empezando cada día, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño, poeta amigo.
Boa tarde de terça-feira, com muita paz e saúde meu querido amigo Carlos. Realmente, as certezas são típicas da infância, hoje somos maduros e cheios de incerteza.
ResponderEliminar
ResponderEliminarEs como dices bien, Carlos... Las verdades y las certezas son completamente relativas, todo evoluciona y cambia.
Agradezco los muy buenos momentos de lectura y reflexión.
Mi abrazo amistoso.
~~~~
Esss cadeira de perna cruzada é espetacular!...
ResponderEliminarImpactante!
ResponderEliminarLos opuestos que no son tales, las contradicciones que se dan la mano, oxímoron del oxímoron que genera nuevos sentidos, y las certezas que tambalean una vez más.
La seguridad, con un cagazo tremendo.
Abrazazooooo
La verdad y el Tiempo... me dejaste algo para pensar. Abrazos amigo!
ResponderEliminar