La luz suena
Y te envuelve con su melodía
Se enreda en las más altas ramas del día
Y desde allí vuela, alardea
Se disemina
Hasta el último gemido del crepúsculo
Entre los ecos concéntricos del silencio donde
A medianoche anida
La luz suena
Pero quién la hace sonar sino tu mirada?
En la que afinan
La euforia o la melancolía
De los cielos ocultos que declama Baudelaire
Pletóricos de voces, perfiles y contrastes
Aleteando en medio de tanta inmensidad como puedas ver
La luz suena
Entre las tiernas hojas se refriega
Cruje sobre la hojarasca que el otoño deja
Sinuosa como la brisa
Repleta de lilas y amarillos candentes
Mientras un rumor de húmedas sombras
Entre los árboles se enciende
La luz suena
Retumba en Turner, ensordece el aire
Y se desnuda
Ofreciéndose para que él la pinte como nadie
La luz suena
Pero quién la hace sonar sino tu mirada?
La luz suena, pero cuando calla
En miríadas de fragmentos se disgrega
Hasta el alba
Magnífico poema y estupendas imágenes.
ResponderEliminarTurner es uno de mis pintores: "La luz suena"
Me quitaria la boina si durmiera con ella. Menudo despertar me has proporcionado, no sé si seguir soñando o levantarme a escuchar la,luz...
ResponderEliminarSalió así, Juan, ayer luego de leer lo que dijiste sobre que Voltaire alegra, es la luz...
ResponderEliminarTurner es luz.
Gracias, Gato, y como decía debo responsabilizar a Juan. Agradecido también porque en tu blog se escucha mucha luz.
ResponderEliminarAgradecidos a Voltaire.
ResponderEliminarEntre Papini, Umbral, Caballero Bonald y Panero me encuentro en el último tiempo y con Voltaire como nuevo acicate.
ResponderEliminarEnhorabuena. O en hora buena.
ResponderEliminarEs "perjudicial" tanta belleza de golpe (no tiene que ser nada bueno:)
ResponderEliminarCierto, Marian, la luz también puede cegar. Agradecido.
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