Si al menos volviera a soñarte despierto
Si fuera cierto que tiene sentido lo que es debido
Si dejaras de confinarme a existir en el olvido
Si me des-olvidaras alguna vez de vez en cuando
Si acaso el denodado esfuerzo sirviera para algo
Si creyera en lo que augura la experiencia
Si admitiera lo que dicta mi conciencia
Si lograra convencerme que tengo un alma
Si no ascendiera la cuesta de un tiempo sin revés
Si pudiera distinguir entre la alborada y el atardecer
Si la eternidad no tardara un instante en desaparecer
Si tu promesa no me envolviera como un manto
Si tuviera qué decir no hablaría tanto
Si esta ladera realmente llevara a algún lugar
Si la roca no hiciera otra cosa que caer y rodar
Tarde o temprano debería ponerme a pensar
En lo que he sido
En lo que sería si no fuera
En lo que hice de mi destino
Todos somos un poco como Sísifo
Y que lo digas. Todo el rato acarreando el pedrusco (o los pedruscos que a cada uno le toquen en suerte) y no hay manera, oiga, la ley de la gravedad se empeña en mandarle de nuevo al origen.
ResponderEliminarAl polvo cada acontecimiento humano. Así las cosas terminará teniendo razón la Pizarnik...
ResponderEliminarLa Pizarnik siempre tenía razón.
ResponderEliminarY la tiene todavía. Ayer descubrí su poema Para Janis Joplin. ¿Cómo no lo leí en tanto tiempo? Está inacabado, un auténtico Pizarnik, para que el lector o la voz de Janis pongan el resto.
ResponderEliminarEs impresionante, lo acabo de localizar.
ResponderEliminarYo ni lo conocía. Lo supe por un documental que pasaron hace unos días. En mi volumen de Obras Completas no está.
ResponderEliminarPues ese poema se merece estar en algún sitio, creo que sé dónde, habrá que ponerse las pilas.
ResponderEliminarMe encantará puesto que es un poema crepuscular.
ResponderEliminarHay que ponerle música al poema; lo pide (silenciosamente) a gritos.
ResponderEliminarQue así sea.
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