1210. “El inventor Nikola Tesla es hoy reconocido a nivel mundial por sus contribuciones al diseño moderno del suministro de energía. Existen además muchas facetas suyas conocidas, entre las que destaca su amor por los animales, con los que convivió desde niño. En una carta incluso le agradece a Macak, su gato negro de la infancia, por ayudarlo a entrar en contacto por primera vez con la electricidad. Una noche Tesla acariciaba a su gato cuando notó que le salían ‘chispas’ de su pelaje y le preguntó a su padre sobre aquel interesante fenómeno, a lo que su padre le respondió: ’Es electricidad’, dejando una huella que durante años fascinó al inventor, quien de inmediato se inquirió si acaso no sería la naturaleza ‘un gigantesco gato’. La carta de Tesla titulada ‘Una historia de juventud’, según su biógrafa Margaret Cheney, iba dirigida a Pola Fotic, hija pequeña de Konstantin Fotic, el entonces embajador de Yugoslavia en Estados Unidos. En ella el inventor explicaba el cariño que desde niño sentía por los animales y le dedica un recordatorio a ‘un amigo muy especial’: el ‘imponente Macak, el gato más precioso del mundo’. Tesla relata que cuando tenía tres años se resguardaba en su casa de una tormenta de nieve junto a su gato, cuando de pronto, sintió el impulso repentino de querer acariciar su lomo y observó un hecho que lo dejó sin habla. ‘El lomo del gato resplandecía y al pasarle la mano saltaban crepitantes chispas que se oían por toda la habitación’. Esa misma noche Tesla notó que ‘Macak sacudía las patas como si caminara sobre una superficie mojada’ y en la oscuridad de la habitación se percató de que ‘un aura, similar al de la cabeza de los santos’, cubría el pelaje de su amado gato. Chaney culmina entonces en la biografía que desde ese momento no pasaría ni un sólo día sin que Nikola Tesla tratara de averiguar qué sería la electricidad, aunque sin dar con la respuesta.”(Extractado de una nota encontrada en infobae.com)
1209. ¡¡¡Felices Fiestas!!! Vaya este gran aporte
de JLO del imperdible blog “Cuando el arte ataque” (https://ceaa.blogspot.com/)
como expresión de mis sinceros deseos de gatuna celebración para Tod@s. Con
todo lo que eso para mí significa. (CP)
1208. Tombili, el gato mascota del barrio Kadköy
de Estambul, se paseaba por la zona con actitud llamativamente humana, para
recalar siempre en el mismo bar. Tombili en turco significa “gordito”, dicho
con afecto, y es hoy mundialmente conocido por una fotografía que lo muestra
apoyado en el cordón de la vereda como si fuera una persona acodada en el
mostrador de un bar. Tras la infausta muerte de Tombi, en el barrio se juntaron
20.000 firmas y el tan querido “gordito” fue inmortalizado en su sitio
favorito, donde se sentaba a ver pasar el mundo, con una estatua en bronce del
escultor local, Seval Şahin, oficialmente inaugurada por el alcalde del barrio,
Başar Necipoğleído, el 4 de octubre de 2016, hasta que días después apenas, el
16 de noviembre, desapareció, se la habían robado, lo que causó una serie de
protestas públicas por considerar el hecho como un atentado contra el
patrimonio emocional popular. Tal fue el revuelo reinante que la noticia estuvo
en todos los medios de comunicación, los niños en los colegios hicieron sus
actos de reclamo, en el parlamento hubo sesión especial, se escucharon
encendidos discursos para que pronto encuentren a los culpables: "Se
robaron el monumento dedicado a nuestro Tombili. Fueron los enemigos de todo lo
que es bello y todo lo bueno. Están entre nosotros, llenos de odio y violencia.
Dolor y guerra es todo lo que proponen a la sociedad", hasta que un par de
días después, por la mañana bien temprano, la estatua de Tombili apareció en el
mismo sitio de donde la habían sustraído y donde desde entonces se le rinde
homenaje para siempre.
1207. A antes
de convertirse en Napoleón III, cuando en 1850 visitó el Castillo de Pierrefonds,
Luis Bonaparte quedó impresionado por la desidia de quienes habían dejado que
permanezca en ruinas durante más de dos siglos esa magnífica obra
arquitectónica derrumbada alrededor del 1500. Cuentan que ni bien se convirtió
en Emperador ordenó al arquitecto Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc que restaurara
el castillo. Viollet-le-Duc de inmediato se puso al frente de las obras diseñando
en los planos un castillo de una magnificencia que impactó favorablemente en el
ánimo de Napoleón III, sobretodo porque imponía respeto la inédita visión de
concebir y plasmar el ornato de los tejados, frisos, cúpulas y columnas, y
también para los jardines interiores, ventanas, decoración de pisos y molduras,
con figuras de gatos. Es que Viollet-le-Duc amaba a los gatos con tal pasión
que ideó que las alturas del castillo se vieran decoradas con medio centenar de
estatuas de gatos ubicadas a determinada distancia, cada cual con su distintivo
atributo y todos en diferentes poses. (Ilustran
dibujos originales de Viollet-le-Duc para el Castillo de Pierrefonds)
1206. Gata gárgola. Estatua de una gata aferrando
a su gatito con los dientes en uno de los tejados del Castillo de Pierrefonds,
construido de 1393 a 1407, en Francia. Cabe destacar que el castillo fue en
parte demolido alrededor del 1500 y que en tales condiciones, invadido por
arbustos y pastizales, permaneció durante siglos, hasta ser reconstruido entre
1858 y 1885 por el célebre arquitecto gatófilo Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc,
por orden de Napoleón III.
1205. Gustav Klimt era un devoto amante de los
gatos y una de sus fotografías más famosos, tomado en 1911 por Moritz Nähr, lo
muestra acurrucando a un gato, uno de los muchos que “malcriaba” y consentía en
su estudio vienés de la Josefstädterstraße. Obviamente los gatos creaban un
gran caos en su estudio y un importante crítico de arte de la época, Arthur
Roessler, dio detalles de esta curiosidad en uno de sus registros: “Una vez
estaba sentado con Klimt, quien rebuscaba entre un montón de papeles, rodeado
de ocho o diez gatos que maullaban y ronroneaban jugando o peleándose entre
ellos hasta el punto que los papeles del estudio crujían, volaban, los
mordisqueaban, y entonces le pregunté, perplejo, que por qué toleraba que los
gatos, con tan extraños comportamientos estropearan cientos de sus dibujos y
bocetos más hermosos. Con una sonrisa comprensiva, embelesada con sus traviesos
gatos, Klimt me respondió: No, amigo, aunque arruguen o rompan este o aquel
papel, no importa, son meros bocetos. Aparte, por más que orinen sobre ellos,
ya sabe, usted. No existe mejor fijador que ése!“
1204. “Hay una larga historia de marineros con
gatos como compañeros de barco. Algunos de ellos incluso dejaron registrado en
sus bitácoras que sus gatos los ayudaron a navegar y a determinar el clima. Si
un gato estornudaba significaba que iba a llover, si se mostraba juguetón que
habría fuertes vientos y si lamía su pelaje a contrapelo quería decir que se
acercaba una tormenta de granizo. Si bien los gatos estaban allí principalmente
para controlar que no hubiera roedores que pudieran mordisquear en las alacenas
los alimentos de la tripulación o los cargamentos de trigo, por ejemplo, la
mayoría de los marineros aseguraban que traían buena suerte. Uno en especial
figura en los anales de la navegación por esto mismo. Se trata de Tiddles, un
gato negro que “protegió” a los portaaviones HMS Argus y HMS Victorious de la
Royal Navy y viajó alrededor de 30.000 millas a lo largo de su documentada
carrera, y que en 1940 fue nombrado Capitán Gato en honor a sus años de
servicio siempre listo en el cabrestante de popa junto a la campana.”
(Extractado de un artículo en infobae.com)
1203. El cuadro "Gato con máscara" de
Robert Montenegro, realizado en 1943, presenta una notable composición con un
gato siamés ubicado en primer plano. La silueta estilizada y elegante del gato
y sus penetrantes ojos azules cautivan al espectador, mientras que detrás de él
se asoma una máscara o rostro tan sereno como enigmático, tal vez inspirado en
el arte precolombino o asiático. El contraste entre el vívido felino y la
máscara inanimada crea una interacción convincente de vida y artificio. Montenegro,
conocido por su participación en el movimiento modernista mexicano, a menudo
exploraba temas de identidad y herencia cultural. El uso de tonos cálidos y
terrosos en su pintura añade profundidad y riqueza, evocando la sensación de contemplación
de un misterio. (Óleo sobre masonita de Roberto Montenegro, 1887-1968)
1202. Ernest Hemingway (1899-1961), ganador del premio Pulitzer, escritor, periodista, corresponsal de guerra, aventurero, fue un autoproclamado amante de los gatos. Hemingway se enorgullecía de su "colección de gatos" diciendo que nada le gustaba más que la sensación de tener a sus gatos entre sus pies. Llamándolos "fábricas de ronroneos" y afirmando que "un gato lleva a otro", el autor ya tenía más de 50 gatos mientras vivía en su famosa casa, Finca Vigia, en Cuba. Los visitantes de la casa han contado infinidad de historias de gatos en las mesas del comedor, el vestíbulo, la cocina, por todos lados, de respaldos de camas escritos: "ningún animal tiene más libertad que el gato", dejó dicho Hemingway con dedicación en For Whom the Bells Toll, mostrando que sus gatos disfrutaban de total libertad en cada habitación de la casa. Por lo demás, Hemingway siempre los alimentaba abundantemente con cajas de salmón y bebiendo con ellos, por las noches, una fusión que él preparaba con leche y whisky. Fue en Cuba que comenzó a “coleccionar gatos polidáctilos” (de seis dedos, a los que siempre consideró de buena suerte) que nacieron de una cruza regalo de unos marineros. Su gato más famoso tal vez haya sido uno blanco y negro llamado “Boise”, al que inmortalizó como personaje en la novela “Islas en la Corriente” y al que tiene en brazos en la foto que ilustra esta entrada. Con nombres como “Bola de nieve”, “Princesa de seis dedos”, “Pluma”, “Zane Grey”, “Clark Gable”, “Tío Wolfer”, “Furhouse”, “Christobal” y “Good Will”, Hemingway creyó en la perfecta individualidad de cada uno de sus gatos y gatas, profesando una profunda admiración por lo que solía llamar “la absoluta honestidad emocional del gato”. En la actualidad, en el Museo de la Casa Hemingway en Key West, Florida, viven decenas de gatos, se dice que en su mayoría polidáctilos descendientes de “Bola de Nieve”, todos cuidados y preservados en los términos que Hemingway dejó expresamente estipulados para bienestar de sus "esponjas de amor". (Extractado de "Un gato lleva a otro: Los muchos gatos de Ernest Hemingway” por Erin Knibb)
1201. En un lluvioso día de primavera, Miyu, una
chica que vive sola en una gran ciudad, encuentra un gato acurrucado en una
caja de cartón y se lo lleva a su casa. A ella como siempre le cuesta expresar
lo que siente mientras en la convivencia el gato sigue de cerca sus torpezas y
rutinas. Cada cual en su propio universo, darán a la vez el salto al mundo
exterior, donde encontrarán a otros seres con distintos problemas, a veces
nimiedades y a veces dramas. A todo esto otra chica, Reina, no reúne suficiente
valor para presentarse a los exámenes de ingreso de la escuela de Bellas Artes
y Aoi, quien vive atormentada por la muerte de su mejor amiga, van entrelazando
sus historias al tiempo que sus respectivos gatos gravitan emocionalmente en
sus vidas. “Ella y su gato” es una novela de historias engarzadas en torno a
gatos recogidos de las calles. Fue escrita por Naruki Nagakawa sobre una idea del
prestigioso director de animación Makoto Shinkai. https://www.librosdelarrabal.com.ar/
Adoro tutti i felini del mondo!
ResponderEliminarVaaaya colección de maravillas historias gatunas ...mil gracias , sí q es verdad q son seres muy especiales ..y ya puestos, siento mi retraso en felicitarte y leete estos días , pero es q con toda la familia en plena ebullición a penas si puedo abrir el blog ..
ResponderEliminarQué este 2025 te reserve todo lo mucho y bueno q mereces, mi ni querido CARIOS ..!! .MUY MUY FELIZ 2025!!
Chin Chin ✨ 🥂 ✨...por ti!
Y ahora, subo ...
Si, me divertí más con algunas , claro la primera de Tesla me parece genial y el gato en la calle sentado en la vereda...
ResponderEliminarComo siempre muy completa la bolsa...
Abrazo.