Así salió, pero entiendo que fueron sensaciones inmediatas al recibir la noticia entrando al blog de Juan, El Mito de la Taberna. Sentía que el aire se había quebrado, que era irrespirable, que el silencio no podía escurrirse y todo lo anegaba, y que la luz siempre tan deseada y sonora me agriaba la boca...
Estupendo homenaje, ¿qué mejor que un haiku surreal?
ResponderEliminarAhora toca redescubrir a Bowie. Seguro que encontramos multitud de cosas que en su tiempo nos pasaron inadvertidas.
Gracias, Juan. La muerte revitaliza a artistas como Bowie. Sí, y nos hace revisitarlos. Ya estoy en eso.
ResponderEliminarUn haiku muy para él...
ResponderEliminarJamás te olvidaré-mos David !!!.
Besos Carlos.
Muy cierto, inolvidable artista. Un ícono además que re-dimensionó y trascendió lo que llamábamos rock. Otro para vos, Adriana. Y muchas gracias.
ResponderEliminarLo bueno de estos tipos, es que nunca desaparecen del todo (dejan un legado tan grande)
ResponderEliminarAbrazote! ;)
Así son y siguen siendo. Otro para vos, Ning!
ResponderEliminar¿Seguro que es surreal, Carlos?
ResponderEliminarAsí salió, pero entiendo que fueron sensaciones inmediatas al recibir la noticia entrando al blog de Juan, El Mito de la Taberna. Sentía que el aire se había quebrado, que era irrespirable, que el silencio no podía escurrirse y todo lo anegaba, y que la luz siempre tan deseada y sonora me agriaba la boca...
ResponderEliminarGracias, Marian!