Andanadas de otras notas que como gotas de lluvia acribillan
Efervesciendo su límpida inmóvil superficie en silencio
Mientras las memorables notas del piano de Monk astillan el aire
Thelonious Monk - Live At Berliner Jazztage (1969)
Thelonious Monk - Live At Berliner Jazztage (1969)
1180. "El simple hecho de tenerles a mi lado
echándose la siesta me hace sentir acompañada. Se llaman Molly y Otis 'por
culpa' de Miley Cyrus y Rob Zombie. Siempre he sentido un amor profundo por los
perros, pero un día apareció un gatito que necesitaba casa y me enamoró. Era
2015 y yo trabajaba muchas horas, prácticamente todo el día, en un home studio
que había montado en una pequeña habitación de un piso en el centro de Madrid,
así que después de convivir ya tanto nos entendemos a la perfección, sabemos
darnos nuestros espacios, hablamos mucho. Molly suele despertarme por las mañanas
para que le dé su comida, aunque podría no hacerlo, ya que tienen un comedero
automático que les da la ración correspondiente. Otis es muy cariñoso, le encanta
estar calentito, suele pasar el día asomado a la ventana tomando el sol y puede
estar 30 minutos ronroneando sin parar”. (“Los gatos de Bely Basarte”, artículo
encontrado en https://www.infolibre.es)
1179. Disco de Dave Van Ronk, Inside. Nacido en
Brooklyn, Van Ronk (1936 - 2002) se mudó a Greenwich Village en su adolescencia
para en 1957 grabar baladas, viejos blues y spirituals. Ya tenía un puñado de
grabaciones para el legendario sello Folkways de Moses Asch cuando conoció a
Bob Dylan a comienzos de los 60's. Van Ronk fue particularmente prolífico en
esa década grabando y lanzando más de una docena de álbumes como parte del
círculo de artistas folk que incluía al propio Dylan, Ramblin' Jack Elliot,
Phil Ochs y varios más. En la tapa de este disco que hoy evocamos aparece un
gato saliendo de un bar como símbolo de lo que fue su vida real en la que
siempre tuvo un gato cerca. De hecho, en la película “Inside Llewyn Davis” de
los Hermanos Joel y Ethan Cohen que evoca los días de folksinger de Van Ronk en
el Village, donde lo apodaban "El Alcalde" de MacDougal Street, lo
hacen ir y venir atravesando el gélido invierno de Nueva York con su gato,
teniendo que pasar las noches en apartamentos prestados y dando conciertos en
bares para lograr algún reconocimiento.
1178. "La inundación de Biesbosch en
1421", obra de 1856 del pintor holandés Sir Lawrence Alma-Tadema. Esta
pintura retrata una historia conmovedora y por qué no heroica ocurrida durante
la inundación de la región de Biesbosch en los Países Bajos, un desastre natural
histórico que azotó ese lugar en el siglo XV dejando cientos de muertos. Según
la leyenda holandesa, mientras las aguas arrasaban todo a su paso, un gato blanco
y negro fue avistado entre las aguas turbulentas manteniéndose a flote sobre el
respaldo de una cama para salvar a un bebé plácidamente dormido en ella. El gato, en un
acto de extraordinario temple, balanceaba su cuerpo para equilibrar el respaldo
y así poder evitar que el bebé cayera al agua. Esta historia es parte del
folklore local y ha sido transmitida de generación en generación como símbolo
de esperanza y valor ante la adversidad.
1177. La escritora argentina Cecilia Palmeiro,
una de las fundadoras del movimiento feminista latinoamericano ‘Ni Una Menos’,
comparte su vida con gat@s desde hace 25 años. Cuenta que convivir con ell@s la
volvió antiespecista y vegana. Dice: “L@s gat@s nos recuerdan la parte sujeto
de todos los seres vivos y su derecho al buen vivir. Para las feministas, l@s
gat@s son el índice de insubordinación de quienes no se someten ni aceptan el
dominio humano egologofalocéntrico colonial capitalístico. Son la fuerza de la
naturaleza en rebeldía, la promesa de redención y sanación del mundo. Tal vez
por eso l@s gat@s fueron masacrados durante la quema de brujas junto con sus
compañeras humanas, atribuyéndoles poderes satánicos. L@s gat@s no registran el
antropocentrismo y desprecian las normas del mundo humano, volviéndolas
extrañas para nosotres mismes. En ese sentido, l@s gat@s, como especie que fue
deviniendo de compañía, nos permiten ensayar una salida de la relación de
dominio con la naturaleza y vivir nuevos vínculos de horizontalidad creativa y
colaborativa para la vida en común”. (Extractada de https://www.pagina12.com.ar)
1176. A Timo Berger, quien recaló en Buenos Aires
hace unos años vaya a saber cómo, le encantan los gatos (pese a que le tiene
alergia a su pelaje) y tanto le atraen que para exorcizar su trauma escribió
“Katzentagebuch” o “Diario de gato” en el que empieza relatando: “Carola de
Tirol encalló acá, vive en una pensión, en una pieza húmeda con una mesa
plegable, con cucarachas y gatos a cagar. El inodoro siempre está tapado, por
todos lados hay goteras..." Un libro escrito en el lenguaje de los pibes
con los que el autor alemán se juntaba por las noches en cualquier calle
porteña, un libro divertido para ser leído sin parar, un libro que merecería
tener masividad aunque con suerte lo encontrarán en las mesas de saldos y
ofertas, un libro en cuya solapa la editorial reseña: “Timo concibió
especialmente su libro como un diario para los amantes de los gatos. Contiene
un año repleto de vivencias entre gatos; son 190 páginas de anécdotas para
recordar en cualquier momento.”
1175. "Si usted quiere concentrarse
profundamente para escribir, o incluso para hacer algún trabajo de papeleo,
tiene que tener un gato. A solas con el gato en la habitación donde trabaje
invariablemente lo verá subirse a su escritorio. La luz de la lámpara le
proporcionará calor y gran placer. El
gato se acomodará y se quedará quieto, con esa serenidad que escapa a toda
comprensión y que gradualmente lo invadirá a usted mientras todos los elementos
movilizadores o inquietantes que le impiden la concentración se irán
apaciguando hasta devolverle a su mente el autodominio perdido. No hará falta
que mire al gato todo el tiempo. Su simple presencia será suficiente. El efecto
que tiene un gato en la capacidad de concentración es extraordinario y muy
misterioso" asegura la novelista británica Muriel Spark.
1174. “Hoy me distraje mirando a mi gato. Con decoro, porque él es distante, discreto y sabe callar. En verdad, le anduve alrededor y recordé a Lord Byron: ‘el gato posee belleza sin vanidad, fuerza sin insolencia, coraje sin ferocidad; todas las virtudes del hombre sin sus vicios.’ Una semblanza menos cínica que la de Ambrose Bierce: ‘Gato. Suave autómata indestructible preparado por la naturaleza para recibir patadas cuando las cosas van mal en el círculo doméstico.’ Al mirarlo entiendo que los gatos se vuelvan invisibles cuatro veces al día, y si ellos quieren nadie puede verlos de guardia baja, empobrecidos de lluvia y madrugada. Al tiempo de atenuar su exhibición cualquier gato se hace etéreo, inatacable, y su corazón late en una verdad lejana y superior. Ya deberíamos saber ese misterio. Mi gato se llama Fidel y revive al escuchar música en mi falda; sigilo al distenderse, sutileza ajena a la gravedad, reflejo de mi espejo, cuerpo imperceptible. Al oir el Pugliese yumbeado de ‘Negracha’ o ‘La Cachila’ Fidel conmueve su pelaje y pierde su mirada lejos. Eso me anima un poco, aunque al Piazolla de ‘Verano Porteño’ mi gato no lo disfruta. Fidel, es música con esencia y te hace ver a Buenos Aires desde el cielo, le digo pero él ni se entera. Y me apena porque aún no aprendió que el tango es una catarsis nostalgiosa y absurda, que de pronto irrumpe cabalgando un silbido para hablarnos muy quedo, despacito, de nuestras plenitudes, sin testigos. Porque el tango es el vino a solas, el sueño demolido, la mirada de esa piba que a ráfagas retorna y a contraluz de todo pensamiento se adueña del momento. Fidel, el tango es en voz baja. Nos trabaja por adentro su rasguido de viola misteriosa si los gnomos del recuerdo nos llegan de costado, versallescos, o cuando los olvidos olvidados retornan de rebrote y se apropian al fin de nuestro cuerpo. Por eso el tango en alta voz y teatralero es una grosería de recién venido; sin una confesión a solas cada tanto o deschavarle a otro un ‘vos sabés cómo fueron las cosas’, sería una música más, carnestolenda. En cambio, siempre nos vuelve el tango y no perdona... Aunque ¿cómo contarle a un felino sin necesidades el enigma tanguero de los derrotados, cigarrillo de lenta ceniza meditada, reloj de insaciable desgarro? En cambio, oyendo el ‘Concierto Número Cuatro de Mozart’ Fidel se hace una fiesta. Levita leve y ligero, gato definitivo que se convierte en dos sílabas sin cuerpo y vuela oyendo el sólo de corno de Dale Clevenger. Y ya es bueno decirlo sin jactancias: mi gato tal vez sea un atigrado cualunque cabezón y sin prosapia pero su gusto musical lo diferencia. Cualquier felino puede ser un amante a hurtadillas, merodeador de habitaciones sin apenas proyectar su sombra, clandestino de hacer silencios a su antojo y llevar en sus ojos el secreto de la libertad, aunque sin pedantería, ninguno supera a Fidel para disfrutar a Mozart en mi bemol mayor.“ (“A mi gato le encanta Mozart”, gran relato de Eduardo Pérsico, jubilado autónomo y escritor argentino, con siete libros publicados, como él gustaba presentarse.)
1173. “Si les parece familiar es porque lo es“
aseguró Sarah Jessica Parker cuando los periodistas en conferencia de prensa le
preguntaron por el gatito llamado Shoe en la serie “And Just Like That”,
secuela de “Sex and the City”, ya que corría el rumor de que la afamada actriz,
confesa loca por los gatos, se había llevado “sin permiso” del set donde
filmaban al mencionado gatito para luego, rebautizado como Lotus, presentarlo
junto a sus otros dos gatos, Smila y Rémy, como nuevo integrante de la familia
Parker-Matthew Broderick, con quien ella está hace tiempo felizmente casada.
1172. “Jueves, 16 de agosto de 1946. Querido
letrado: Como me dijo usted el otro día ‘la persecución de los escritores es la
historia de Francia’. En efecto, es
nuestro deporte nacional, como la guerra es la industria nacional de los
alemanes. He señalado algunos nombres de escritores exiliados, ahorcados,
flagelados, etcétera, por diversos pretextos. (Nunca faltan pretextos.) Villon
(fue ahorcado); Rabelais (¡escapó de la hoguera por un pelo!); Voltaire
(padeció exilio); Chénier (la guillotina); Chateaubriand (fue condenado a
muerte y posteriormente exiliado); Descartes (exiliado y muerto en Suiza);
Béranger (fue encarcelado); Émile Zola (exiliado); Jules Vallés (exiliado);
Romain Rolland (exiliado); Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, Flaubert (recibieron diversas
condenas); Chamfort (suicidado antes de la ejecución); León Daudet (condenado y
posteriormente exiliado); por último, Calvino (¡exilio en Ginebra!); ¡y otros
cien más de menor renombre! Le recomiendo encarecidamente a mi pobre mujer
Lucette y a mi adorado gato Bébert, Querido letrado. Nada, salvo la muerte,
debe separarnos. Yo soy menos digno de pena que ellos en verdad. ¡Por caridad!
Su fiel Destouches”, escribió Louis-Ferdinand Céline (Destouches) en sus
“Cartas desde la cárcel”.
1171. María Dolores Rivero Hernández, conocida cariñosamente como "Lolita Pluma", fue una señora muy querida por toda la gente de Las Palmas de Gran Canaria que se convirtió en un personaje popular, "La loca de los gatos" la llamaban, lo que para ella era un orgullo. Había nacido en 1904, su escuela fue la calle; nunca se separaba de su vieja caja de cartón siempre repleta postales y de chicles Adam's americanos de varios sabores para venderles a los turistas; también vendía flores multicolores de papel y vivía rodeada de gatos que jamás la dejaban porque les procuraba alimento y los colmaba de cariño y ternura, y hasta veterinario les conseguía. Vivió en el Parque Santa Catalina dándoles de comer a cientos de gatos hasta convertirse en una verdadera atracción coincidiendo con el boom del turismo. Su imagen viajó por toda Europa, tanto que hoy sus fotografías reposan en miles de albumes familiares junto a sus inseparables gatos. Lolita Pluma falleció el 21 de febrero de 1987 y causó tanta pena que pronto el pueblo la extrañó, por lo que le levantaron su estatua junto a sus amados gatos, sitio obligado de los turistas hoy para fotografiarse. (Extractado de http://historiascanarias.blogspot.com.ar)
(Fotografías de André Kertész)
1170. “Vivo en la casa de mi gato y le agradezco
me permita atender sus necesidades y utilizar sus dominios.” (Marlon Brando)
1169. “Era una persona sumamente ocupada, a veces sentía que su día necesitaba 48 y no 24 horas, vivía pendiente de su teléfono celular, del trabajo, olvidándose de su vida. Siempre luchó por ser la mejor, se destacaba en deportes, fue la abanderada en la escuela por sus excelentes calificaciones y se recibió en su carrera universitaria con honores y gracias a eso obtuvo un excelente empleo. Profesionalmente era la mejor, pero personalmente comenzó a sentir que el mundo la ahogaba, hacía tiempo que no miraba una puesta de sol, una flor o simplemente la nada. Un día después de su trabajo, decidió caminar hasta su casa en lugar de tomar el metro, necesitaba aire fresco y respirar profundo. Así sin pensarlo, se sentó en una plaza, silenció el teléfono y cerró los ojos, un maullido suave la sobresalto y al abrirlos se encontró con un pequeño gatito a sus pies, buscando calor. Simplemente sonrió, lo tomó en sus brazos y lo acunó, el pequeño se sentía bien en su regazo y con un suave ronroneo se durmió. María sintió calma y paz, mucha paz. Se quedó un largo rato observándolo, así sin hacer nada, se sintió bien y acariciando al pequeño minino, sintió que había encontrado su luz, se marchó a su casa con el gatito envuelto en su bufanda, le dio calor, cuidados y él a cambio le regaló su serenidad. Ahora María sabe que ese momento de no hacer nada, mientras esa pequeña bola de pelos duerme en sus brazos, es el mejor momento de su día. Cuando sale de su trabajo ya no mira el celular y solo corre a su casa porque alguien espera su llegada y simplemente comparten eso, el reto diario de ignorar al mundo y que a ambos les llena el alma.” (‘El reto de María’, por Patricia Fulvey, en la foto con Romeo en brazos, publicado en el muy recomendable blog https://somosartesanosdelapalabra.blogspot.com/)
1168. El político, militar, estadista británico y
escritor Premio Nobel de Literatura 1953 Winston Churchill lo dejó por escrito
en sus ‘Memorias’: “Los perros nos miran como si fuéramos sus dioses, los
caballos de igual a igual, pero los gatos nos miran como sus súbditos. (En la
fotografía, Churchill rodeado por su familia y con su entrañable Jock en su
regazo)
1167. "Cuando un gato cae de un árbol se relaja completamente y aterriza suavemente en el suelo. Pero si el gato estuviera a punto de caer y no lo deseara se pondría tenso, rígido, y al aterrizar no sería más que una bolsa de huesos rotos. De la misma manera, la filosofía del Tao explica que todos nos caemos de un árbol a cada instante en nuestras vidas. De hecho en el instante en que nacimos fuimos arrojados a un precipicio en el que aún estamos cayendo y no hay nada que pueda detener la caída que significa vivir... Entonces, en lugar de hacerlo en un estado de tensión constante y aferrarnos a toda clase de cosas y fenómenos que en realidad también están cayendo, como nosotros, porque el mundo entero es impermanente, te conviene ser como un gato", escribió Alan Watts, filósofo británico, sacerdote anglicano, escritor y conferencista experto en religión. Se le conoce en occidente sobre todo por su labor como intérprete y popularizador de las filosofías orientales.
1166. “Ni príncipes ni reinas / ni princesas ni reyes / ni lacayos ni súbditos / Walt Disney se volvió a equivocar / los gatos no son aristogáticos / todos tiene el poder de seducir, de ser gatos / Gatos lumpen / ociosos y vagos / gatos linyeras / los gatos conquistarán el mundo / impondrán su gatocracia / sin consenso / Tod*s seremos gatos / igualad-s por el deseo / No depilarnos / tener bigotes / mil novixs, mil hijxs / jugar a la guerra y alcanzar la contemplación / de Buda loto / meditando sobre la heladera / en la cocina…” (“A los gatos no les gustan los títulos nobiliarios”, poema escrito por Leonor Silvestri, integra “Después de vos”, dedicado a Alí, Blanquita y Anita, poemario en el que poetiza la ausencia de lo más amado, sus tres gatas.
1165. "Lo que en general a la gente le
molesta de los gatos es su independencia, sus conductas libertarias,
anarquistas, que sean ociosos, vagos, callejeros, por lo que a mí me fascinan",
comenta Leonor Silvestri, poeta especializada en literatura antigua. "En
la casa de mis padres son gateros, mi abuela es una de esas viejas locas que
les dan de comer a los gatos, de esas que no le dan de comer al marido pero los
gatos del barrio comen todos y antes… Los gatos son personajes mucho más
literarios que otros animales. Igual yo soy proanimal: si bien tengo una
fascinación casi que pluscuamperfecta por los gatos, la verdad es que con todos
los animales me conmuevo; de hecho me volví vegetariana hace tres años, con
mucho esfuerzo. No como carne, pero no porque no me guste, sino para no hacerle
daño a ningún animal."
1164. Theóphile Gautier tuvo infinidad de gatos, entre los que recordamos a Childebrand, gato negro con rayas blancas al que mencionó, como a la mayoría de sus mininos, en "La Ménagerie Intime", Cléopatre, una gata hija de Éponine a la que le encantaba mantenerse sobre 3 patas, Don Pierrot de Navarre, gato blanco al que le gustaba robarle la pluma y escondérsela en cualquier lado, Enjoras, también negro e hijo de los blancos Don Pierrot y Séraphita, Éponine, gato de piel oscura con los ojos verdes procedente de los mismos padres que Enjoras, Gavroche, gato manchado y también procedente de la misma pareja, Madame Theóphile, gata blanca rojiza a la que le fascinaba robarles la comida a todos y Zizi, un gato de angora que se deleitaba aporreando durante horas las teclas del piano. Gautier era un verdadero obseso de los gatos (“los amo más que al opio”, solía decir), como lo prueba hacerse diseñar una placa gatuna para su tumba en el cementerio de Montmartre en París.
1163.
Aviso encontrado en la página de Facebook de Quiero Miranda Perú hoy 8
de agosto Día Internacional del Gato. Comparten como es sabido esta celebración
las fechas 20 de febrero y 29 de octubre, aunque para mí cada día es el Día del
Gato.
1162. “Gato Siamés y Mariposa” de la grabadora e
ilustradora Agnes Miller Parker, nacida en Ayrshire y formada en Londres,
artista devota de los gatos en general y del siamés en particular. Un verdadero
clásico se considera esta obra impresa originalmente en 1939 en Shenval Press
por el editor Robert Harling. El original se conserva en en el Museo de Nueva
Zelanda y la primera reimpresión de 1951(bajo la celosa supervisón del mismo
Harling) fue adquirida por el Museo Nacional de Escocia.
1161. "El gato ha sido el animal totémico de
mi vida. El de Borges era el tigre, que viene a ser lo mismo, pero en argentino,
o sea más pretencioso” dijo alguna vez Francisco Umbral.
Over the rainbow
Tokyo solo
In your quite place
1160. "Tengo tres gatos, una es la loca del
altillo, vive en un cuartito de arriba y no baja nunca. No se deja tocar por
nadie salvo por mí y sólo si estoy en estado horizontal. Con Grillo, mi marido,
pensamos que debe tener una fobia porque cuando estamos en la cama se sube y se
deja acariciar, pero cuando nos incorporamos sale corriendo. Se llama Ceniza.
Corazón es el gato más pegote que tuve en toda la vida, se mete dentro del pelo
de la gente ya que los pelos y las barbas son su fascinación. Y la Negrita es
herencia de Alberto Laiseca. Vivía con él todo el día llena de humo, entonces
la gata empezó a estar desquiciada y Lai me llamó y me dijo que le tenía miedo,
que no podía vivir más con la gata y que me la llevara. Al venir a casa pasó de
ser una loca que mordía a todos a ser la gata más zen que he tenido. Yo creo
que la falta de oxígeno la tenía muy loca", contó la escritora argentina
Selva Almada en una nota en Infobae.com)
1159. “El gato que desde el tapial mira / mi
figura recortada / detrás de la reja de la ventana / no sabe de mi miedo, /
aunque, quizá, quién sabe, lo intuye. / Para disimularlo alterno mi mirada /
entre el lucero y las hojas que dejó caer la tormenta. / Tirar el cigarrillo,
producir un incendio / sería, al menos, una solución, / la de hacer del temor
un espectáculo.” (Poema de Diego Brando, poeta de Córdoba, Argentina, encontrado
en https://opcitpoesia.com/)
1158. “Tengo cuatro gatos, cada uno de la época de un ex. Yo soy a veces una gata y a veces un tigre. Me gusto desnuda y también andar sólo vestida con mis gatos” declaró Carla Bruni bastante antes de casarse con quien fuera Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. Aquí la vemos fotografiada por Helmut Newton apenas “vestida” con su gato George Sand.
1157. Doménico Scarlatti compuso "La fuga
del gato" inspirado por su gata mientras oronda se paseaba sobre el
teclado de su clavecín. La leyenda alrededor de esta fuga es muy curiosa. El
compositor, una de las más prominentes figuras del período final del Barroco y
de inicios de la Música Clásica (1685-1759) tenía una gata llamada Pulcinella,
nombre tomado de la Commedia dell'Arte. El dichoso animalito tenía la costumbre
de caminar sobre el teclado del clavecín. Scarlatti habría tomado las notas que
la minina accidentalmente pulsó, las habría copiado en una partitura y a partir
de ahí habría compuesto esta fuga cuya línea melódica principal alude, en
efecto, y si la escuchan bien, a los saltitos que daría un gato en fuga sobre
un clavecín. De ahí que, humoradas del destino aparte, sobre la pieza publicada
en Londres en 1739 hay quienes refieren que no la compuso solo Scarlatti sino
en dueto con su amada Pulcinella, de la que se sentía inseparable, tal como
este grabado de la época los muestra en plena interpretación junto a otros
músicos. (Imagen de Alamy)
1156. “Rafael Correa, ex presidente de Ecuador,
vive en Bélgica. Afirma que en su país lo quieren ver preso o muerto y que su
hoy archirrival Lenin Moreno pactó con EE.UU y la CIA. ‘La decisión es
exterminar a la izquierda.’ El otoño belga es excepcionalmente cálido. Correa
aprovecha el sábado por la mañana para ir al mercado de la Place de la
Université, en Lovaina La Nueva. Viste elegante sport y calza unos zapatos leñadores
gastados. Lleva en el bolsillo un papel donde su esposa Anne Malherbe le anotó
en francés que debe comprar berenjenas, tomates, pepinos, papas y frutas. Gasta
45 euros. Le pide al verdulero que para la próxima reemplace las bananas de
República Dominicana por las de Ecuador. Paga con una tarjeta del banco
holandés ING. Saluda en quechua a Armando, un ecuatoriano de una comunidad
andina que tiene un puesto de ropa en el mercado. Recorre a pie 10 minutos
rodeado de verde y regresa a su departamento de cuatro ambientes con balcón
terraza en un segundo piso que alquila a 1250 euros mensuales. No puede volver
a Ecuador porque sigue vigente la prisión preventiva que le fue dictada por la
justicia de su país. Igual dice que su objetivo, cuando se fue, no era
exiliarse sino retirarse para escribir. En su escritorio, que está en el living
de su casa, se sienta cuando todos se van a dormir y sólo queda despierto su
gato Dobi, que lo acompaña. Está preparando tres libros sobre el desarrollo
latinoamericano…” (Extractado de una nota escrita por Daniel Wizenberg en
octubre de 2018 para Página12)
1155. “Haber aludido a Ramón Gómez de la Serna
nos da licencia para detenernos, aunque sea brevísimamente, en este
narrador-poeta, inventor de la greguería, a la que define como: metáfora +
humor, quien dedicó a los gatos toda una colección de greguerías de las cuales
queremos también destacar: «La Q es un gato que perdió la cabeza.»” (Extractado
del artículo “Gatos y Filósofos” de Tomás Moreno Fernández encontrado en https://en-clase.ideal.es/)
1154. "El búho es un gato emplumado", greguería
de Juan Ramón Gómez de la Serna ilustrada por David Vela.
1153. Grandes retratos: Edward Gorey por Richard
Avedon. Serie publicada en The New Yorker. 18 de octubre de 1992. “El objetivo
del fotógrafo es lograr condensar lo que vale la pena saber sobre una persona
(sus aspiraciones, miedos, talentos, defectos, humores y afectos) en una
porción microscópica de su existencia. En Nueva York en 2007 me encontré con un
sorprendente y expresivo retrato de Edward Gorey, realizado por el brillante
Richard Avedon, en blanco y negro, al mis- mo tiempo austero y lleno de una
profunda sensación de calma, así como de esa rara melancolía que nace de la
introspección, en el que vemos a uno de los gatos de Gorey acurrucado
cómodamente feliz alrededor de su cuello como una tibia bufanda peluda. Esta
imagen define la sensibilidad y la serenidad que Avedon solía buscar con su
trabajo, la belleza del momento, un fragmento solitario, instantáneo y
silencioso que nos llegue y nos permita vislumbrar los aspectos personales más
reveladores de los protagonistas traducidos en imágenes…" (Extractado de
un editorial de The New Yorker evocando la mencionada serie de retratos de
Richard Avedon)
1152. "Cuando Kurt se mudó a Olympia para
vivir con Tracy en un pequeño estudio dentro de un antiguo inmueble todo quedó
claro. Kurt era primero que nada gatófilo y luego también bichero. Las
reducidas dimensiones del estudio hacían que tuvieran que limpiar bastante
seguido dada la colección de mascotas que tenían. Media docena de gatos, cuatro
ratas, una cacatúa de cresta amarilla, dos conejos y un par de tortugas. Había
allí dentro tal concentración de olores que los visitantes no dudaban en
comparar al lugar con una tienda de mascotas. Pero pese a eso, aquel estudio
era un hogar. Y tanto lo era que Kurt dormía en su cama con sus gatos. Sí,
porque decía que eran suyos y de nadie más.” (Extractado del libro “Heavier
Than Heaven Kurt Cobain: The Biography”.
1151. "Tengo mi campo lleno de animales;
caballos, perros, ovejas, pavos reales, un burro, en fin, animales de casi toda
clase, una especie de Arca de Noé tengo, y no exagero. Pero siempre que vuelvo
a mi casa en París o que viajo me llevo conmigo a mis gatos. Porque ellos y yo
somos, digamos, como amigos íntimos… No sé, hay quien piensa que los gatos son
independientes, pero los míos no lo son de mí ni yo lo soy de ellos. Somos
totalmente dependientes. Casi ni hago esa diferencia entre ellos y yo."
(Catherine Deneuve)