730. Hans Ruedi Giger, sí, el genio que diseñó el
Alien, fue un ilustrador suizo con una imaginación tan esplendorosa como
sombría al mismo tiempo que un tipo amable, afectuoso y con un elevado sentido
del humor pese a los sufrimientos por los que tuvo que pasar en su vida, que no
fueron pocos, en particular la pérdida de su mujer, Li Tobler, modelo además en
varios de los trabajos del artista, lo que provocó que se hundiera en una
profunda depresión de la que logró emerger (según sus estrictas palabras)
gracias al amor, compañía e inspiración de su inseparable gato Müggi, un dios
viviente para él.
729. Gaturro, el querido personaje del
historietista Nik, a su manera nos desea Felices Fiestas con esta gaturrada de
navidad.
728. Ernesto Sábato sonríe, su hijo Mario
encuadra por cámara y Mishina, la gata del escritor, dormita en su sillón
preferido en la mítica casa, hoy museo, de Santos Lugares. (Material del diario
de filmación de “El otro Sábato”)
727. Dicen que cuando el poeta Giuseppe Ungaretti
se demoraba en alimentarla o cuando le retaceaba sus mimos debía enfrentar los
maullidos de enojo de Liebre, la gata que había encontrado una madrugada en una
calle de Alejandría...
726. “Yace debajo / Un atardecer diáfano / y
tormentoso”, haiku que Natsume Soseki hizo inscribir en la lápida de su gato,
“un gato sin nombre” como el gato de su famosa novela, “Soy un gato”, auténtica
obra maestra de la literatura japonesa. Soseki fue un reconocido amante de todo
gato en general, profesor de literatura inglesa, escritor de haikus y poesía
china, y autor de varios libros aclamados, "Botchan", por ejemplo.
(Ilustra una imagen del manga de Jirō Taniguchi que cuenta la vida y obra del
gran escritor)
725. Françoise Hardy y Jacques Dutronc formaron
una sólida y rara pareja a partir de 1967. De caracteres muy opuestos, aunque
les unieran algunas cosas como una feroz independencia, sin importarles el qué
dirán. Él siempre más partidario de las extravagancias cuando ella comenzó a
darse a conocer como cantante triste y mu- sa de la melancolía... Había
estudiado Ciencias Políticas, Literatura; sus canciones reflejaban sus
problemas íntimos de orfandad, aunque ella no hablaba solamente de su infancia
y adolescencia. Su padre no ocultaba su homosexualidad; su madre murió en
tristes circunstancias ayudada por quienes le practicaron la eutanasia.
Estudiante en un internado religioso, al salir se la veía casi siempre
distante. La recuerdo en uno de sus viajes a Madrid. Me senté a su lado y no
dejé de fijarme en sus ojos tristes. No parpadeaba ni se esforzaba en esbozar
ni una mínima sonrisa. Su vida con Jacques Dutronc fue cambiado poco a poco
hasta dejar de ser la mujer introvertida del pasado. Lo que no abandonó jamás
fue su pasión por la astrología y su amor por los gatos, esto último es algo al
parecer muy característico en las personas solitarias. (https://www.libertaddigital.com)
724. “Algo se gesta en la sala de espera / algo
que flota sobre los cuerpos y las cosas / y el aire del verano es aún más denso
/ las voces han ido apagándose entre las mujeres / y la tarde se hace pesada y
cómplice / nadie se mira / hay ojos estacionados en un punto / y un sabor
amargo en las bocas / gatos hambrientos / las mujeres dejan soltar una mueca
hostil y melancólica…” (Marta Braier, poema de su libro “El río secreto”)
723. Instantáneas gatunas. Fotografía de Russell
Lee, Noche de Sábado, en Craigville, Minnesota, septiembre de 1937, en tiempos
de la gran depresión.
722. “Si fuera hombre no me hubiera estrangulado
de tu hermoso cuello / Ni hubiera muerto de tu perfume / Si fuera hombre, se me
ocurre, habría fundado una descendencia / Una ciudad que incendiar después / Si
fuera hombre vendrías más pronto hasta mi casa / Cuidarías de mi gato o de mí /
Cuidarías esta rara costumbre de enamorarse / Iríamos por las calles y por la
vecindad / Y las niñas de trapo mascullarían nuestra simpleza / Y todos
saldrían ilesos bajo los vestigios que dejáramos / Si fuera hombre no me
hubiera bajado en la estación correcta / Después de que trocaras con tu ojo la
prosaica ciudad y me dejaras pastoril y mística para siempre…” (Fragmento de un
poema de la poeta uruguaya Claudia Magliano)
721. “Me mudé a una casa en pleno territorio
gatuno. Es un barrio de casas viejas con angostos jardines tapiados. Por
nuestras ventanas traseras se divisan una docena de tapias en una dirección y
otra en la dirección contraria, de todos los tamaños y alturas. Árboles, hierba
y arbustos. Hay un pequeño teatro con tejados a distintas alturas. Aquí los
gatos están en su elemento. Siempre se les ve sobre las tapias, los tejados y
en los jardines llevando una complicada existencia secreta, como las vidas de
los chavales de barrio, regidas por unas normas particulares e inimaginables
que los adultos nunca aciertan a descubrir...” (Fragmento inicial de “Sobre
gatos” de Doris Lessing, ganadora del Shakespeare Prize, del Príncipe de
Asturias de las Letras y del Nobel de Literatura, entre otros grandes premios.)