Un
tiempo en el que los efectos preceden a las causas
Donde
el antes viene después Un tiempo en el que me olvido de olvidarte Una y otra vez Un tiempo en el que las imágenes ocultan Más de lo que exhiben Un
tiempo donde lo que se ve no es
Me
gusta pensar en un pasado por venir
En
un ayer siempre a punto de volver
Y
más nuevo cada vez
Me gusta pensar en un presente interminable Que
nunca termina de suceder
Y
en un futuro más viejo a cada instante…
Me
gusta sentir nostalgia por un mañana que ya fue
De casi nada estoy convencido Pero sé que mi destino (que desde El primer momento estuvo conmigo) Va a abandonarme un día de estos Sin mediar palabra ni previo aviso De casi nada estoy convencido Pero de olvidarte jamás me olvido Aunque no siempre lo consigo De casi nada estoy convencido Excepto que en ciertas circunstancias inciertas La única salida es la que no existe todavía De casi nada estoy convencido Acaso porque no sólo no proyecto sombra Sino que a veces la persigo De casi nada estoy convencido Excepto que me siento cada vez más joven Según me voy poniendo más viejo Convencido de que soy la voz en blanco de mi espejo Padre nuestro creador de cada gesto Máscara, mera apariencia o inocultable reflejo
529. El
futbolista del Liverpool, Mohamed Salah, ídolo nacional de Egipto, lanzó ayer
un mensaje a través de su cuenta personal en Twitter en el que posaba con sus
gatos siameses e imputaba directamente al gobierno egipcio por su supuesta
intención de exportar perros y gatos a otros países con el fin de que sean
utilizados para consumo alimenticio. "Los gatos y los perros no serán
exportados a ninguna parte. Eso no va a pasar", escribió la estrella de la
Premier League en su cuenta. Todo comenzó, dijo la BBC, cuando el Ministerio de
Agricultura de Egipto aprobó la exportación de perros y gatos con el objetivo
de reducir la cantidad de animales callejeros. Mohamed Salah se posicionó de
inmediato contra esa resolución y la reacción de la opinión pública no se hizo
esperar, por lo que en apenas unas horas el Ministerio en cuestión admitió que
la medida tenía que ser revisada.
(Encontrado en https://as.com el 28 de noviembre de 2018)
528. “Me crucé
con un gato callejero / Su mirada me tetanizó / El gato se revolcaba en el
polvo / Legiones de insectos abandonaban su cuerpo…” (Fragmento de "Un
Poema de 2012" de Michel Houellebecq, en la foto con su gato Gladiator)
527.Isaac Newton amaba a los gatos y tenía
varios, pero uno de ellos, Spithead, solía desconcentrarlo durante sus estudios
científicos, reclamándole que lo deje entrar o salir de la casa. Mortificado
Newton por esta situación, ideó y él mismo instaló la solución, abriendo una
puertita que llamó “gatera” en la parte inferior de la puerta trasera de su
residencia, inventando así la puertita para mascotas puesto que se adapta también
para perros.
526. Cuenta la
historia que el científico austríaco Ronald Richter convenció al General Juan
Domingo Perón con su proyecto para construir un rector nuclear en la Isla
Huemul del lago Nahuel Huapí en la provincia de Río Negro, Argentina. Richter
era un tipo simpático y entrador que no paraba de hablar y de acariciar a su gato
siamés al que llevaba todo el tiempo en brazos de acá para allá, un tipo
convincente que apenas con una charla logró persuadir a Perón que quien
dominase la tecnología nuclear adelantaría por décadas a sus países vecinos.
Obsesionado con su proyecto hegemónico, Perón destinó entonces todos los
recursos económicos y le dio su máximo respaldo político al que sería el mayor
fraude científico del que se tenga registro en Argentina. Ronald Richter fue un
verdadero personaje que solía escribir con cierta asiduidad cartas como esta a
sus familiares: “Estamos muy bien todos aquí en compañía de Epsilon, mi querido
siamés. Vivimos a 800 metros de altura junto a un lago de 300 metros de
profundidad. Nuestra hijita Mónica se está desarrollando muy bien y Epsilon ya
pesa 5.000 gramos. Mi mujer, por todo esto que les cuento, también está muy
feliz".
525. Trazos
sobre un gato en un almacén extraño, por Juan Manuel Roca - Primer Trazo - “Resulta
paradójica la sensación que tenía Vincent Van Gogh de sí mismo en el mundo.
Decía sentirse como ‘un gato en un almacén extraño’. Esa bella y por otra parte
enigmática expresión debe seguir resonando en cualquier lector activo de sus
cartas y, sin duda, se presta a muchas posibles interpretaciones. La primera
podría ser que su extrañeza frente al mundo es lo que lo lleva, como al felino
de su imagen, a husmear en espacios que de alguna manera le son ajenos, pero
con la curiosidad y suprema libertad que tiene ese animal a lo largo de sus
vidas. Otra posible interpretación tendría que ver con la perplejidad que le
suscitaban las escenas que para otros podrían ser normales: un hombre
trabajando, un sencillo puente, unos comedores de patatas, un café de noche, un
viejo cartero uniformado, una naturaleza muerta con 12 girasoles, una ronda de
prisioneros girando entre cuatro muros cardinales, unas bolas de marfil en un
billar, un gato durmiendo la siesta o la hierba fresca tendida en un parque, en
suma, el asombro que en una sensibilidad como la suya no sofoca ni mata la
rutina…" (Juan Manuel Roca junto a algunos de sus gatos en una foto de su
Facebook en noviembre de 2016)
524. “Jardín de
Daubigny” de Vincent van Gogh, óleo sobre lienzo de 1890, actualmente exhibido
en el Museo de Bellas Artes de Basilea. Van Gogh en Auvers sentía especial
predilección por este jardín y quiso plasmar cada elemento con vigorosas
pinceladas de color: las flores, las plantas, los bancos, la dama al fondo, el
gato negro cruzando sobre el césped. En su última carta para su hermano Theo el
artista explicó su visión: “El Jardín de Daubigny es uno de mis lienzos más
comprometidos. En primer plano plantas verdes y rosas. A la izquierda un
arbusto verde y lila, y el tallo de una planta de hojas blanquecinas. En el
centro un rosal, a la derecha una empalizada y encima un nogal con hojas
violetas. Después un seto de lilas, una hilera de amarillos tilos redondeados y
una casona rosa al fondo, con un tejado azulón. Una mesa y tres bancos, una
pequeña silueta negra de una dama con sombrero amarillo y, nuevamente en primer
plano, un gato negro…”
523. “Jardín de
Daubigny”, boceto del 23 de julio de 1890, en Auvers-sur-Oise. Se exhibe actualmente
en el Museo Van Gogh de Amsterdam. En la parte inferior uno de los dos o tres gatos
que pintó Vincent y debajo una de sus notas. Cabe destacar que en la última
carta que le envió a su hermano Theo, Vincent explica que “Jardín de Daubigny”
es uno de sus trabajos más cuidadosamente elaborados, por lo que le recomienda
observar muy bien su boceto y la descripción final respecto “del colorido de
las flores, los arbustos, la hierba, junto a las tres sillas, una silueta negra
y un gato negro.”
522."Naturaleza y civilización... Pero
decidme, ¿qué es más naturaleza: un león persiguiendo a un antílope en el
Parque Nacional de Tanganika o un gato persiguiendo a una rata bajo la luz de
los faroles junto a la interminable pared del matadero?" (Rafael Sánchez
Ferlosio, novelista, ensayista, gramático y lingüista español perteneciente a
la denominada Generación de los 50’s, Premio Cervantes 2004 y Premio Nacional de las Letras Españolas 2009,
falleció el pasado lunes 1 de abril a los 91 años)
521. “Un miau es
un mimo en el corazón” solía decir Jean Cocteau, quien había nombrado a su
siamés Karoun el “Rey de Todos los Gatos” (en la foto en brazos del artista y
detrás parte de su séquito) después de dedicarle la obra de teatro “Drôle de
ménage” y de fundar “Le club des amis des chats” para tener un lugar donde
reunirse a conversar e intercambiar conocimientos sobre los gatos con sus
amigos también fanáticos de los mininos Pablo Picasso, Colette, Foujita y
otros.