(Fotografía
de Edward Honaker)
Qué dirá
el silencio
De mis
palabras calladas
Que no
dicen nada
Y qué dirá la poesía
De
las formas inanimadas
Que
habitan mi oscuridad
Y qué dirán los tiempos
De lo
que no se ha dicho jamás
Sobre
la eternidad del instante
Y qué dirá el aire
Que
apenas lo roza tu perfume
Colorea
la tarde
Y qué dirá el eco de tu voz
Que
tal vez se desmienta y no vuelva
A
decirme adiós
Y qué dirá nadie y qué importa
Lo
que pueda decir
Incluso
la verdad
Si cuando la encontrás
Ya no
es la que era
Y
puede ser la que quiera, además
Besos.
ResponderEliminarY abrazos, Amapola Azzul. Gracias.
ResponderEliminarUna amiga me pidió que "diagrame" el poema dándole más aire (no es la primera vez que lo pide) para que no resulte densa su lectura... Cumplo en hacerlo. Ojalá cumpla ella en presentarse alguna vez.
ResponderEliminarBuen consejo de la amiga "desconocida", ahora queda mucho mejor el poema.
ResponderEliminar"La eternidad del instante": seguimos con las antilogías, que abren mundos.
Gracias, Juan. Sólo diré que se llama Erica, es poeta, cantante, y de las buenas poetas y cantantes, pero le raja a toda exposición, tanto que hasta publica con seudónimo en suplementos culturales... Pero se las va a ver fieras cuando la editen en libro. Lo que creo será inevitable.
ResponderEliminarPues esperamos ese libro de Erica.
ResponderEliminarHablando de aire... pero manteniendo la densidad...
ResponderEliminarY qué dirá el aire
Que apenas tu perfume lo roza
Colorea la tarde
Uyyyy que lindo!
ResponderEliminarMelancolía?...Nostalgia?...que más da, lo importante es la poesía.
Besos.
De la nostalgia
(...)
¿Cómo recuperar ciertas caricias y los más esenciales abrazos?
¿Cómo revivir la más cierta penumbra, iluminada apenas con la luz de los Beatles,
y cómo hacer que llueva la misma lluvia que veía caer a los trece años?
¿Cómo tornar al éxtasis de sol, a la luz ebria de mis siete años,
al sabor maduro de la mora,
a todo aquel territorio desconocido por la muerte,
a esa palpitante luz de la pureza,
a todo esto que soy yo y que ya no es mío?
Darío Jaramillo.
Gracias, Marian. Esos versos (por lo densos, claro) y los que siguen (la melancólica ilusión de que el eco de su adiós tal vez no vuelva a decirle adiós) son mis preferidos.
ResponderEliminar(Melancolía que le dicen) olvidé decir que lo escribí escuchando a Van The Man.
https://www.youtube.com/watch?v=EBV73-SBLZc
Gracias, Adriana... No conocía la poesía de Jaramillo. Imperdonable. Ya mismo lo subsano. Gracias.
ResponderEliminarMelancoema con sabor a Soul... buena combinación:)
ResponderEliminarPDTA
ResponderEliminarSi me importa lo que le pase, pero ella no sabe que yo sé y no somos amigas.
Pero recuerda...el dicho ayúdate que yo te ayudaré, si uno no tiene la fuerza de salir adelante nadie lo podrá hacer por ti. No lo digo específicamente por el alcohol, lo digo por todo en general.
Un abrazo grande y me encantan tus comentarios porque veo que no pasas a la rápida por cumplir sino que te involucras en mis post.
mar
PDTA 2
ResponderEliminarA veces pasa que cuando uno esta lleno de emoción no puede ni hablar.
Me acorde de un poema de Gabriela Mistral...muy lindo.
El amor que calla
Si yo te odiara, mi odio te daría
en las palabras, rotundo y seguro;
¡pero te amo y mi amor no se confía
a este hablar de los hombres tan oscuro!
Tú lo quisieras vuelto un alarido,
y viene de tan hondo que ha deshecho
su quemante raudal, desfallecido,
antes de la garganta, antes del pecho.
Estoy lo mismo que estanque colmado
y te parezco un surtidor inerte.
¡Todo por mi callar atribulado
que es más atroz que entrar en la muerte!
Tal cual, Mar. Si uno no quiere no hay posible. Hasta la guerra se termina, Lennon decía, si uno quiere.
ResponderEliminarGrande Gabriela. Única. No conocía este poema profundamente sabio. Gracias por revelarlo.
Estoy lo mismo que estanque colmado
y te parezco un surtidor inerte.
¡Todo por mi callar atribulado
que es más atroz que entrar en la muerte!
No vale callar.
Abrazo
He llegado a tu blog a través del blog de Emma Gunst.
ResponderEliminarUn placer recorrer tus letras, Carlos.
Un abrazo desde el norte de España
Ana
Muchas gracias, Ana, el placer es todo mío. El blog de Miriam Tessore ha sido un hallazgo, como percibo que son los tuyos. Que no sé con cuál quedarme. Con todos entonces. Te sigo desde ahora. Un gran abrazo desde Almagro, Buenos Aires, Argentina.
ResponderEliminarAdemás de mi blog personal: Laberinto de lluvia,
ResponderEliminarpuedes visitar mi blog colectivo:
Poesía de mujeres
http://www.poesiademujeres.com
Poesía de mujeres de todo el mundo. Por el momento hay de 136 países.
Besos y gracias
Ana
Allí estaré, con todo gusto. Gracias.
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ResponderEliminarCarlo!!! Que buen poema, che... Y yo sin enterarme.
Anhorabuena y abrazo doble
Gracias, Soco, pero sigo necesitando tu contagio. ABrazos...
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