(Obra de Chema Madoz)
Árbol de nube
En sus ramas de agua
Anidan truenos
Gorjean vientos
Fuertes tormentas crecen
Bajo su sombra
Árbol sin bosque
Aves de lluvia trinan
Un aguacero
Mientras su copa
Duerme como un gato
Color de nube
ResponderEliminarDeliciosos e impecables.
Quiero ser pájaro:
Cobijarme en tus ramas
de etérea nube.
Un abrazo desde la lejanía.
Muchas gracias. Gran aporte. Otro para vos desde aquí...
ResponderEliminarLo que puede sugerir una buena fotografía...!
ResponderEliminarLa culpable de esto, Juan. Gracias.
ResponderEliminarBellísimo!
ResponderEliminarLlego tarde a tu entrada, pero entre la fotografía y tus letras Bingo!
Un abrazo Carlos buen finde.
Gracias, Adriana. Nunca es tarde. Ni existe el nunca...
ResponderEliminarAbrazo. Igual para vos!
¿Estás seguro de que no has contemplado el árbol desde un "horror florido"?
ResponderEliminarJajaja. Genia. Qué agregar?
ResponderEliminarUna "L" :)
ResponderEliminarNo me llames genia, que me abrumo. (Pareces argentino:)
ResponderEliminarGenio, Julio.
ResponderEliminarLo más que tengo (cuando no me queda otro remedio) es "geniecillo" :)
ResponderEliminarUsamos mucho ese término por aquí, es cierto. Pero es que todo viene de allí, Marian, de ese genio o de la manifestación de ese genio que no sólo es propio de los que "hacen una obra de arte", por decirlo de alguna manera, sino también de los que logran verla. Los que contribuyen con esa obra explicándola, por ejemplo, poniéndola en palabras, dilucidándola.
ResponderEliminarO simplemente, sintiéndola.
ResponderEliminarEs cierto lo que dices, Carlos, es también de los que logran verla.
Qué haikus más divinos, Carlos:
ResponderEliminarBelleza, armonía, originalidad y perfección formal.
Enhorabuena
Besos... muchos