No sabría decirte lo que siento
Apenas puedo explicar lo que pienso
Cómo quisiera ver lo que percibo
Que tuviera lugar lo que me imagino
Y que fuera cierto lo que compruebo
Yo a veces nada más escribo
Yo a veces nada más escribo
Aunque no exista lo que observo
Mucho menos lo que sueño
Por más que lo vivo no lo creo
Eso sí, sólo existe este momento
Por más que lo vivo no lo creo
Eso sí, sólo existe este momento
Ojalá supiera decirte lo que siento
Imágenes de Larisa Glushakova
Pues ya lo has hecho.
ResponderEliminarY aunque pudiera parecer todo lo contrario, muy lúcidamente.
Gracias, Ning. Salió mientras jugaba en el jardín con los gatos de mi vecino. No sé qué tiene que ver decir esto, pero así salió. Contiene algún que otro buen verso. Eso sí.
ResponderEliminarSeguro que tiene algo que ver con los gatos, esos seres libres e incomprensibles para el ser humano.
ResponderEliminarExpresar la dificultad de expresar.
Gracias, Juan. Lo que expresan ellos por momentos es tan inexpresable, no es que sean contradictorios, es que no se termina de conocerlos nunca, se los puede explicar pero no son fáciles de explicar. Gracias de nuevo.
ResponderEliminarUna mirada bastara para sanarme...recuerdas eso?
ResponderEliminarMuchas veces con los ojos, con los cariños uno también habla, pero con tu poema lo has logrado y además con exito.
Un abrazo grande y linda semana.
mar
Muchas gracias, Mar, por tus palabras. Me dejas pensando. Lo que rescato siempre ante todo es la sinceridad... Otro para vos.
ResponderEliminarCreo que lo dijiste todo!
ResponderEliminarSólo que hay que leer con los ojos del corazón y tus lectores estamos conectados por un hilo invisible donde fluye energía de la buena.
Besos Carlos.
Gracias, Adriana, vos lo dijiste con toda claridad, conectados por un hilo invisible de energía de la buena. La que nutre de todas maneras. Otro para vos.
ResponderEliminarY seguro que los gatos de tu vecino, ven (y por lo tanto saben) cosas de ti, que te dejarían asombrado.
ResponderEliminarLas veces que trato de comunicarme telepáticamente con ellos. Y estoy seguro que algo me comunican, pero mis antenas siguen dañadas. Tal vez en algún momento un golpe me conecte los cables o tal vez hay terminaciones nerviosas que necesitan madurar con el tiempo. A veces percibo, Ning, como a todos nos pasa, pero no más que eso.
ResponderEliminarLas palabras parecen navegar con ese velero (de bañera:)
ResponderEliminarAy, no estoy de acuerdo con lo de los gatos. Son los perros los que saben más de nosotros. Los gatos saben, sobre todo, de sí mismos, saben sacar partido de esa belleza misteriosa que poseen, pero van a su bola.
ResponderEliminarGracias, Marian, un piropo realmente.
ResponderEliminarModifiqué algunos versos a ver si sonaban (navegaban) mejor. Me acuerdo ahora de Pessoa "Navegar es preciso. Vivir no es preciso".
No sé, me salió.
Puede ser que los perros sean más explícitos, sí.
ResponderEliminarTienen ambos capacidades extrasensoriales, eso sí.
ResponderEliminarCon velero de bañera me refiero a que se encuentra encerrado o limitado.
Un poco dando vueltas (navegando) en el mismo lugar. Tal cual.
ResponderEliminarResulta que en mi búsqueda de fotos y citas sobre personajes y gatos me queda lamentablemente afuera un material maravilloso de quienes aman a los perros y a tal variedad de animales que ni te imaginas...
ResponderEliminarSin contar a los de dos patas:)
ResponderEliminarLos peores.
ResponderEliminarTambién capaces de lo mejor y de lo más excelso. la verdad sea dicha.
ResponderEliminarQque maravilla de palabras
ResponderEliminarme he sentido en contacto
con tu intenso y real texto
Mil besos
Gracias, Mucha. Es que a todos nos pasa sentir así, no? Otros mil para vos.
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