60. Julia, la madre de John Lennon, tenía un gato al que llamaba Elvis.
Pero fue la tía Mimí quien le enseñó a amar a los gatos, tanto que le dejaba
llevar a la casa a todos los que encontraba por la calle. Cuentan que cuando
John fue a vivir con Cynhtia y con Julian a la casa Weybridge, sintiendo como
que algo le faltaba, en un momento escapó por la puerta del fondo para volver un rato después con una gatita atigrada a la que llamó Mimí.
59. En una nota aparecida el 28 de abril de 2005 en el diario madrileño
ABC, el Cardenal Tarcisio Bertone divulgó aspectos de la vida cotidiana de
Benedicto XVI, a quien no dudó en calificar como un hombre de extrema
espiritualidad. En diálogo con el periodista Juan Manuel de Prada declaró:
"Su Santidad ama a los gatos. Lo he visto con mis propios ojos y muchas
veces. En su paseo desde el Borgo Pío al Vaticano solía detenerse a conversar
con los gatos que encontraba por allí. Y no me pregunte en qué idioma, el Papa
es políglota, pero los gatos se quedaban mirándolo encantados, y hasta le
contestaban. Se lo juro.”
58. Hieronymus Bosch pintó imágenes inquietantes, seres misteriosos y
fantásticos, animales mitológicos y reales. Artista con una imaginación poco
común, se interesó por la alquimia, la botánica, la zoología. En sus cuadros es
frecuente ver a uno de los animales que más atrajeron su interés y fascinación,
el gato, como vemos en este sector de ‘El Paraíso Terrenal’, en el panel
izquierdo de su tríptico ‘El Jardín de Las Delicias’ de 1504.
57. “Es bueno vivir rodeado de gatos. Si uno se siente mal, apenas los
mira y ya se siente mejor. Porque ellos saben que las cosas son como son, y que
no hay por qué entusiasmarse nunca. Ellos lo saben.” Charles Bukowski amaba a
los gatos. Como simple prueba recomiendo la lectura de su poema, uno de los
tantos que escribió para sus gatos, "La historia de un sufrido hijo de
puta."
56. En tiempos en que a las mujeres casi todo le estaba prohibido,
cuánto más enseñar con la palabra o por escrito, la ermitaña Juliana de Norwich
(1342-1416) vivió años enclaustrada en compañía de su gato en la iglesia donde
escribió sus 'Revelaciones del Amor Divino', primer libro escrito por una mujer
en lengua inglesa, hoy considerado una de las obras cumbres de la mística y la
teología occidentales. El ícono de Juliana que ilustra la entrada fue pintado
por Robert Lentz, fraile franciscano estadounidense amante de los gatos y
autor de la conocida serie de íconos que fuera rechazada por la Iglesia
Católica Romana por su osadía de pintar figuras de santos y de vírgenes con
gatos y a Dios como mujer.
55. “Estoy como un pez fuera del agua, esperando la misericordia de los
gatos…” (Canta David Crosby en su tema 'Brújula' del álbum 'Sueño Americano' de
CSN&Y)
54. Jacques Prévert, poeta alguna vez surrealista, autor de cotizados
collages, guionista de cine y letrista de canciones, logró su merecido
reconocimiento con el libro “Palabras”. Hombre sencillo que apenas cursó
estudios hasta los 14 años, aborrecía la religión y a los militares, pero amaba
incondicionalmente a los gatos, y era común verlo por las calles dándoles de
comer o hablando con ellos durante horas, siempre con un cigarrillo pegado en
los labios.
53. Colette insistió para que le dieran a Audrey
Hepburn el papel protagónico de su novela Gigí en Broadway. Sólo cuando la
conoció personalmente supo por qué presentía que ese papel era para ella: la
joven actriz amaba a los gatos tanto como Colette. Y ése fue el tema que
tratarían de desentrañar juntas durante el tiempo que se frecuentaron, ¿quién de las dos los amaba más?, aunque jamás se
pondrían de acuerdo.
52. En ‘Bailando con el diablo’ Gustavo Vásquez Lozano cuenta: “Un gato
callejero apareció por el estudio de grabación en Barbados y Keith Richards lo
adoptó y lo llamó Voodoo, le armó un cajoncito con arena para que
tuviera donde hacer sus necesidades, mientras hacía esperar a la banda
en pleno ensayo, por supuesto, y bautizó luego al lugar como Voodoo Lounge (El Salón de Voodoo) y
vaya uno a saber, pero el disco finalmente se llamó así, aunque no contiene
ningún track con ese nombre.”
51. “Hasta el más pequeño de los gatos es una obra maestra”. (Leonardo
da Vinci, Estudio sobre los gatos, 1513)
Tenía razón Prevert, los gatos no casan bien con religiones ni ejércitos.
ResponderEliminarMuy buena esa, Gato. Incluyamos a políticos y jueces. Los gatos no casamos con todos ellos...
ResponderEliminarMe gusta la reflexión de Bukowski, pero la historia del gato de Alain Delon, aunque no está en esta serie, es la que más me gusta, con diferencia.
ResponderEliminarLa de Alain Delón me conmovió. La de Bukowski es amarga, cruda, pero certera. Igual la mayoría me gustan porque son como miradas desde distintos ángulos de un mismo protagonista, el gato. Trato que representen eso.
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