Sobre el lago
La luna se inclina
De madrugada
Luna espía
Asoma la mirada
Al ras del agua
Su piel de plata
Desnuda se refleja
Resplandeciente
Nada radiante
Como una espada
Rasga la bruma
Crujen las alas
Del viento atascado
Entre las ramas
Es un gran regalo, Carlos. Como el carpintero que regala una de sus mesas o el pintor una de sus pinturas.
ResponderEliminarMuchas gracias, lo guardo con cariño.
Y con orgullo...
ResponderEliminar¡Genial!
Estupendo poema de haikus, cada vez tienen más nivel.
ResponderEliminarTe lo debía, Marian. Sólo faltaba que saliera... El agradecido soy yo por provocarlo.
ResponderEliminarGracias, Gato!!!
ResponderEliminarGracias, Juan. Salió en la madrugada del domingo escuchando Mal Waldron plays Eric Satie (gracias al Gato que me lo reveló) y me llevó más tiempo encontrar las fotos...
ResponderEliminarEncantada de provocar cosas buenas (eso sí, con la ayuda de Mal Wandron y Erik Satie:)
ResponderEliminarGracias de nuevo.