Según los chinos el mundo de los muertos es amarillo
Como la hojarasca de otoño y el dolor de Vincent Van Gogh
Como tu lengua, los
biombos en llamas de Akutagawa
El estambre de las calas,
las manos sucias de Dios
La guitarra de John en la terraza de 3 Savile Row
El
brillo de la trompeta de Miles, Time
After Time reseteando mi corazón
Las autopistas de la
mente que aún revisita la Highway Sixty-one
Borges decía que la
ceguera se veía como una neblina amarilla
Aunque hay quien postula con
todo derecho que amarilla es la alegría
Tu delicia, la Consagración
de la Primavera
La balada amarilla de Lorca, las flores de Leonard
Cohen para Hitler
Incluso tus ojos tristes subterráneos
de cirrosis pintados
The Big Yellow Taxi que se
tomó la Joni para llegar
Al paraíso pavimentado
El ocaso amarillo de aquel
tango de Piazzolla
Un
sol parpadeando entre los resquicios de un bosque de cañas
Las alas de la mariposa
que despertaron a Chuang-Tzu del sueño
Tu aliento mojado y
amarillo como una calle de invierno
El submarino psicodélico
navegando el mar de ningún lugar
El tigre de Blake, ardiente
llamarada
También la Avenida de Mayo
tiene ese aire de madrugada
El Pájaro de Fuego
invisible en el terso amarillo
El
jugo del cielo cayendo entre tus labios hasta tus pétalos
Monjes cantando sus mantras amarillos al Buda Elefante
Todo no es más que un momento distante
La poesía de Miguel Hernández que no cesa
Los ecos amarillos de los arrayanes bajo la luna
Los ecos amarillos de los arrayanes bajo la luna
Francisco, el gato pulguiento de mi vieja
Hombres Huecos atravesando el jardín
de gardenias caídas del cielo
Las flores que La
Dama Virgen lucía en el pelo
La Cantata de Puentes
Amarillos, el pan inmóvil de Louis Aragón
El peluche de mi infancia,
violáceo en el negativo
Todo eso que ametralla de
amarillo mi temblor
Que se apaga, se va
apagando como mi agitada respiración
Cuando
me quedo, me voy quedando dormido y amarillo sobre vos
¡Tremendo!, no puedo decir más.
ResponderEliminarSi, incluso puedo decir ¡genial!
ResponderEliminarMe saco el sombrero que no llevo.
ResponderEliminarEstupendo poema. Si me das tu permiso lo utilizaré más adelante.
Soy yo el que se queda sin palabras, Gato. Muy agradecido.
ResponderEliminarSería un honor, Juan. Muy agradecido también.
ResponderEliminar¡Qué cantidad de cosas en este poema! Que una mirada superficial no relacionaría, pero...
ResponderEliminarLo loco es no haber pensado en ellas jamás y un día salieron, estaban allí nomás.
ResponderEliminarNo logró salir del asombro. Poesía de altura.
ResponderEliminar¿Podemos titularle "Poema amarillo"?
ResponderEliminarGracias, Gato.
ResponderEliminarCon todo gusto, Juan.
Qué habilidad para mezclar lo intelectual con los sentimientos (incluido el gato pulguiento de tu vieja) O donde lo intelectual se convierte en sentimental, o al contrario, o no se diferencian fácilmente, ni a lo mejor tienen por qué distinguirse.
ResponderEliminarPoesía con profundidad no cargante, pero cargada de cultura de la entrañable.
Dicho en dos palabras: Maravillosa y Genial (ya que no te lo han dicho:)
ResponderEliminarTal cual, Marian. Está cargada con todo lo entrañable. Gracias.
ResponderEliminarEva Cassidy cantaba de forma casi milagrosa.
ResponderEliminarAcabo de descubrirla gracias a Marian. Talento que quedó trunco debido a una jodida enfermedad. La vida no es del oto justa, cantaba Lou.
ResponderEliminarPues date un paseo por Offbeat Persistente, porque si alguien ha posteado a Eva Cassidy ha sido Gatopardo...
ResponderEliminarHasta autohomenajes se ha dado.
Ya mismo.
ResponderEliminarLa vida no es del todo justa, cantaba Lou... Qué pasa a veces con los dedos de uno? ¿Y con los ojos? Juro que había verificado a ver si estaba bien escrito.
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