760. Mi vieja, Dora Francisca Bavio de Perrotti,
amaba a su gato (tanto que hasta le dio su nombre, Francisco) como amaba los
tangos interpretados por Roberto Goyeneche, en especial “Mano a Mano”, aquel
tango canción compuesto por Gardel y Razzano con letra de Celedonio Flores que
entre sus versos glosaba: “Se dio el juego de remanye cuando vos, pobre
percanta / Gambeteabas la pobreza en la casa de pensión / Hoy sos toda una
bacana, la vida te ríe y canta / Los morlacos del otario los tirás a la
marchanta / Como juega el gato maula con el mísero ratón…” Hoy 30 de marzo hace
cuatro años que falleció mi vieja y la extraño cada día más. (En la foto, mi
vieja junto a mi esposa Mercedes, y con Francisco, su gato maula y pulguiento
en brazos)
759. Los gatos son una temática habitual en la
filatelia del Reino Unido muy requerida por los coleccionistas y aficionados.
Los sellos de esta serie reproducen algunas de las obras de la ilustradora escocesa
Elizabeth Blackadder, especializada en filatelia gatuna: 19p: Sophie o gato
europeo negro. 25p: Puskas o gato siamés y Tigger o gato europeo tabby. 30p:
Chloé o gato persa anaranjado o rojizo. 35p: Kikko o gato europeo tricolor y
Rosie o gato Abisinio.
758. “Acabo de despertarme de una siesta. He
soñado con mi gato, Manolo. No es exactamente mío, sino de una de mis
compañeras de piso. Vivo con ella hace tres años y medio, y hace poco más de
uno que lo trajo a casa. Su nombre en realidad tampoco es Manolo, sino Lobo,
pero a mí me ha dado por llamarlo Manolo, Manolito. Soñé que era de otro color
y que estaba con mi familia y conmigo de vacaciones o algo así. Mientras yo
soñaba, él dormía sobre mi culo. Suele dormir encima de mí algunas tardes si
echo la siesta. Cuando trabajo en el escritorio de mi habitación se tumba en
una manta que he puesto para él junto al ordenador. Por algún motivo elige
estar aquí y no en su sillón o en el salón con mis otras compañeras de piso. Ahora
mientras escribo, está lamiéndose a mi lado. Pasamos bastante tiempo juntos,
así que le hablo. Le confieso cómo me siento, le digo que lo quiero, lo
apachurro contra mí, bailo con él, lo persigo por la casa, lo llamo chancho
porque está un poco gordo, le pido consejos y le pregunto qué va a hacer con su
vida. Él me responde lo que yo quiero: una mirada de dulce incomprensión que me
hace cambiar al instante las inquietudes por una sonrisa.” (“Hablando con
Manolito” por Rocío Wittib, encontrado en https://lifevestunderyourseat.wordpress.com/)
757. Jacques Dutronc, cantautor y actor
cinematográfico francés, famoso por su millonaria colección de 500 dagas y
espadas antiguas, está desde hace mucho casado con la modelo y cantante
Françoise Hardy. Juntos residen en Monticello, Córcega, (y al parecer también
coleccionan gatos) "con sus tres docenas de gatos”, según difunde su
página personal en la web.
756. “Démonette, la demoñita de Jules Amédée
Barbey d'Aurevilly sobrevivió al literato francés. «Démonette para los amigos
íntimos» solía presentarla Barbey. Fue Madame Constantin Paul que le había
confiado la gatita al dandy-escritor en 1884 y él de inmediato la ungió como reina
de la casa, permitiéndole incluso que se estirara sobre los manuscritos en los
que él trabajaba y que comiera con él en la misma mesa para recibir los bocados
más selectos de sus propias manos. Un tal Léon Ostrowski realizó esta pintura
que apareció en la “Revue Illustrée” del 1 de enero de 1887. «Ojos de oro sobre
un trozo de terciopelo negro» la describió Barbey…” (Extractado de “El Tigre en
la Casa” del escritor, fotógrafo y renombrado gatófilo estadounidense Carl van
Vechten)
755. “Si alguien me ha vuelto diabólicamente loco
fue ella, mi delicia, mi Démonette…” exclamó el célebre autor de “Las
Diabólicas” Jules Amédée Barbey d'Aurevilly (1808-1889) mientras estaba siendo
retratado por Félicien Rops.
754. “Yo que murmuro tu nombre cuando muerdo / la
carne nostálgica del poema / te escribo desde un futuro que no habitará mi
sangre / te escribo en el deseo de divulgar sobre tu vientre un fárrago de
semen /: horas antes del silencio vi las sombras merodeando el cuarto / como
fantasmas de gatos / y te reconocí por el color de tu perfume / ¿dónde estaba
tu ubre de lujuria y fin? / ¿tu rojizo manto sobre la mirada clara?” (“Cuarta
paradoja”, poema de Sergio Felipe Mattano en https://mattano.blogspot.com/)
753. “Tengo un amigo que un día de 1971 vio a
Mastronardi en una mesa de un bar de la Avenida de Mayo. “Aquel es
Mastronardi”, le dijo alguien desde la puerta, mientras esperaban que sus
sentidos se acostumbraran a la penumbra del local, y señaló a un hombre de
cabeza blanca que estaba sentado de perfil a una mesa, inmóvil. Me vino a la mente
la imagen que me surge cada vez que pienso en Mastronardi, esa foto en la que
se ve en un sillón a un hombre de unos sesenta años, de anteojos, cejas
gruesas, pelo peinado hacia atrás, mano derecha posada sobre un gato negro:
bajando la mirada hacia el animal como si acechara en él una respuesta
conocida, el hombre parece ignorar totalmente el objetivo, a menos que pensemos
que en su gesto mismo de esquivarlo hay una elaborada puesta en escena. El
gato, en cambio, con los ojos grandes bien abiertos mira hacia adelante: nos
mira a nosotros, que miramos al hombre que no nos mira, al hombre que mira al
gato mirarnos. «El alma, como el gato, mimosa se agazapa.» Algo, que no es
solamente el gato, parece agazaparse en esa foto…” (Quien habla sobre el poeta
y ensayista argentino Carlos Mastronardi en el fragmento inicial de su libro, ‘Mastronardi’,
publicado en 2018 por la Editorial Neutrinos, es Miguel Ángel Petrecca)
751. Su padre irlandés, don Enrique Walsh,
trabajaba en la contaduría de la New Western Railway of Buenos Aires y en sus
ratos de ocio tocaba el piano para su hija, quien asimilaría las tradicionales
nursery rhymes para niños (como Baa Baa black sheep o Humpty Dumpty) y las
construcciones verbales y juegos de palabras característicos del nonsense
británico como fuentes de inspiración para su obra futura. María Elena Walsh se
crió en el Gran Buenos Aires, en Ramos Mejía, en un viejo caserón con fondo,
gallinero, rosales, limoneros, naranjos, una higuera y gatos, los infaltables
gatos de los que se acompañaría y sobre los que escribiría de por vida… (Aquí
fotografiada en 1971 por Pepe Fernández junto a su gata Glinka)
Tu madre... siempre se echa de menos a una madre, Carlos... preciosa foto y bellas palabras las que le dedicas. Todos tienen su lado que me llega al alma, y en el caso de Volarela, me traspasa porque es así cuando ellos se van para siempre. Precioso recuerdo. Ellos y sus regalos, tengo una colección de bichitos, hasta un pobre pajarito que un día cayó en el patio ,)
ResponderEliminarMil besitos más, amigo mío.
Son originales hasta en hacer regalos... Únicos felinos...
EliminarGracias por haber leído mi texto.
Un abrazo para ti y otro para Carlos :)
Muchas gracias, Auro, se extraña (se echa de menos) de forma diferente a una madre, a cada madre, a todas las madres... más cuando pasa el tiempo y evocás todo lo que te enseñó y que recién estás captando recién.
EliminarEl texto de Volarela tenía que estar en el Gaterío, como cada texto infaltable de los que ya están... Con tu última frase, amiga, reconfirmás la calidad de sentimientos que hay en tu corazón. Muchas gracias de nuevo.
Abrazos y besos agradecidos.
Como no darte un abrazo gigante querido Carlos!!! La madre cumple un rol que es irremplazable y lógicamente su perdida creo que se siente toda la vida. Yo perdí a la mía a los 9 años y mi madre del corazón falleció este 2020 así es que te entiendo! Hermoso homenaje a ella y a sus amores gatos que creo son los tuyos por herencia.En casa tenemos a Milo que es "mas que humano"jajajaj muy particular, asi lo amamos. Beso grande!!!!
ResponderEliminarIrremplazable, para siempre, Eli, toda la vida se sentirá que falta algo, una pieza, una parte... No dudo ni por un instante que Milo es un ser diferente, más que humano y (en palabras de Leonardo Da Vinci, siempre apelo a su frase) una obra de arte. Muchas gracias de todo corazón, Eli. Un lujo leer tus versos y comentarios siempre.
EliminarAbrazo (que abarque también a Milo) gigante!!
Un articolo interessante e molto esaustivo, su questi simpatici quattrozampe, che amo tanto...
ResponderEliminarBuongiorno,Carlos,silvia
Esseri senzienti che amiamo così sinceramente, giusto?... E loro lo sanno.
EliminarAbbraccio amica e poeta.
Que lindo homenaje a tu vieja...
ResponderEliminarTodo mi cariño para vos.
❤
Muchísimas gracias, Laurita amiga... y lo recibo, como me enseñó mi Vieja, de corazón.
EliminarUn precioso homenaje a tu madre. Linda foto familiar la que compartes.
ResponderEliminarPreciosa tu bolsa de gatos. Disfruto mucho siempre con tus textos gatunos.
Como sabes adoro a los gatos y cualquier homenaje a estos hermosos amigos me encanta.
Enhorabuena
Un abrazo enorme
Muchas gracias, Ana amiga, gatera y poeta... El amor por los gatos también me lo enseñó mi vieja. Todo dicho, no?
EliminarAbrazo ida y vuelta hasta vos.
"Ojos de oro sobre un trozo de terciopelo negro..." Me ha encantado... Y también la entrañable relación de Rocío con Manolito.
ResponderEliminarHermoso recordar a tu madre, cada día más... Envidiable ese amor que aún se proyecta en tus días!
Felicidades por esta preciosa entrada en honor a los divinos felinos (me rimó ;)) en la que me haces tan buen honor (me repito, hoy no estoy muy inspirada..) ;) al incluirme.
Un abrazo "maullado"
Increíble refinada sensibilidad la de Jules Amédée Barbey d'Aurevilly... El texto de Rocío es entrañable, además de estar muy escrito... Mi madre es mi ejemplo, hasta con su último aliento me enseñó, y me va a llevar toda la vida aprendérmelo... Tu "primera" participación en el Gaterío es un verdadero lujo, amiga, y a la vez un placer y un honor. Sinceramente.
EliminarAbrazos de esos y de todo corazón.
"me va a llevar toda la vida aprendérmelo..."Te comprendo en lo hondo... Mi ánimo grande.
ResponderEliminarTe voy a dejar un micro fantástico para tu próximo gaterío. Es de un autor que me fascina: Jacques Sternberg:
https://ciudadseva.com/texto/los-esclavos/
Tiene una imaginación grandiosa y un prosa perfecta.
Un abrazo y muy feliz finde :)
Muchas gracias, Volarela. Infinitas... Conocía el texto de Sternberg, hace tiempo lamento no tener una foto suya con gatos, y hasta he pensado subirlo con alguna pintura o dibujo (tal vez Manet que era gatófilo también y le encantaba).
EliminarMuchas gracias además por rescatar esa frase: me llevar toda la vida también merecérmela, fue (siempre será) una extraordinaria madre.
Abrazo, amiga, sinceramente agradecido.
Una memorable Bolsa de gatos sin dudas...
ResponderEliminarel mejor recuerdo de la madre y su regalón, eso siempre permanecerá en el alma de quien mucho se ha amado y se sigue amando.-
Los gatos que fascinan a tantos, con uno debería bastar pero en cosa de gustos y de poder está más que claro...
Interesantes historias.
Muchas gracias, Meulen, por tus siempre iluminadoras palabras...
EliminarAbrazo gigante!!
La primera foto eclipsa todo el resto de la bolsa.
ResponderEliminarQué grande tu vieja, y su buen gusto para los tangos. Mano a mano es inoxidable, con frases implacables como "Y mañana cuando seas descolado mueble viejo"
¿tan pulguiento era Francisco? jjajaja
Abrazos amigazo, salud! Y brindo por ese recuerdo que nos dejaste ver y leer
Gran persona, mi vieja... Muchas gracias, Frodo amigo, de corazón!!
EliminarPD: una usina de pulgas. Abrazo amigazo, y muchas gracias de nuevo.
Vuelvo a esta bolsa de gatos preciosa, llena de sentimientos y nostalgia.
ResponderEliminarCada gato es una expresión de lo divino en cuerpo de animal.
Un beso enorme
Muy cierto, Ana, además está en su ADN que fueron divinidades... Somos de religión gatuna vos y yo, amiga!!... Y cada vez somos más!!
EliminarAbrazos y besos.
Adoro los gatos y me siento felina cerca de ellos. Bella tu madre Carlos es preciosa la foto. La vida de nuestros padres se filtra y nos va marcando con cada paso que damos
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen. Se siente lo que dices, amiga, y se refleja en tu poesía... Recuerda que me gustaría tenerte en el Gaterío con un poema para gatos, aunque sea un fragmento, y una foto o dibujo o pintura tuya con ellos.
EliminarAbrazo agradecido.