jueves, 1 de abril de 2021

Bolsa de Gatos 751/760

 



760. Mi vieja, Dora Francisca Bavio de Perrotti, amaba a su gato (tanto que hasta le dio su nombre, Francisco) como amaba los tangos interpretados por Roberto Goyeneche, en especial “Mano a Mano”, aquel tango canción compuesto por Gardel y Razzano con letra de Celedonio Flores que entre sus versos glosaba: “Se dio el juego de remanye cuando vos, pobre percanta / Gambeteabas la pobreza en la casa de pensión / Hoy sos toda una bacana, la vida te ríe y canta / Los morlacos del otario los tirás a la marchanta / Como juega el gato maula con el mísero ratón…” Hoy 30 de marzo hace cuatro años que falleció mi vieja y la extraño cada día más. (En la foto, mi vieja junto a mi esposa Mercedes, y con Francisco, su gato maula y pulguiento en brazos)





759. Los gatos son una temática habitual en la filatelia del Reino Unido muy requerida por los coleccionistas y aficionados. Los sellos de esta serie reproducen algunas de las obras de la ilustradora escocesa Elizabeth Blackadder, especializada en filatelia gatuna: 19p: Sophie o gato europeo negro. 25p: Puskas o gato siamés y Tigger o gato europeo tabby. 30p: Chloé o gato persa anaranjado o rojizo. 35p: Kikko o gato europeo tricolor y Rosie o gato Abisinio.





758. “Acabo de despertarme de una siesta. He soñado con mi gato, Manolo. No es exactamente mío, sino de una de mis compañeras de piso. Vivo con ella hace tres años y medio, y hace poco más de uno que lo trajo a casa. Su nombre en realidad tampoco es Manolo, sino Lobo, pero a mí me ha dado por llamarlo Manolo, Manolito. Soñé que era de otro color y que estaba con mi familia y conmigo de vacaciones o algo así. Mientras yo soñaba, él dormía sobre mi culo. Suele dormir encima de mí algunas tardes si echo la siesta. Cuando trabajo en el escritorio de mi habitación se tumba en una manta que he puesto para él junto al ordenador. Por algún motivo elige estar aquí y no en su sillón o en el salón con mis otras compañeras de piso. Ahora mientras escribo, está lamiéndose a mi lado. Pasamos bastante tiempo juntos, así que le hablo. Le confieso cómo me siento, le digo que lo quiero, lo apachurro contra mí, bailo con él, lo persigo por la casa, lo llamo chancho porque está un poco gordo, le pido consejos y le pregunto qué va a hacer con su vida. Él me responde lo que yo quiero: una mirada de dulce incomprensión que me hace cambiar al instante las inquietudes por una sonrisa.” (“Hablando con Manolito” por Rocío Wittib, encontrado en https://lifevestunderyourseat.wordpress.com/)





757. Jacques Dutronc, cantautor y actor cinematográfico francés, famoso por su millonaria colección de 500 dagas y espadas antiguas, está desde hace mucho casado con la modelo y cantante Françoise Hardy. Juntos residen en Monticello, Córcega, (y al parecer también coleccionan gatos) "con sus tres docenas de gatos”, según difunde su página personal en la web.





756. “Démonette, la demoñita de Jules Amédée Barbey d'Aurevilly sobrevivió al literato francés. «Démonette para los amigos íntimos» solía presentarla Barbey. Fue Madame Constantin Paul que le había confiado la gatita al dandy-escritor en 1884 y él de inmediato la ungió como reina de la casa, permitiéndole incluso que se estirara sobre los manuscritos en los que él trabajaba y que comiera con él en la misma mesa para recibir los bocados más selectos de sus propias manos. Un tal Léon Ostrowski realizó esta pintura que apareció en la “Revue Illustrée” del 1 de enero de 1887. «Ojos de oro sobre un trozo de terciopelo negro» la describió Barbey…” (Extractado de “El Tigre en la Casa” del escritor, fotógrafo y renombrado gatófilo estadounidense Carl van Vechten)





755. “Si alguien me ha vuelto diabólicamente loco fue ella, mi delicia, mi Démonette…” exclamó el célebre autor de “Las Diabólicas” Jules Amédée Barbey d'Aurevilly (1808-1889) mientras estaba siendo retratado por Félicien Rops.




754. “Yo que murmuro tu nombre cuando muerdo / la carne nostálgica del poema / te escribo desde un futuro que no habitará mi sangre / te escribo en el deseo de divulgar sobre tu vientre un fárrago de semen /: horas antes del silencio vi las sombras merodeando el cuarto / como fantasmas de gatos / y te reconocí por el color de tu perfume / ¿dónde estaba tu ubre de lujuria y fin? / ¿tu rojizo manto sobre la mirada clara?” (“Cuarta paradoja”, poema de Sergio Felipe Mattano en https://mattano.blogspot.com/)





753. “Tengo un amigo que un día de 1971 vio a Mastronardi en una mesa de un bar de la Avenida de Mayo. “Aquel es Mastronardi”, le dijo alguien desde la puerta, mientras esperaban que sus sentidos se acostumbraran a la penumbra del local, y señaló a un hombre de cabeza blanca que estaba sentado de perfil a una mesa, inmóvil. Me vino a la mente la imagen que me surge cada vez que pienso en Mastronardi, esa foto en la que se ve en un sillón a un hombre de unos sesenta años, de anteojos, cejas gruesas, pelo peinado hacia atrás, mano derecha posada sobre un gato negro: bajando la mirada hacia el animal como si acechara en él una respuesta conocida, el hombre parece ignorar totalmente el objetivo, a menos que pensemos que en su gesto mismo de esquivarlo hay una elaborada puesta en escena. El gato, en cambio, con los ojos grandes bien abiertos mira hacia adelante: nos mira a nosotros, que miramos al hombre que no nos mira, al hombre que mira al gato mirarnos. «El alma, como el gato, mimosa se agazapa.» Algo, que no es solamente el gato, parece agazaparse en esa foto…” (Quien habla sobre el poeta y ensayista argentino Carlos Mastronardi en el fragmento inicial de su libro, ‘Mastronardi’, publicado en 2018 por la Editorial Neutrinos, es Miguel Ángel Petrecca)






752. “Mi gato Motas me trajo una lagartija muerta: un regalo amoroso. Una ilusión emocionada de su gallarda destreza, sólo para mí. Olía a rígida tristeza… aquel desafortunado despojo. Pero yo tomé a mi gato, profundo como un sueño del mar, y le besé el hociquillo áspero; y amé su gatuno maullido de triunfo. Luego, deposité su salvaje lealtad en un hueco de mi ventrículo derecho que dice: "regalos peludos"… Mi gato Motas murió sin ruido, con el sigilo de su especie. Con elegancia, cerró las puertas de sus infinitos mundos terrestres, y se deslizó ágilmente por la gatera celeste. Yo no sé por qué espacio lejano deambula él con sus patitas de algodón. Pero muchas veces, cuando menos lo espero, tumbada en el bostezo de mi sofá o guisando las ideas de mi sesera, escucho una lejana vocecilla, delicada como una bruñida caracola, deslizándose sinuosa por mi oído hasta dejar un dardo de polen en mi pecho: «Miaauuuuu...» Y sé que es él, llamándome quedito... barriendo con su cola los suspiros de las estrellas. (“Mi gato Motas” escrito por Volarela e ilustrado por Clara Sánchez Romero, publicado el 9/1/21 en su imperdible blog https://volarela.blogspot.com/2020/07/mi-gato-rojo.html)





751. Su padre irlandés, don Enrique Walsh, trabajaba en la contaduría de la New Western Railway of Buenos Aires y en sus ratos de ocio tocaba el piano para su hija, quien asimilaría las tradicionales nursery rhymes para niños (como Baa Baa black sheep o Humpty Dumpty) y las construcciones verbales y juegos de palabras característicos del nonsense británico como fuentes de inspiración para su obra futura. María Elena Walsh se crió en el Gran Buenos Aires, en Ramos Mejía, en un viejo caserón con fondo, gallinero, rosales, limoneros, naranjos, una higuera y gatos, los infaltables gatos de los que se acompañaría y sobre los que escribiría de por vida… (Aquí fotografiada en 1971 por Pepe Fernández junto a su gata Glinka)


23 comentarios:

  1. Tu madre... siempre se echa de menos a una madre, Carlos... preciosa foto y bellas palabras las que le dedicas. Todos tienen su lado que me llega al alma, y en el caso de Volarela, me traspasa porque es así cuando ellos se van para siempre. Precioso recuerdo. Ellos y sus regalos, tengo una colección de bichitos, hasta un pobre pajarito que un día cayó en el patio ,)

    Mil besitos más, amigo mío.

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    1. Son originales hasta en hacer regalos... Únicos felinos...
      Gracias por haber leído mi texto.
      Un abrazo para ti y otro para Carlos :)

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    2. Muchas gracias, Auro, se extraña (se echa de menos) de forma diferente a una madre, a cada madre, a todas las madres... más cuando pasa el tiempo y evocás todo lo que te enseñó y que recién estás captando recién.
      El texto de Volarela tenía que estar en el Gaterío, como cada texto infaltable de los que ya están... Con tu última frase, amiga, reconfirmás la calidad de sentimientos que hay en tu corazón. Muchas gracias de nuevo.

      Abrazos y besos agradecidos.

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  2. Como no darte un abrazo gigante querido Carlos!!! La madre cumple un rol que es irremplazable y lógicamente su perdida creo que se siente toda la vida. Yo perdí a la mía a los 9 años y mi madre del corazón falleció este 2020 así es que te entiendo! Hermoso homenaje a ella y a sus amores gatos que creo son los tuyos por herencia.En casa tenemos a Milo que es "mas que humano"jajajaj muy particular, asi lo amamos. Beso grande!!!!

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    1. Irremplazable, para siempre, Eli, toda la vida se sentirá que falta algo, una pieza, una parte... No dudo ni por un instante que Milo es un ser diferente, más que humano y (en palabras de Leonardo Da Vinci, siempre apelo a su frase) una obra de arte. Muchas gracias de todo corazón, Eli. Un lujo leer tus versos y comentarios siempre.

      Abrazo (que abarque también a Milo) gigante!!

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  3. Un articolo interessante e molto esaustivo, su questi simpatici quattrozampe, che amo tanto...
    Buongiorno,Carlos,silvia

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    1. Esseri senzienti che amiamo così sinceramente, giusto?... E loro lo sanno.

      Abbraccio amica e poeta.

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  4. Que lindo homenaje a tu vieja...
    Todo mi cariño para vos.

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    1. Muchísimas gracias, Laurita amiga... y lo recibo, como me enseñó mi Vieja, de corazón.

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  5. Un precioso homenaje a tu madre. Linda foto familiar la que compartes.

    Preciosa tu bolsa de gatos. Disfruto mucho siempre con tus textos gatunos.

    Como sabes adoro a los gatos y cualquier homenaje a estos hermosos amigos me encanta.

    Enhorabuena
    Un abrazo enorme

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    1. Muchas gracias, Ana amiga, gatera y poeta... El amor por los gatos también me lo enseñó mi vieja. Todo dicho, no?

      Abrazo ida y vuelta hasta vos.

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  6. "Ojos de oro sobre un trozo de terciopelo negro..." Me ha encantado... Y también la entrañable relación de Rocío con Manolito.
    Hermoso recordar a tu madre, cada día más... Envidiable ese amor que aún se proyecta en tus días!
    Felicidades por esta preciosa entrada en honor a los divinos felinos (me rimó ;)) en la que me haces tan buen honor (me repito, hoy no estoy muy inspirada..) ;) al incluirme.
    Un abrazo "maullado"

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    1. Increíble refinada sensibilidad la de Jules Amédée Barbey d'Aurevilly... El texto de Rocío es entrañable, además de estar muy escrito... Mi madre es mi ejemplo, hasta con su último aliento me enseñó, y me va a llevar toda la vida aprendérmelo... Tu "primera" participación en el Gaterío es un verdadero lujo, amiga, y a la vez un placer y un honor. Sinceramente.

      Abrazos de esos y de todo corazón.

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  7. "me va a llevar toda la vida aprendérmelo..."Te comprendo en lo hondo... Mi ánimo grande.

    Te voy a dejar un micro fantástico para tu próximo gaterío. Es de un autor que me fascina: Jacques Sternberg:

    https://ciudadseva.com/texto/los-esclavos/

    Tiene una imaginación grandiosa y un prosa perfecta.

    Un abrazo y muy feliz finde :)


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    1. Muchas gracias, Volarela. Infinitas... Conocía el texto de Sternberg, hace tiempo lamento no tener una foto suya con gatos, y hasta he pensado subirlo con alguna pintura o dibujo (tal vez Manet que era gatófilo también y le encantaba).
      Muchas gracias además por rescatar esa frase: me llevar toda la vida también merecérmela, fue (siempre será) una extraordinaria madre.

      Abrazo, amiga, sinceramente agradecido.

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  8. Una memorable Bolsa de gatos sin dudas...

    el mejor recuerdo de la madre y su regalón, eso siempre permanecerá en el alma de quien mucho se ha amado y se sigue amando.-

    Los gatos que fascinan a tantos, con uno debería bastar pero en cosa de gustos y de poder está más que claro...

    Interesantes historias.

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    1. Muchas gracias, Meulen, por tus siempre iluminadoras palabras...

      Abrazo gigante!!

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  9. La primera foto eclipsa todo el resto de la bolsa.
    Qué grande tu vieja, y su buen gusto para los tangos. Mano a mano es inoxidable, con frases implacables como "Y mañana cuando seas descolado mueble viejo"

    ¿tan pulguiento era Francisco? jjajaja

    Abrazos amigazo, salud! Y brindo por ese recuerdo que nos dejaste ver y leer

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    1. Gran persona, mi vieja... Muchas gracias, Frodo amigo, de corazón!!

      PD: una usina de pulgas. Abrazo amigazo, y muchas gracias de nuevo.

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  10. Vuelvo a esta bolsa de gatos preciosa, llena de sentimientos y nostalgia.

    Cada gato es una expresión de lo divino en cuerpo de animal.

    Un beso enorme

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    1. Muy cierto, Ana, además está en su ADN que fueron divinidades... Somos de religión gatuna vos y yo, amiga!!... Y cada vez somos más!!

      Abrazos y besos.

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  11. Adoro los gatos y me siento felina cerca de ellos. Bella tu madre Carlos es preciosa la foto. La vida de nuestros padres se filtra y nos va marcando con cada paso que damos

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    1. Muchas gracias, Carmen. Se siente lo que dices, amiga, y se refleja en tu poesía... Recuerda que me gustaría tenerte en el Gaterío con un poema para gatos, aunque sea un fragmento, y una foto o dibujo o pintura tuya con ellos.

      Abrazo agradecido.

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