650. Tanaquil Le Clercq es la autora de “The
Autobiography of a Cat”, el libro dedicado a Mourka, la gata bailarina que
entrenaron junto con su esposo George Balanchine, maestro del ballet.
649. El maestro
de ballet George Balanchine y su esposa, la bailarina Tanaquil Le Clercq,
compartieron las mismas pasiones: la danza y los gatos. Tanaquil acompañó a
Balanchine en su sueño de trasladar a la danza 'la perfección de movimientos'
de los gatos, por lo que juntos entrenaron a su gata Mourka...
648. “Cuando
vivíamos juntos en París, él solía sacar a mi gato al balcón, pero no porque
fuera alérgico o quisiera mortificarme o bromear porque yo amaba a mi gato,
sino porque él mismo era un gato y, se sabe, ningún gato quiere a otro en su
territorio...” contó Juliette Gréco en una audición radial en los 90’s al
evocar su relación con el mítico jazzero estadounidense Miles Davis.
647. “Es mi hora
de almuerzo / así que me voy a dar un paseo / entre los taxis tiznados de ruido
/ Primero por la acera donde los obreros alimentan / sus sucios y brillosos
torsos con sándwiches y Coca-Cola / con sus cascos amarillos puestos / porque
los protegen de los ladrillos que caen, supongo / Después por la avenida donde
las faldas dan vueltas / sobre tacos altos, inflándose sobre las rejillas / El
sol abrasa, pero los taxis empujan el aire / Miro las ofertas de relojes
pulsera / Hay gatos jugando sobre el aserrín…” (Fragmento del poema “A un paso
de distancia de ellos” de Frank O’Hara)
646. “Puede que
Vincent anduviera en esos días jugando por ahí, aunque en general seguía los
pasos artísticos de su madre. Al igual que con la poesía, empezó copiando.
Utilizando cuadernos de dibujo para principiantes delineó sus primeras imágenes
con esmero, entre ellas la escena de una granja que pintaría luego para el
cumpleaños de su padre en febrero de 1864. Anna daba sus propias obras a
Vincent para que trazara los contornos y las coloreara; eran sobretodo flores de
los decorativos ramos que tanto le gustaban. En una ocasión cogió lápiz y papel
y salió para recrear su propia visión del mundo. Uno de sus primeros modelos
fue el gato negro de su familia, al que pintó trepando por un manzano sin hojas.
Pero era un pésimo dibujante y, frustrado, destruyó su esbozo a poco de
terminarlo. Luego intentó 'Mano con tazón y gato' y notó alguna mejora…” relata
Steven Naifeh en su detallada "Biografía de Vincent van Gogh". ('Mano
con tazón y gato' es un dibujo en tiza negra sobre papel verjurado, realizado en
Nuenen entre marzo y abril de 1885 y actualmente exhibido en el Museo Van Gogh de
Amsterdam)
645. “La mujer
americana lo observó todo desde la ventana. En el suelo, a la derecha, un gato
se había acurrucado bajo uno de los bancos verdes. Trataba de achicarse todo lo
posible para evitar las gotas de agua que caían a los lados de su refugio. El
gato tenía que estar a la derecha.Tal vez pudiese acercarse protegida por los
aleros. Mientras tanto, un paraguas se abrió detrás. –Voy a buscar a ese gatito
–dijo ella. –Iré yo, si quieres –se ofreció su marido desde la cama. –No, voy
yo. El pobre minino se ha acurrucado bajo el banco para no mojarse ¡Pobrecito!”
(Fragmento de “El gato bajo la lluvia”, cuento de Ernest Hemingway que Gabo
García Márquez postuló como 'el mejor de toda la historia de la literatura' y
que podés leer en https://www.literatura.us/idiomas/eh_elgato.html)
644. "Mi
gato murió. Ahora puedo suicidarme… "(Adília Lopes, seudónimo literario de
María José da Silva Viana Fidalgo de Oliveira, notable poeta, cronista y
traductora portuguesa.
643. Chester
Himes, considerado uno de los padres de la novela negra norteamericana, nunca
supo manejar sus finanzas, por
lo que tuvo que travesar muy duras penurias económicas con la única compañía su
gato siamés Griot. "Le puse el nombre de los magos de los Tribunales de
los Reyes de África occidental", le aseguró Himes en una entrevista de
1972 a un periódico de Stuttgart. “Griot es mi compañero de viajes desde que
tuve que pagar un alto precio por dejarlo solo en casa durante un fin de
semana. Tanto me extrañó que al volver me encontré con mi estudio patas para
arriba, los sillones arañados, las lámparas volcadas, mi biblioteca toda
mordizqueada. Fue su manera de mostrarme su disgusto por mi ausencia. Y la
verdad es que yo lo había extrañado mucho también, por lo que decidí que esa tenía
que ser la última vez que nos separáramos.”
642. «Cuando me
dices gatita me atraviesa una corriente que sigue veloz el curso de mi columna
vertebral. Podría decir que hasta siento las ganas de mi cuello de que lo
muerdas. Fíjate y verás cómo en tres tiempos mi espalda se me expande, se
contrae, se expande… Ga-ti-ta. Y si no siguieras hablando podrías escuchar mi
ronroneo. Cuando me dices gatita se me hace agosto, noche en el tejado bajo la
Luna. Llamas a mi animal y ésta es la que responde. Me encaramo a tus ramas, me
asomo a tus resquicios y juguetona te observo, atenta a tu primer movimiento
para saltar a tu regazo. Mi cabeza busca tu caricia y me contoneo para que tus
manos recorran mi cuerpo. Cuando me dices gatita se despierta mi celo.»
(“Gatita” de Alís Gómez. Publicado el pasado 2 de abril en su blog personal
https://micajonde-sastre.blogspot.com/)
641. “Muchacha
dormida con un gato” de Pierre-Auguste Renoir, óleo sobre lienzo de 1880, integra
la colección del Sterling and Francine Clark Art Institute de Williamstown,
Estados Unidos. La joven modelo Angèle dormita en un sillón rojo con un gato
gris en su regazo. Uno de los tirantes de su blusa cae mostrando su hombro,volviendo
más sensual y delicada su pose, la que conjuga con el gesto mimoso de su gato
al que casi podemos imaginar ronroneando sobre ella. El fondo es casi neutro,
reduciendo los elementos compositivos a las mencionadas figuras y al sillón
rojo varias veces utilizado por el maestro impresionista amante de los gatos.
Yo tenía una gata. Llegó en un barco pesquero que faenaba en las costas Noruegas. Mi abuela lo acogió al verlo en la lonja de Vigo donde había cambiado de manos un par de veces. Ella se lo ofreció a mi madre que, habiendo vivido una infancia rodeada de gatos libres en una aldea de Galicia, no pudo resistirse a revivir aquellos momentos de restregones felinos por la pierna y ronroneos al calor del brasero. Los gatos tienen algo especial. Mira los Egipcios, civilización inteligente, como les dieron espacio en su posteridad.
ResponderEliminarSaludos!
Creature deliziose,i gatti, nel movimentare attimi della nostra vita...
ResponderEliminarUn articolo interessante che ho molto apprezzato.
Cari saluti, Carlos, silvia
Interesante como siempre que leo de gatos...me.llama la.atención Van Gogh, no sabía de eso, y hubiera sido muy bueno ver ese cuadro desechado de sus trabajos.
ResponderEliminarComo siempre los felinos haciendo compañía , llenando espacios vacíos de tantos.
Bueno finde.
Me gusta tanto y agradezco tanto tu comentario, CleveLand, que te propongo: tienes alguna foto o dibujo o pintura tuya, en la que estés con un gato, tuyo o no (condición indispensable para que te suba a mi Gaterío con este texto tan bien escrito como conmovedor?... En mi Gaterío subo a personas, personajes y personalidades de las artes, la política, el deporte, la ciencia, cualquier disciplina o actividad que los muestre junto al gato como protagonista.
ResponderEliminarTe mando un fuerte abrazo una vez más agradecido.
Grazie mille sempre, Silvia, poeta e amica di la poesia e la passione per i gatti...
ResponderEliminarMis espacios, tal cual, Meulen, en todo momento habitados por todos y cada uno de los gatos que me han tenido (nadie tiene un gato, nos tienen, en realidad) ¿Podés creer que los recuerdo a todos y a cada uno, cada nombre, cada atributo distintivo de su personalidad...?
ResponderEliminarAbrazo más que grande inspiradora Meulen hasta allá...
Ya se sabe que los gatos machos no aceptan rivales y son capaces de matar a sus propios varones una vez alcanzados estos la edad adulta... por esos los hombres gatos o felinos sientes esa celosidad. Cuánto me gusta tu bolsa de gatos, Carlos.
ResponderEliminarMil besitos grandes para ti y feliz finde.
Me fascinan los gatos. Siempre tuve y tengo gatos =D
ResponderEliminarMuchos abrazos.
Me hiciste acordar de Charles Le Brun y sus estudios sobre la fisonomia de gatos y seres humanos. Él notaba también una similitud entre ambos en varios aspectos... Mira si tienes ganas, Auro, la entrada 95 de la Bolsa de Gatos 91/100:
ResponderEliminarhttps://blog-win-en-el-viento.blogspot.com/2015/10/
Abrazo gigante.
Qué bueno, Patricia. Me identifico con vos y siento lo que Mark Twain con quienes aman a los gatos.
ResponderEliminarUn verso o una frase tuya y una foto o dibujo o pintura en la que estés con un gato y (lo mismo que más arriba le dije a CleveLand) me encantará que estés en mi Gaterío además de obviamente divulgar tu blog de poeta.
Abrazo gigante.
Qué maravilla. Tu espacio gatuno me encanta. Los gatos llenan nuestra vida de belleza, tranquilidad y cariño. Son seres mágicos.
ResponderEliminarTu bolsa de gatos es sensacional.
Aplausos para ti y para los gatitos.
Un beso
Muchas gracias siempre, Ana, y perdona la demora en responderte, amiga tan gatera como yo.
ResponderEliminarAbrazo hasta vos.
Qué sorpresa ver a una conocida en común en esta bolsa!
ResponderEliminarY también encontrarme con que la presión que metí con lo de Hemingway surgió efecto. ¡qué buen cuento ese! No pasa mucho, pero es un momento descrito perfectamente.
Abrazo grande amigo. Sigo adelante... veo que te tenía abandonado desde hace varios días
Qué bueno que la buena gente se reúna en mi Gaterío. Buena gente porque aman a los gatos. Mark Twain dixit.
ResponderEliminarVos lo pediste, vos lo tenés. Próximo pedido? Con gusto lo realizaré.
Abrazo inmenso, amigo!!