¿Mi gato mudo
Será el que me dicta
Lo que escribo?
Maúlla en blanco
Sus ojos son más claros
Que las palabras
Suena el timbre
Me mira de rojo:
¿Importa quién es?
Entre bostezos
Mi puñado de nube
Se lame lento
Es mi regazo
El merecido trono
Por su majestad
Lo acaricio
Y dice ronroneando:
También te quiero...
Sabe que hace
De mí lo que él quiere
Y se deleita
Dormita alerta
El rastro de su sombra
Busca en sueños
¡Timbre otra vez!
Exhala satisfecho:
Ya se va a ir...
ResponderEliminarBravo por tu poema en clave de haikus!!!
Tu gato mudo
se ha llevado tus sueños
hechos poema.
Abrazo en blues, Carlos
Muchas gracias, Soco. Qué bello haiku. Me gusta decir haikus o, mejor dicho, los que al decirlos se descubre que lo son.
ResponderEliminarY has dejado un verso de cinco o siete sílabas (según se prefiera) rubricando el comentario: Abrazo en blues. De lo mejor...
Mi corazón contigo, amigo:
ResponderEliminarBellísimos haikus llenos de belleza y sueños.
Siempre la hermosura latiendo en tu palabra, siempre la utopía, la nostalgia y la melancolía.
Te dejo un beso
Ana
Si ese precioso gato pudiese hablar, te daría las gracias y te felicitaría.
ResponderEliminarEstupendos haikus.
Muchas gracias, Ana. Es lo primero que me salió en esta nueva "instancia". Me gusta el término porque indica al mismo tiempo lugar y momento.
ResponderEliminarAbrazo, Ana, agradecido una vez más.
Muchas gracias, Juan. Ahí anda mi gato mudo en casa de un vecino. Tiene luz propia, verdad? El único sonido que le he escuchado emitir es su ronroneo, como si por momentos (sólo cuando está mimoso o quiere darte su afecto) se le encendiera dentro un motor.
ResponderEliminarRespecto de los haikus traté de relatar una escena de los últimos días. Muchas gracias otra vez.
Hacer un poema con haikus, ya es para nota.
ResponderEliminarTu manojo de nube, que sigue persiguiendo el rastro de su sombra, busca tu regazo porque sabe que en él se siente protegido y comprendido. De tarde en tarde, se escucha un maullido desgarrado, es su forma de hacerse entender para decirte que sabe bien por lo que está pasando tu alma.
Hoy te envío una caricia al corazón.
Kasioles
Muchas gracias, Kasioles. Anoche lo escuché maullar así y por la madrugada volvió ronronear a mi lado. Si algo saben los gatos es cuando deben o no estar a tu lado... Y muchas gracias por la caricia que llegó a mi corazón.
ResponderEliminarAbrazo inmensamente agradecido!