No hacemos más que sernos
Reversionarnos
Ni por un momento dejamos
De protagonizarnos…
1170. “Vivo en la casa de mi gato y le agradezco
me permita atender sus necesidades y utilizar sus dominios.” (Marlon Brando)
1169. “Era una persona sumamente ocupada, a veces sentía que su día necesitaba 48 y no 24 horas, vivía pendiente de su teléfono celular, del trabajo, olvidándose de su vida. Siempre luchó por ser la mejor, se destacaba en deportes, fue la abanderada en la escuela por sus excelentes calificaciones y se recibió en su carrera universitaria con honores y gracias a eso obtuvo un excelente empleo. Profesionalmente era la mejor, pero personalmente comenzó a sentir que el mundo la ahogaba, hacía tiempo que no miraba una puesta de sol, una flor o simplemente la nada. Un día después de su trabajo, decidió caminar hasta su casa en lugar de tomar el metro, necesitaba aire fresco y respirar profundo. Así sin pensarlo, se sentó en una plaza, silenció el teléfono y cerró los ojos, un maullido suave la sobresalto y al abrirlos se encontró con un pequeño gatito a sus pies, buscando calor. Simplemente sonrió, lo tomó en sus brazos y lo acunó, el pequeño se sentía bien en su regazo y con un suave ronroneo se durmió. María sintió calma y paz, mucha paz. Se quedó un largo rato observándolo, así sin hacer nada, se sintió bien y acariciando al pequeño minino, sintió que había encontrado su luz, se marchó a su casa con el gatito envuelto en su bufanda, le dio calor, cuidados y él a cambio le regaló su serenidad. Ahora María sabe que ese momento de no hacer nada, mientras esa pequeña bola de pelos duerme en sus brazos, es el mejor momento de su día. Cuando sale de su trabajo ya no mira el celular y solo corre a su casa porque alguien espera su llegada y simplemente comparten eso, el reto diario de ignorar al mundo y que a ambos les llena el alma.” (‘El reto de María’, por Patricia Fulvey, en la foto con Romeo en brazos, publicado en el muy recomendable blog https://somosartesanosdelapalabra.blogspot.com/)
1168. El político, militar, estadista británico y
escritor Premio Nobel de Literatura 1953 Winston Churchill lo dejó por escrito
en sus ‘Memorias’: “Los perros nos miran como si fuéramos sus dioses, los
caballos de igual a igual, pero los gatos nos miran como sus súbditos. (En la
fotografía, Churchill rodeado por su familia y con su entrañable Jock en su
regazo)
1167. "Cuando un gato cae de un árbol se relaja completamente y aterriza suavemente en el suelo. Pero si el gato estuviera a punto de caer y no lo deseara se pondría tenso, rígido, y al aterrizar no sería más que una bolsa de huesos rotos. De la misma manera, la filosofía del Tao explica que todos nos caemos de un árbol a cada instante en nuestras vidas. De hecho en el instante en que nacimos fuimos arrojados a un precipicio en el que aún estamos cayendo y no hay nada que pueda detener la caída que significa vivir... Entonces, en lugar de hacerlo en un estado de tensión constante y aferrarnos a toda clase de cosas y fenómenos que en realidad también están cayendo, como nosotros, porque el mundo entero es impermanente, te conviene ser como un gato", escribió Alan Watts, filósofo británico, sacerdote anglicano, escritor y conferencista experto en religión. Se le conoce en occidente sobre todo por su labor como intérprete y popularizador de las filosofías orientales.
1166. “Ni príncipes ni reinas / ni princesas ni reyes / ni lacayos ni súbditos / Walt Disney se volvió a equivocar / los gatos no son aristogáticos / todos tiene el poder de seducir, de ser gatos / Gatos lumpen / ociosos y vagos / gatos linyeras / los gatos conquistarán el mundo / impondrán su gatocracia / sin consenso / Tod*s seremos gatos / igualad-s por el deseo / No depilarnos / tener bigotes / mil novixs, mil hijxs / jugar a la guerra y alcanzar la contemplación / de Buda loto / meditando sobre la heladera / en la cocina…” (“A los gatos no les gustan los títulos nobiliarios”, poema escrito por Leonor Silvestri, integra “Después de vos”, dedicado a Alí, Blanquita y Anita, poemario en el que poetiza la ausencia de lo más amado, sus tres gatas.
1165. "Lo que en general a la gente le
molesta de los gatos es su independencia, sus conductas libertarias,
anarquistas, que sean ociosos, vagos, callejeros, por lo que a mí me fascinan",
comenta Leonor Silvestri, poeta especializada en literatura antigua. "En
la casa de mis padres son gateros, mi abuela es una de esas viejas locas que
les dan de comer a los gatos, de esas que no le dan de comer al marido pero los
gatos del barrio comen todos y antes… Los gatos son personajes mucho más
literarios que otros animales. Igual yo soy proanimal: si bien tengo una
fascinación casi que pluscuamperfecta por los gatos, la verdad es que con todos
los animales me conmuevo; de hecho me volví vegetariana hace tres años, con
mucho esfuerzo. No como carne, pero no porque no me guste, sino para no hacerle
daño a ningún animal."
1164. Theóphile Gautier tuvo infinidad de gatos, entre los que recordamos a Childebrand, gato negro con rayas blancas al que mencionó, como a la mayoría de sus mininos, en "La Ménagerie Intime", Cléopatre, una gata hija de Éponine a la que le encantaba mantenerse sobre 3 patas, Don Pierrot de Navarre, gato blanco al que le gustaba robarle la pluma y escondérsela en cualquier lado, Enjoras, también negro e hijo de los blancos Don Pierrot y Séraphita, Éponine, gato de piel oscura con los ojos verdes procedente de los mismos padres que Enjoras, Gavroche, gato manchado y también procedente de la misma pareja, Madame Theóphile, gata blanca rojiza a la que le fascinaba robarles la comida a todos y Zizi, un gato de angora que se deleitaba aporreando durante horas las teclas del piano. Gautier era un verdadero obseso de los gatos (“los amo más que al opio”, solía decir), como lo prueba hacerse diseñar una placa gatuna para su tumba en el cementerio de Montmartre en París.
1163.
Aviso encontrado en la página de Facebook de Quiero Miranda Perú hoy 8
de agosto Día Internacional del Gato. Comparten como es sabido esta celebración
las fechas 20 de febrero y 29 de octubre, aunque para mí cada día es el Día del
Gato.
1162. “Gato Siamés y Mariposa” de la grabadora e
ilustradora Agnes Miller Parker, nacida en Ayrshire y formada en Londres,
artista devota de los gatos en general y del siamés en particular. Un verdadero
clásico se considera esta obra impresa originalmente en 1939 en Shenval Press
por el editor Robert Harling. El original se conserva en en el Museo de Nueva
Zelanda y la primera reimpresión de 1951(bajo la celosa supervisón del mismo
Harling) fue adquirida por el Museo Nacional de Escocia.
1161. "El gato ha sido el animal totémico de
mi vida. El de Borges era el tigre, que viene a ser lo mismo, pero en argentino,
o sea más pretencioso” dijo alguna vez Francisco Umbral.
Over the rainbow
Tokyo solo
In your quite place
1160. "Tengo tres gatos, una es la loca del
altillo, vive en un cuartito de arriba y no baja nunca. No se deja tocar por
nadie salvo por mí y sólo si estoy en estado horizontal. Con Grillo, mi marido,
pensamos que debe tener una fobia porque cuando estamos en la cama se sube y se
deja acariciar, pero cuando nos incorporamos sale corriendo. Se llama Ceniza.
Corazón es el gato más pegote que tuve en toda la vida, se mete dentro del pelo
de la gente ya que los pelos y las barbas son su fascinación. Y la Negrita es
herencia de Alberto Laiseca. Vivía con él todo el día llena de humo, entonces
la gata empezó a estar desquiciada y Lai me llamó y me dijo que le tenía miedo,
que no podía vivir más con la gata y que me la llevara. Al venir a casa pasó de
ser una loca que mordía a todos a ser la gata más zen que he tenido. Yo creo
que la falta de oxígeno la tenía muy loca", contó la escritora argentina
Selva Almada en una nota en Infobae.com)
1159. “El gato que desde el tapial mira / mi
figura recortada / detrás de la reja de la ventana / no sabe de mi miedo, /
aunque, quizá, quién sabe, lo intuye. / Para disimularlo alterno mi mirada /
entre el lucero y las hojas que dejó caer la tormenta. / Tirar el cigarrillo,
producir un incendio / sería, al menos, una solución, / la de hacer del temor
un espectáculo.” (Poema de Diego Brando, poeta de Córdoba, Argentina, encontrado
en https://opcitpoesia.com/)
1158. “Tengo cuatro gatos, cada uno de la época de un ex. Yo soy a veces una gata y a veces un tigre. Me gusto desnuda y también andar sólo vestida con mis gatos” declaró Carla Bruni bastante antes de casarse con quien fuera Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. Aquí la vemos fotografiada por Helmut Newton apenas “vestida” con su gato George Sand.
1157. Doménico Scarlatti compuso "La fuga
del gato" inspirado por su gata mientras oronda se paseaba sobre el
teclado de su clavecín. La leyenda alrededor de esta fuga es muy curiosa. El
compositor, una de las más prominentes figuras del período final del Barroco y
de inicios de la Música Clásica (1685-1759) tenía una gata llamada Pulcinella,
nombre tomado de la Commedia dell'Arte. El dichoso animalito tenía la costumbre
de caminar sobre el teclado del clavecín. Scarlatti habría tomado las notas que
la minina accidentalmente pulsó, las habría copiado en una partitura y a partir
de ahí habría compuesto esta fuga cuya línea melódica principal alude, en
efecto, y si la escuchan bien, a los saltitos que daría un gato en fuga sobre
un clavecín. De ahí que, humoradas del destino aparte, sobre la pieza publicada
en Londres en 1739 hay quienes refieren que no la compuso solo Scarlatti sino
en dueto con su amada Pulcinella, de la que se sentía inseparable, tal como
este grabado de la época los muestra en plena interpretación junto a otros
músicos. (Imagen de Alamy)
1156. “Rafael Correa, ex presidente de Ecuador,
vive en Bélgica. Afirma que en su país lo quieren ver preso o muerto y que su
hoy archirrival Lenin Moreno pactó con EE.UU y la CIA. ‘La decisión es
exterminar a la izquierda.’ El otoño belga es excepcionalmente cálido. Correa
aprovecha el sábado por la mañana para ir al mercado de la Place de la
Université, en Lovaina La Nueva. Viste elegante sport y calza unos zapatos leñadores
gastados. Lleva en el bolsillo un papel donde su esposa Anne Malherbe le anotó
en francés que debe comprar berenjenas, tomates, pepinos, papas y frutas. Gasta
45 euros. Le pide al verdulero que para la próxima reemplace las bananas de
República Dominicana por las de Ecuador. Paga con una tarjeta del banco
holandés ING. Saluda en quechua a Armando, un ecuatoriano de una comunidad
andina que tiene un puesto de ropa en el mercado. Recorre a pie 10 minutos
rodeado de verde y regresa a su departamento de cuatro ambientes con balcón
terraza en un segundo piso que alquila a 1250 euros mensuales. No puede volver
a Ecuador porque sigue vigente la prisión preventiva que le fue dictada por la
justicia de su país. Igual dice que su objetivo, cuando se fue, no era
exiliarse sino retirarse para escribir. En su escritorio, que está en el living
de su casa, se sienta cuando todos se van a dormir y sólo queda despierto su
gato Dobi, que lo acompaña. Está preparando tres libros sobre el desarrollo
latinoamericano…” (Extractado de una nota escrita por Daniel Wizenberg en
octubre de 2018 para Página12)
1155. “Haber aludido a Ramón Gómez de la Serna
nos da licencia para detenernos, aunque sea brevísimamente, en este
narrador-poeta, inventor de la greguería, a la que define como: metáfora +
humor, quien dedicó a los gatos toda una colección de greguerías de las cuales
queremos también destacar: «La Q es un gato que perdió la cabeza.»” (Extractado
del artículo “Gatos y Filósofos” de Tomás Moreno Fernández encontrado en https://en-clase.ideal.es/)
1154. "El búho es un gato emplumado", greguería
de Juan Ramón Gómez de la Serna ilustrada por David Vela.
1153. Grandes retratos: Edward Gorey por Richard
Avedon. Serie publicada en The New Yorker. 18 de octubre de 1992. “El objetivo
del fotógrafo es lograr condensar lo que vale la pena saber sobre una persona
(sus aspiraciones, miedos, talentos, defectos, humores y afectos) en una
porción microscópica de su existencia. En Nueva York en 2007 me encontré con un
sorprendente y expresivo retrato de Edward Gorey, realizado por el brillante
Richard Avedon, en blanco y negro, al mis- mo tiempo austero y lleno de una
profunda sensación de calma, así como de esa rara melancolía que nace de la
introspección, en el que vemos a uno de los gatos de Gorey acurrucado
cómodamente feliz alrededor de su cuello como una tibia bufanda peluda. Esta
imagen define la sensibilidad y la serenidad que Avedon solía buscar con su
trabajo, la belleza del momento, un fragmento solitario, instantáneo y
silencioso que nos llegue y nos permita vislumbrar los aspectos personales más
reveladores de los protagonistas traducidos en imágenes…" (Extractado de
un editorial de The New Yorker evocando la mencionada serie de retratos de
Richard Avedon)
1152. "Cuando Kurt se mudó a Olympia para
vivir con Tracy en un pequeño estudio dentro de un antiguo inmueble todo quedó
claro. Kurt era primero que nada gatófilo y luego también bichero. Las
reducidas dimensiones del estudio hacían que tuvieran que limpiar bastante
seguido dada la colección de mascotas que tenían. Media docena de gatos, cuatro
ratas, una cacatúa de cresta amarilla, dos conejos y un par de tortugas. Había
allí dentro tal concentración de olores que los visitantes no dudaban en
comparar al lugar con una tienda de mascotas. Pero pese a eso, aquel estudio
era un hogar. Y tanto lo era que Kurt dormía en su cama con sus gatos. Sí,
porque decía que eran suyos y de nadie más.” (Extractado del libro “Heavier
Than Heaven Kurt Cobain: The Biography”.
1151. "Tengo mi campo lleno de animales;
caballos, perros, ovejas, pavos reales, un burro, en fin, animales de casi toda
clase, una especie de Arca de Noé tengo, y no exagero. Pero siempre que vuelvo
a mi casa en París o que viajo me llevo conmigo a mis gatos. Porque ellos y yo
somos, digamos, como amigos íntimos… No sé, hay quien piensa que los gatos son
independientes, pero los míos no lo son de mí ni yo lo soy de ellos. Somos
totalmente dependientes. Casi ni hago esa diferencia entre ellos y yo."
(Catherine Deneuve)
1150. «Es una maravilla despertarte con los tres
gatos alrededor» El salón de Iago Herrerín está presidido por una enorme fotografía
de un león, pero Labai, Trece y Vinny no parecen especialmente impresionados
por tan espléndido pariente salvaje. Pasan la mirada sobre él con la misma
indiferencia desdeñosa que dedican a los periodistas, esos dos humanos latosos
que se han atrevido a irrumpir en su casa sin su permiso. Tiene que pasar un
rato para que los gatos persas del jugador del Athletic vayan revelando sus
diferentes personalidades: Labai, que es el marrón y el más joven, se acerca y
se tiende panza arriba, justamente convencido de que nadie podría desperdiciar
esa oportunidad de acariciar su suavísimo pelaje; Vinny, gris y el mayor de los
tres, también acaba cediendo a la curiosidad, pero lo hace con precaución,
desconfiado, listo para alejarse con uno de esos saltos ingrávidos que son la
envidia de cualquier portero de fútbol; Trece, la altanera gata blanca, ni
siquiera se molesta en levantar la cabeza y sigue dormitando en una silla, con
majestuoso desinterés. (Fragmento de la entrevista de 2016 a Iago Herrerín,
portero del Athletic aparecida en https://www.elcorreo.com)
1149. “Si te gustan los gatos y no has estado
ausente de las redes sociales en los últimos años, seguro que te has reído
alguna vez con alguna de las tiras gatunas del genial ilustrador español José
Fonollosa. José publica desde el año 2010 el webcómic y cómic MIAU, en el que
narra las aventuras domésticas de una pareja con gatos. Desde entonces el éxito
cosechado y la demanda del público han hecho ver la luz a cuatro cómics más
(Más MIAU, Guía Gatuna, Toñin, Ultragato) además de un recopilatorio y un libro
ilustrado (Todo Miau y Citas de Gatos, respectivamente). Este autor tiene la
suerte de poder inspirarse desde el sofá observando a sus propios gatos (Belfi,
Rufa y Toñín) que le proporcionan suficientes situaciones hilarantes que él
sabe plasmar con maestría en unos trazos simples pero muy expresivos. Si vives
con gatos es difícil no empatizar con los gags que José dibuja en sus cómics,
expresados a veces con ironía, en otras veces con ternura y en algunas incluso
generando consciencia para su protección.”
1148. “Como tras los mullidos ves tres gatos / a
su trisagio erótico ceñidos, / saltar por los tejados, aguerridos / como otros
d ‘ Artagnan, Porthos y Athos, / pasas a depender, no de insensatos /
pensamientos ajenos repetidos / ni de tu larga deuda de descuidos / sino del
paso de estos gatos gratos. / El primero te quita de lo humano / sin llevarte
por eso a lo divino; / el segundo te anima la sonrisa; / con el tercero,
piensas, de la mano, / más cabal, de la cola del felino: / ¿a qué, no siendo
humanos, tanta prisa?” (“Gatos “, soneto de la poeta uruguaya Ida Vitale,
Premios Miguel de Cervantes, Internacional Alfonso Reyes y FIL de Literatura en
Lenguas Romances, entre otros.
1147. “Yo tenía un gatito negro y ella era la
primera vez que sentía roncar a los gatos. Como era muy manso, se lo acerqué y
él empezó a roncar. Y ella sintió una cosa extraña, lo vi en sus ojos, como...
este... el rumor de algo que sería el gato, pero que iba más allá del animal.
Ya se sabe que el gato está entre el cielo y la tierra. Más entre las
estrellas... Entonces yo le acerqué y sintió ese ronquido y ella cambió la
expresión, con una emoción extraña, como si hubiera sentido el rumor, ¿sabe?,
de las esferas del cosmos. Yo reproduje en un poema esa expresión suya, de
palidez, casi de pavor cósmico, ¿sabe?, porque no decían otra cosa sus ojos… Es
decir la sorpresa ante ese ronquido porque eso tenía referencia a algo
extraterrestre, el rumor cósmico, el rumor que podrían hacer, dice por ahí
Edgar Allan Poe, a determinada altura, la rotación de los astros, ¿me entiende?...
Hacen una especie de rumor sobre todo cuando se van acercando a la atmósfera de
cada planeta, de cada estrella... Es muy posible que se sienta el ruido del
girar... Y entonces ese rumor de esos mundos, donde cada puntito que vemos, más
que ser el centro de una constelación es el centro de un sistema, ¿no?, se
siente... Y yo recordé ese cuento de Poe, "La aventura sin par de Hans
Pfaall”, y después otros autores ya han hablado de ese rumor... Es decir que no
es el silencio del espacio absoluto de Pascal, sino el rumor de la rotación de
las esferas celestes, no sólo de las estrellas cercanas sino aún más allá de
ellas". Bueno, esos poemas están incluidos en ese libro, y son los que más
he trabajado... aunque no sé si se puede hablar en el sentido de trabajo. Son
cosas que han salido, diremos así, y que han necesitado salir… La única
explicación, justificación de un poema, es que responde a una necesidad, ¿me
entiende?, una necesidad de lo más universal, la misma que tiene la tierra en
dar una florcita, un tallo de hierba, o de un insecto de pasearse entre las
briznas... la mismo". (Fragmento de “El rumor del cosmos”, entrevista de
Mario Alarcón Muñiz al gran poeta y traductor entrerriano Juan L. Ortíz [Juan
José Saer no dudó en considerarlo «el más grande poeta argentino del siglo XX»]
aparecida en https://www.autoresdeconcordia.com.ar/)
1146. “Uma es mi gata, o mejor dicho: yo soy su
humana”, cuenta la periodista y escritora argentina Florencia Etcheves.
“Quienes sabemos de gatos tenemos muy clara esta diferencia. Los gatos nos
eligen, nunca pero nunca es al revés… Uma me sigue como si fuera un perrito, se
para en dos patas para pedirme que la levante, sólo ronronea entre mis brazos y
conoce como nadie el hueco exacto de mi pecho en el que su cuerpo entra como si
fuera a medida. Eso creo: Uma y yo estamos hechas a medida. Me lamió las
lágrimas cada vez que me encerraba en el baño a llorar por la muerte de mi
papá; cuando me fracturé la pierna, estuvo 60 días apoyada en el lugar exacto
del dolor, ni arriba, ni abajo: en el punto justo en donde mi rodilla se había
hecho añicos; se recostó horas y horas pegadita a mi computadora mientras yo
tecleaba poseída mis novelas; veranos de reposera al sol; inviernos de sillones
y mantas; cientos de yogures compartidos –de la misma cuchara, sí– y litros de
restos de sopa. Uma adora la sopa porque los gatos saben ser felices y no hay
nada más feliz que una buena sopa.”
1145. La periodista y escritora Florencia Etcheves,
que es considerada en la red social Twitter como la monarca de las locas de los
gatos, asume: "Pertenezco al grupo de las cat people. Soy fanática de los
gatos, es el animal que más me gusta y les atribuyo condiciones mágicas. Uno no
elige al gato y, cuando uno es elegido por una criatura tan maravillosa, no puede
negarse de ninguna manera. No recuerdo vivir sin un gato. Mi madre siempre me
cuenta que la primera palabra que dije no fue 'papá ni mamá' sino 'gata'. Yo
dormía en la cuna con mi gata pese a las quejas del pediatra. Ahora tengo tres
gatos y medio ya que Tomás O'Malley es de los vecinos de mi cuadra. Le puse ese
nombre en honor a los Aristogatos y viene al mediodía y por las noches a
comer", dice Florencia, un caso único de edipo felinesco. (En la foto
Florencia niña, siempre con gatos. Extractado de infobae.com)
1144. Si miraste alguna vez por un largo rato
directo a los profundos inquietantes ojos de un gato estarás de acuerdo en que
Casey Weldon pintó en sus obras el hipnótico efecto de mirar con amor a un
gato. Casey nació en el sur de California y se formó en el Art Center College
of Design en Pasadena. Su primer estudio lo abrió en Las Vegas, Nevada, para
luego mudarse a Nueva York donde reside actualmente convertido en un icono de
la cultura pop moderna y mereciendo la definición de los críticos que
consideran su obra como «surrealismo post-pop». Pero lo que más lo distingue
son sus pinturas de gatos con 4 ojos en muy diferentes situaciones cotidianas.
Casey tiene adoración por los gatos y al margen del cuidado detalle y realismo
con el que trabaja, su obra es impecable y de una innegable personalidad.
1143. “Tens de entender os gatos, / por que razão
andam arredios / e te arranham as mãos / como se vissem o diabo. / Tens de
entender os gatos, / o seu coração insuflado de borboletas, / o corpo a querer
descolar para os céus / com asas de caranguejo. / Os gatos são anjos caídos, /
impedidos de matar mais que distraídas moscas. / Máquinas tão perfeitas, como
tu e eu, / condenados à insignificância da boa de companhia. / Todos queremos
ser piores do que somos, / mas felizmente fracos demais para o mal que
desejamos.” (“Gatos”, poema posteado el 29 de abril de 2024 por Luis Palma
Gomes en su blog https://arvorecomvoz.blogspot.com. Lo publicamos en portugués
para disfrutar su natural sonora calidad. En la foto, como Luis mismo me dijo
por mail, con su gata Sissi adormecida sobre él “representando a intimidade e o
conforto que os gatos nos fazem sentir.”
1142. La ilustradora María Hesse comparte su vida
con dos gatas hermanas de madre. Leonora es la mayor, tiene tres años y medio,
y Patti es un poco más chica. Sus nombres provienen de su admiración por la pintora
Leonora Carrington y la cantante y poeta Patti Smith. No tienen parecido físico
ni de carácter. “Leonora es de color claro y es mi pegatina, tenemos una
conexión increíble. Patti es de color oscuro y es menos cariñosa, distante,
asustadiza y muy dependiente de Leonora. Pero dentro de sus rarezas es
entrañable. Se llevan muy bien y son las reinas de la casa. Todo lo mío es de
ellas.” (Artículo encontrado en https://www.abc.es/)
1141. “Los ricos tienen marcas de etiqueta en los
trajes. Las personas felices tienen pelos de gato en sus ropas.” (Audrey
Hepburn)