Me
siento solo
Puedo hacerlo sin ayuda
No
es la primera vez que me pasa
Algo
de experiencia tengo
Tan
sólo necesito un asiento
Un
espacio que sea más o menos
Blando,
cómodo
Me
alcanza con medio metro
Una
silla podría ser
Un
banco de una plaza
Entre
las tetas de Apollinaire
O
en el borde de la cama
En
la rama de un árbol
En la espalda del ángel caído
Que perdió sus alas
En la cresta de la ola de Hokusai
Sobre
los hombros de Sísifo
Cargando
su piedra
En
el cordón de la vereda
El rellano de la escalera
El rellano de la escalera
A
la grupa de Don Quijote
O
mismo dentro de tu escote
Tu
regazo, donde sea
Que
pueda sentarme un rato
A
ver pasar la vida y el mundo
Evaluar
qué dirección tomar
Si
es que debo cambiar
Asumirme
parte de un todo
Escribir
o dibujar, saber
Que
si tengo un lápiz en la mano
No
puedo sentirme solo
Con un lápiz en la mano, o incluso de pie, sin un hueco donde poder sentarse, creo que eres capaz de abrazar al mundo con tus letras. Sin pretenderlo, les pones alas y vuelan como los pájaros que emigran lejos, como la ilusión y los sueños que no se alcanzan, y persisten hasta encontrar la dirección deseada.
ResponderEliminarSolo, con un haber de maravillosos recuerdos, no podemos decir que estamos solos.
Una vez más, tu poema es la punta del inicio de una profunda reflexión.
Cariños.
Kasioles
Muchas gracias, Kasioles. Me gustó (me divirtió, cosa rara) escribirlo y ahora releerlo. Tiene algunos raros versos jocosos que alientan la idea de que en última instancia depende de uno sentirse como sea, de tal o cual manera. No estás solo si tenés sueños, recuerdos, preguntas, algún propósito e incluso si sos consciente de tu soledad esencial en medio de tantos como vos y en tu misma situación. Bueno, al menos eso intenté o así me salió.
ResponderEliminarAbrazos amiga y agradecimiento siempre.
Y es que esos momentos de soledad son tan necesarios, a veces, en los que se necesita respirar la soledad para abrazarse a uno mismo, para reflexionar, para mimarse, para encontrar la paz, en el regazo de uno mismo, da igual se esté cómodamente sentado en un sillón, o sentado en una roca frente al mar, en cualquier lugar se puede encontrar ese espacio como un refugio donde huir del mundo para encontrarse uno mismo, y qué mejor con la compañía de una pluma para plasmar lo que uno siente desahogándose para escuchar cada latido del interior.
ResponderEliminarMe encantó tu poema, mi querido amigo Carlos, siempre es un placer venir a disfrutar de tus versos.
Besos enormes y feliz tarde.
Me gusta dibujar los momentos en la soledad del silencio de las letras
ResponderEliminarque navegan sin salir de tu mente y tú las juegas dejándolas hermosas y enteras volar desde tu mente al escribir de tu poema
¿Sentirte solo tú con la imaginación que emana de tu mente? Imposible, nos haces soñar al leerte.
ResponderEliminarPapel en blanco, lápiz y tú, sois inseparables.
Voy a repasar, ya que nunca entro a tiempo.
Un abrazo.
Ambar
No entiendo la soledad, Carlos, nunca me sentí solo, seguramente porque soy un tipo solitario, pero ¿quién no lo es, si lo pensás un poco? En serio, no sé qué cosa es la soledad, siempre anduve y sigo andando rodeado de amigos (a veces a pesar mío), ya sabes, esos cabrones que te ponen los pies en la tierra cuando hace falta. Pero dicho esto, valoro tu poema en lo que vale. Y vale mucho.
ResponderEliminarLo importante es sentirse a gusto.
ResponderEliminarSolo o entre una multitud.
Besos poeta.
Muchas gracias, María. Exactamente como lo sientes y describes. Ningún lugar es mejor que uno mismo, ya sea que estés solo en tu cuarto o en medio de una multitud o manifestación en las calles. Uno mismo, cada uno de nosotros… Si supiéramos la cantidad de “nosotros mismos” que albergamos. De hecho uno si pierde el miedo a conocerse y a aventurarse y se anima a no reprimirse ni coartarse puede descubrirse ilimitado, multitudinario...
ResponderEliminarTu poesía tiene esa misma valiente actitud, amiga, así que seguramente sabes de qué te hablo. Un placer agradecido de que estés allí una vez más.
Abrazos y más abrazos.
Muchas gracias, Mucha. Cada vez más me encanta tu estilo-forma-lenguaje (automatismo lo llamaban los surrealistas) con el que comentas, me alientas e inspiras.
ResponderEliminarAbrazo grande amiga.
Muchas gracias, Ambar. A veces uno logra, no siempre, amplificar los ecos de lo que ya sabe (con su mente) o percibe (en su corazón) quien te lee.
ResponderEliminarAbrazo siempre agradecido.
Muchas gracias, Juan. Me identifico absolutamente con eso. Los amigos, los libros y las pinturas y las canciones escritas para uno (que las hay también que son para otros) y por extensión todo aquello que te nutre y de lo que te rodeas son en buena medida tu universo... Y nadie está solo en un universo tan repleto. Gracias de nuevo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Adriana. Ni más ni menos que como lo decís, siempre certera amiga!... Sentirse a gusto es sentirse uno. Cómo me gustaría tener (o que me contagies) ese poder de síntesis.
ResponderEliminarAbrazo en el alma.
Otro poemazo. La soledad es tan terrible... pero se atempera cuando se pueden hacer tantas cosas.
ResponderEliminarMe gustó mucho
Un beso enorme
Ana
Muchas gracias, Ana. Completamente de acuerdo. La soledad tiene que encontrarte en acción para que no pueda agarrarte y siga de viaje siempre en busca de quien la acompañe...
ResponderEliminarAbrazos.
Sentirse solo a veces lo necesitamos, como tú ahora para hacer lindos versos.
ResponderEliminarQue la magia te acompañe.
Muchas gracias, Soco. La soledad extrae lo mejor o lo peor de cada cual.
ResponderEliminarAbrazos.