(Fotografía de Erwin Blumenfeld)
Las palabras se desnudan
Dejan caer lentamente
Las vocales y las consonantes
Los acentos, si es que los tienen
Sus significados cambiantes
Los puntos, comas y diéresis
Sus respectivos sonidos e ideales
Hasta revelarse tal cuales son
Luciendo, todas sin excepción
La misma desierta piel de silencio
Bellísima esa piel de silencio, Carlos:
ResponderEliminarLas palabras desnudas...qué hermosa metáfora del descenso al mundo interior, donde no habita la cháchara sino el gran silencio.
Preciosa propuesta poética.
Un abrazo grande
Ana
Muchas gracias, Ana. Así me salió ayer, pero no encontraba con qué ilustrarlo. Pero afortunadamente los genios como Blumenfeld siempre te salvan.
ResponderEliminarSí, el silencio es la esencia de la palabra, sabio silencio donde no habitan las habladurías ni el palabrerío. Gracias una vez más, ANa.
Cuando se desnudan las palabras y se dejan reducidas a la mínima expresión, como es el silencio, aún nos queda ese otro lenguaje no verbal para expresar los sentimientos.
ResponderEliminar¿Será por eso que a mí me gusta mirar siempre a los ojos?
Cariños.
kasioles
Muchas gracias, Kasioles. Seguro que sí. Me encanta eso: las palabras apenas como un eco de lo que ya dijeron los ojos.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Siii, muy bueno Carlos, porque las letras siempre tienen algo solitario. Un abrazo feliz!
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen. Otro gran abrazo feliz para vos.
ResponderEliminarUna belleza!
ResponderEliminarCreo que el silencio es la verdadera raíz de Todo, el lenguaje de Dios, incluso si no creen en
El.
En la Kábalah por ejemplo (disciplina que me encanta y forma parte de mi vida) las letras son tan importantes y sagradas, que cada una de ellas tiene un Universo propio.
Entiendo que el poeta va descubriendo esos universos paso a paso y al final del arcoiris aparece el Gran Mago que todos llevamos dentro.
Mil besos Carlos.
No recuerdo bien qué poeta (creo que era Juan Ramón) decía que quería que la palabra no significase la cosa sino que fuese la cosa misma. Lo decía mejor, claro.
ResponderEliminarPero también dijo Julio Cortázar que "las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma".
Y Antonio Gamoneda: "Yo no sé lo que sé hasta que no me lo dicen mis propias palabras."
ResponderEliminarMuchas gracias, Adriana. El silencio de donde todo viene y adonde todo va, dicen, no? El silencio que nada logra hacer callar.
ResponderEliminarY mil más para vos, Adriana.
Muchas gracias, Juan. Los tres, maestros, lo dicen inmejorablemente, pero la cita de Gamoneda me pone de rodillas. Sinceramente. Mejor me silencio. Qué pùede uno decir que siquiera empate tamaña enseñanza...
ResponderEliminardesnudaRSE DE PALABRAS ALGO SAGRADO EXPONERSE ANTE LA GENTE DESNUDO DE ALMA
ResponderEliminarBELLO PENSAMIENTO ABRAZOS
Muchas gracias, Mucha, buena lectura la que hacés. Abrazo grande.
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