No nace ni muere
Es continua
Aunque no tiene
Una existencia
constante
Sobre la superficie
Bajo la cual permanece
Hasta dejarse ver
En apenas un instante
Para después volver
A ocultarse
Si antes no se pierde
O no hay quien la
capte
Alguien con ojos que
sientan
Con un corazón que
vea
Y la atrape
Y la atrape
En un poema
( Niña mirando
pájaros, fotografía de Manuel Álvarez Bravo , 1931)
¿La energía?
ResponderEliminarNo lo capto muy bien, no sé a qué te refieres, Carlos, pero puede sugerir un montón de cosas.
ResponderEliminarA ver si va a ser la "belleza"
ResponderEliminarUmmmm que será?
ResponderEliminarDespués vuelvo, mientras tanto te dejo algo lindo para escuchar...
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Besos.
Es muy personal, claro, Marian, Juan, Adriana, pero tiene que ver con lo que te inspira más allá de la temática que luego acometas, ese aliento, impulso o revelación instantánea que se transforma en un poema, y que es también una energía y por qué no una expresión de belleza...
ResponderEliminarLindo, Adriana? Excelso Steve Ray... Gracias.
ResponderEliminarTambién se me ocurrió podría ser la belleza...
ResponderEliminarY a propósito, aqui te dejo algo bello.
Yo amo la belleza
Yo amo la belleza,
el equilibrio, el cosmos,
los grandes girasoles
de Van Gogh, amarillos,
los canales marrones
de una Venecia rosa,
la luz sobre los árboles
de tu paisaje en frío.
Yo amo las magnolias
y el unicornio extraño,
los efebos, Mykonos,
la magia de los días,
el corazón salvaje
de Brasil verde oscuro,
el sonido de Cuba,
con el son y la salsa.
Yo amo el cante hondo,
la java, las sonatas,
casi todas las fugas
de Bach y de Scarlatti,
Vivaldi, Mozart, Mahler,
Homnegger, Stravinsky,
Rabi Shankar, los Beatles
y Chavela a deshoras.
Y me gustan las arias
de Puccini y el canto
de cualquier ave rara
que me suene a música.
Yo amo la pintura
de Goya y de Kandinsky,
la de Chagall, Klee, Rubens,
Picasso, los egipcios,
sus misteriosos templos,
sus esfinges, pirámides,
el mundo jeroglífico
de sus paredes crema,
el pueblo de los incas,
los aztecas, los mayas,
París, barrio Latino,
allá por los sesenta,
el existencialismo
de Kierkegaard, Brassens,
Piaf, Grecó, los poemas
de Prevert, el misterio.
Yo amo a los poetas
de mi tierra y su gente,
a los cantores libres
cuando arriesgan la pluma.
Yo amo mil etcéteras,
el silencio, el teatro
y los cines de ensayo
con Visconti incluido.
Y me amo a mi misma
y a ti, cuando te dejas.
Ana María Drack
Belleza pura, diría Caetano. Gracias, Adriana.
ResponderEliminarO sea, la inspiración poética. Bien.
ResponderEliminarEso intenté. Ya saldrá mejor. Gracias, Juan.
ResponderEliminarYo, no lo sé jajaaj me has pillado bambino.
ResponderEliminarBesos y cariños
mar
Esa sí que es una buena respuesta, Mar. La mejor. Gracias.
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