Quemar las naves, quemar las velas
Quemar los muelles, los puentes
También
las estrellas
Quemar
la niebla, quemar los mares
Quemar
la espuma, los truenos
Y
las tempestades
Quemar
las nubes, quemar los vientos
Quemar
la brújula y hasta el último salvavidas
Ser
la chispa que provoque el incendio
Quemar
incluso las cenizas
Quemar,
prenderle fuego a todo
Prenderle
fuego al fuego, si es preciso
Tener
que vérselas con el destino
Por
más tsunamis y naufragios
Cara
a cara, en territorio desconocido
Donde
navegar vuelva a ser preciso
Empezar de cero y quemar las naves, como Cortés.
ResponderEliminarMagnífico y sugerente poema.
Se agradece. Salió así.
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