El tiempo es lo más parecido a una almeja Tiene como pliegues y labios, por fuera Y por dentro engranajes, como de relojería Está envuelto por sucesivos velos y pétalos Que resguardan su rosada húmeda intimidad La cual oculta en sus entrañas una maquinaria Que trajina, se contrae, late y se dilata Que se inflama, se moja y chorrea Por los siglos de los siglos Dentro de mi boca obscena El tiempo es lo más parecido a una almeja
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