Mark Rothko (1969)
Hablo con el silencio, lo escucho, le creo
No somos amigos, no pensamos ni parecido
Ni siquiera historias cercanas compartimos
Pero podemos pasarnos juntos las horas
Dándole vueltas a casi cualquier asunto
Hasta lograr una cierta coincidencia
Aunque últimamente, con frecuencia
Me he visto obligado a callar lo que me dice
Efectivamente, el silencio no tiene absolutamente nada que ver con la muerte. Cuántas palabras muertas se escuchan!
ResponderEliminarPero no todo está perdido. Nos quedan los poemas y la palabra de Blas de Otero en tu blog...
ResponderEliminar