Príncipe de la Luna
En quien creo, si es que creo en alguien
Príncipe del Palacio de la
Noche
El propio Buda nos enseña a venerarte
Mientras hurgo en mi fe, mi
bala de plata
Mi horizonte, mi verdadero interrogante
Mi horizonte, mi verdadero interrogante
Dejo en dudas lo real
Sin coartada alguna
La fe es animarse a dudar
A tener fe en la duda
Mi fe es una bala de plata
¡Príncipe de la Luna!
Mientras las mareas de mi corazón
¡Príncipe de la Luna!
Mientras las mareas de mi corazón
Se elevan, bajan, ofenden y veneran
La noche es una
travesía de estrellas fugaces
Un manto que se despliega a cada instante
La fe es animarse a dudar
A tener fe en la duda
Mi fe es una bala de
plata
¡Príncipe de la Luna!
"La fe es animarse a dudar
ResponderEliminarA tener fe en la duda."
Sí.
Agradezco su afirmación. Aprovecho para preguntarle por un valioso poeta que seguramente usted conocerá pero que lamentablemente no es valorado como se merece: Carlos Oquendo de Amat.
ResponderEliminarAgradezco su afirmación. Aprovecho para preguntarle por un valioso poeta que seguramente usted conocerá pero que lamentablemente no es valorado como se merece: Carlos Oquendo de Amat.
ResponderEliminarPues no, no lo conozco, lo siento. Buscaré por ahí.
ResponderEliminarPor lo que voy viendo es una figura casi mítica de la literatura peruana contemporánea. No tenía ni idea. Lo que uno desconoce no cabe en una enciclopedia.
ResponderEliminarMe ha picado la curiosidad, de modo que seguiré buscando.