No creas en nada
No existe la Sinfonía del Nuevo Mundo
Ni El Jardín de Las Delicias ni La Noche Estrellada
Nadie nunca ha probado los frutos del tan mentado Árbol del Bien
Mucho menos paladeado Las Flores del Mal
Ni tampoco conocemos los versos de La Chasse Spirituelle
No creas en nada
Ni Descartes ni Pascal ni Curie aportaron jamás nada
Einstein perdió el tiempo
William Blake apenas se quemó los dedos
Acariciando un tigre de fuego
Y la más estentórea de las nadas por cierto le debemos
A Darwin, Eratóstenes, Thoreau y Pitágoras
No creas en nada
Ni Cervantes ni los Beatniks dejaron registro de nada
Ni Leonardo ni Shakespeare ni Mozart
Ni Velázquez ni Akutagawa ni Mingus ni el que quieras
Nada de nada prueba el mecanismo de Anticitera
Ni el perímetro de la circunferencia ni la fucking imprenta
Nadie dio a luz Altazor
Ni Fervor de Buenos Aires ni Howl ni Hojas de Hierba
No existieron monumentales cosas tales
Como las Gymnopédies, Kind of Blue, La Torre de Babel o Electric Ladyland
No hay orquídeas, glaciares, gatos, origamis ni gacelas
Ni delfines ni dragones ni Nicanores ni Antipoemas
Ni Chet Baker ni Billie Holiday ni ninguna Violeta
Ni Ashoka ni Macedonio Fernández ni Miguel Ángel
Ni Pessoa ni Munch ni Tesla
No podemos leer de John Keats su Oda a un Ruiseñor
No hubo poeta que jamás detectara el rayo que no cesa
No hay nada en este mundo digno de mención
Excepto tu ciega fatal devoción de agradecerle tus logros
A alguien fuera de vos
No creas en nada
Ni en Apollinaire y sus caligramas ni en Hokusai ni en Li Pó
Ni en los fractales de Mandelbrot ni en los algoritmos de Jobs
No creas que persista la Victoria de Samotracia
Ni que a alguien le gritaran ¡Judas! en Manchester
A nadie quisieron quemar en la hoguera de Newport
Y es apenas un rumor no confirmado que alguien haya compuesto
Like a Rolling Stone
No creas en nada
Nada se sabe de un tal Picasso o de un Caravaggio
Ni de un Magritte ni de dos Stravinsky ni de tres Duchamp
No hay filosofía que pueda expresar tu inocencia
Ni Spinoza dilucidó las infinitas formas
En que la vida se declara
A cada instante insondable, constante, eterna
No creas en nada
Y mucho menos que acabo de pedirte que en nada creas
¡Me encantó! Llegué buscando a Satie y me voy con uno de los mejores poemas que he leído en los últimos años.
ResponderEliminarGracias, y adelante con este blogwin'.