910. “Los descubrimientos importantes se hacen en
las circunstancias y los lugares más insólitos. La manzana de Newton, mire si
no es cosa de pasmarse. A mí me ocurrió que en mitad de una reunión de negocios
pensé sin saber por qué en los gatos -que no tenían nada que ver con el orden
del día- y descubrí bruscamente que los gatos son teléfonos. Así nomás, como
siempre las cosas geniales. Desde luego un descubrimiento parecido suscita una
cierta sorpresa, puesto que nadie está habituado a que los teléfonos vayan y
vengan y sobre todo que beban leche y adoren el pescado. Lleva su tiempo
comprender que se trata de teléfonos especiales, como los walkie-talkies que no
tienen cables, y además que también nosotros somos especiales en el sentido de
que hasta ahora no habíamos comprendido que los gatos eran teléfonos y por lo
tanto no se nos había ocurrido utilizarlos. Dado que esta negligencia remonta a
la más alta antigüedad, poco puede esperarse de las comunicaciones que logremos
establecer a partir de mi descubrimiento, pues resulta evidente la falta de un
código que nos permita comprender los mensajes, su procedencia y la índole de
quienes nos los envían. No se trata, como ya se habrá advertido, de descolgar
un tubo inexistente para discar un número que nada tiene que ver con nuestras
cifras, y mucho menos comprender lo que desde el otro lado puedan estar
diciéndonos con algún motivo igualmente confuso. Que el teléfono funciona, todo
gato lo prueba con una honradez mal retribuida por parte de los abonados
bípedos; nadie negará que su teléfono negro, blanco, barcino o angora llega a
cada momento con un aire decidido, se detiene a los pies del abonado y produce
un mensaje que nuestra literatura primaria y patética translitera estúpidamente
en forma de miau y otros fonemas parecidos. Verbos sedosos, afelpados
adjetivos, oraciones simples y compuestas pero siempre jabonosas y
glicerinadas forman un discurso que en algunos casos se relaciona con el
hambre, en cuya oportunidad el teléfono no es nada más que un gato, pero otras
veces se expresa con absoluta prescindencia de su persona, lo que prueba que un
gato es un teléfono. Torpes y pretenciosos, hemos dejado pasar milenios sin
responder a las llamadas, sin preguntarnos de dónde venían, quiénes estaban del
otro lado de esa línea que una cola trémula se hartó de mostrarnos en cualquier
casa del mundo. ¿De qué me sirve y nos sirve mi descubrimiento? Todo gato es un
teléfono pero todo hombre es un pobre hombre. Vaya a saber lo que siguen
diciéndonos, los caminos que nos muestran; por mi parte sólo he sido capaz de
discar en mi teléfono ordinario el número de la universidad para la cual
trabajo, y anunciar casi avergonzadamente mi descubrimiento. Parece inútil
mencionar el silencio de tapioca congelada con que lo han recibido los sabios
que contestan a ese tipo de llamadas.” (“Cómo se pasa al lado” de Julio
Cortázar, en la foto con su gato Teodoro W. Adorno)
909. "Los gatos son criaturas perfectas,
excepto porque sus vidas son demasiados cortas…" solía decir la artista y
pintora surrealista argentina Leonor Fini, 1907-1996)
908. Anthony Bourdain, renombrado chef de cocina
y presentador de sus exitosos programas de televisión alrededor del mundo, se
consideraba a sí mismo como un entusiasta del buen vivir, del buen beber y
sobre todo del buen comer. Más de una vez se asumió como un amante incondicional
de los gatos más que de cualquier otro animal. Incluso había sido acusado de
comer perro en China, a lo que respondió: “Por mi profesión he comido insectos,
larvas, serpientes, toda clase de bicho que camina, hasta perro, pero jamás
comería gatos, ni ningún otro felino.” Aquí lo vemos con su amado gato negro
Lupetto, cuya traducción, aclara Bordain, es "pequeño lobo" en
italiano y que fuera bautizado por su ex esposa Ottavia, a quien con gusto le
dejó gran parte del mobiliario de una de sus casas y la mitad de su cuenta
bancaria en la separación de bienes para llevarse con él a su Lupetto.
907. Julian Assange lo recibió como regalo
durante su asilo (desde junio de 2012 en la Embajada de Ecuador en Londres)
para no ser extraditado a Suecia en donde se lo acusa de haber cometido delitos
sexuales, los cuales Assange niega haber cometido y a los que califica como
“inventos” para encubrir el verdadero propósito de la imputación que es su
extradición a los EEUU en donde podría ser juzgado por revelar datos secretos
de ese país (los ya célebres Wikileaks) y ser condenado a decenas de años de
cárcel, por supuesto que lejos de su gato James, con quien comparte sus años de
asilado político.
906. “Amada Bastet, Señora del Este, alma de
Isis, ojo de Ra, amante de la felicidad y la abundancia, gemela del dios del
sol, acaba con el mal que aflige a nuestra mente igual que aniquilaste a
Apofis, la serpiente. Con tu elegante sigilo te anticipas a los movimientos de
todos los que cometen atrocidades y ponen sus manos sobre los Hijos de la Luz.
Concédenos la alegría del canto y la danza, y vela siempre por nosotros en los
lugares solitarios por los que debemos caminar...” (Dibujo de Michael Hiep. Una
Oración encontrada en http://elcaudecati.blogspot.com.ar)
905. “Es todo negro y su cola es eléctrica /
Cuando se duerme al sol es la cosa más negra que uno pueda imaginar / Hasta
soñando atrapa ratoncitos asustados / lo sabes por las uñas que le salen de sus
garras / Es terriblemente cariñoso y malandrín / Se lleva a los pajaritos del árbol
antes de que estén maduros…” (“Descripción de un gato negro”, poema del poeta polaco
Herbert Zbigniew)
904. Lu, fan gatera, si las hay, entre las muchas
entradas que les ha dedicado a los gatos subió esta a su blog el pasado viernes
11 de marzo: “Pensaba qué compartir en esta edición, pensaba que tenía que ser
algo divertido, algo que no fuera demasiado personal, algo que por un rato nos
hiciera sentir como en casa, que nos hiciera olvidar los problemas tanto
personales como sociales, comunitarios, globales y en general la mala vibra que
hay por estos días en el planeta. Pensaba también que no era fácil, no sabía
bien qué traer a cuento, iba descartando las ideas una a una. O porque eran
melodramáticas, o quejosas, muy personales o muy trilladas y en eso estaba
cuando, mirando por la ventana desde aquí mismo, mi escritorio desde el cual
tengo una bella vista a mi jardín y a la Bahía de Ushuaia, veo un gato, uno más
de los tantos que usan mi parquecito como lugar de tránsito… Éste empezó a
venir hace unos días y sabe exactamente donde encontrar alimento. Es que hace
ya casi un mes que dejo un platito con comida para "La Gorda", una gata
que creo tiene casa pero no se ocupan de ella... (Así presenta Lu su entrada.
No se pierdan cómo sigue la historia en su blog -en el que siempre, además,
sube algún poema o uno de sus relatos junto con videos o fotografías de sus
recorridas por Ushuaia y alrededores del Fin del Mundo- http://quemeimportatupasado.blogspot.com/)
903. “Valiosa novela de Jiří Weil (Praskolesy,
Praga, 1900-1959) tanto desde el punto de vista literario como histórico;
literario porque descubre a un buen escritor e histórico porque trata sobre un
judío en la Praga ocupada por los nazis. Jiří Weil, que en la vida real tuvo
que simular su suicidio para salvar el pellejo, vivió la historia que le hace
vivir a Josef Roubíček, protagonista de su libro 'Vida con estrella'. Roubíček
es un solitario en los suburbios de Praga. Su soledad -no tiene familia, sólo
le conocemos unos tíos que pronto serán deportados- lo hace reflexivo y
meditabundo, y siente la imperiosa necesidad física de buscar la compañía de un
gato de la calle al que llama Tomás y la imaginaria de Růžena, su amor, pero
casada con otro, no judía además, que tuvo que huir de los nazis con su marido.
Ambos, mujer y gato, son los puntales que lo sostienen y lo acompañan, y los
que dan calor y sentido a su vida de perseguido con la estrella amarilla de
judío cosida sobre el pecho, en la angustiosa espera de que le llegue el
comunicado anunciándole la deportación. Son sus pensamientos y los monólogos
que mantiene en voz alta con su gato y su amor imaginario el material con que
el autor compone esta novela escrita en primera persona." (Extractado de https://www.lasnuevemusas.com/)
902. Rubble, el gato más viejo del mundo, había
nacido en 1988 y, todo un récord, falleció a los 31 años en 2019. De acuerdo
con ciertas estimaciones tal edad equivaldría a unos 150 años en rangos
humanos. Según el periódico británico The Sun su dueña, Michele Heritage de 52
años, recibió a Rubble cuando ella cumplía 20. “Rubble fue un excelente
compañero con el que tuve el placer de vivir tanto tiempo. Siempre lo traté
como a un niño. Era muy inteligente y activo, pero envejeció demasiado
rápidamente sobre el final. Él tenía sus lugares favoritos para dormir y le
gustaba su comida, así que cuando dejó de comer supimos de qué se trataba. Al día
siguiente fui a mi trabajo como siempre y cuando regresé mi marido me dijo que
Rubble se había ido a morir al lugar que había elegido, como los gatos suelen
hacer. Siempre lo extrañaremos.”
901. Del gato al dodo, es decir, del cotidiano al
animal extinto, desfila por los poemas de Renato Tinajero un bestiario selecto.
Desde su libro de poemas “Yorick”, publicado en 2008, Tinajero había trazado un
mapa de asuntos y un tono. Ese bestiario que incluye sin falta a los felinos
―gatos, leones, panteras― y aves o animales marinos nos trae de vuelta al dodo
y su soledad incurable, así como da cabida a otras especies sociales como el
suicida, el amante, el necrófilo o el bufón de Dinamarca o Yorick. Una muestra:
“Este no es un poema / No atraviesan sus faldas la tensión del gato ni la
espuma / Las corrientes, picadas por la prisa lo evaden / como a un tábano o
una equis / Carece de médula / Prolijamente evita el sismo y los fantasmas...”
(Reseña y fragmento del poema “Este no es un poema” del poeta mexicano
encontrados en (http://revistalevadura.mx/)