Muchas gracias, María. Así salió... aunque a veces no encuentro fácilmente con qué ilustrar. Claro que siempre aparece un genio como Hokusai y te salva.
Hopkins considera a Olivier su maestro. He podido leer ese libro de “Memorias” que cita y partes de otro llamado “Confesiones de un actor”. Olivier amaba a los gatos, en especial los siameses, y cuenta anécdotas deliciosas en ambos libros, como cuando su siamés New Boy enfermaba tras sus peleas con Vivien Leigh, obligándolo a retornar de inmediato al hogar y posibilitando las sucesivas reconciliaciones de la pareja...
Una lágrima que hizo vibrar de emoción al mar.
ResponderEliminarQué bonito tu Tanka, amigo Carlos, me encantó.
Besos y feliz día .
Muchas gracias, María. Así salió... aunque a veces no encuentro fácilmente con qué ilustrar. Claro que siempre aparece un genio como Hokusai y te salva.
ResponderEliminarBesos, María, igualmente para vos, amiga.
Pedazo de Tanka, Carlos.
ResponderEliminar¿Las olas que astilla el viento? Genial.
Muchas a gracias, Juan. Salió "de cabo a rabo". Lo que no pude definir bien es el el título... Pero bueno, así quedo. Gracias de nuevo!
ResponderEliminarEXCELENTÍSIMA!!!!
ResponderEliminarABRAZOS
Muchas gracias, Adolfo. Me alegra que te guste. A mí también sigue gustándome.
ResponderEliminarAbrazo!!
Bellísimo momento poético.
ResponderEliminarComo una caricia. Como un suspiro.
Como un abrazo de domingo, Carlos
Muchas gracias, Soco. Qué felicidad poder expresar un momento, sí, la gesta de un momento. Sólo eso.
ResponderEliminarAbrazo agradecido, Soco!
Por cierto, genial el comentario de Anthony Hopkins sobre la interpretación, sobre los gatos, sobre Olivier...
ResponderEliminarEl mar la recibe y dejamos quizás en ese momento de
ResponderEliminarSoñar.... un abrazo inmenso poeta.....
Una captura del instante llena de belleza y paz.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Ana
Acá viene mi abrazo en las buenas y en las difíciles para reír y llorar.
ResponderEliminarCariños.
mar
Totalmente de acuerdo, Juan.
ResponderEliminarHopkins considera a Olivier su maestro. He podido leer ese libro de “Memorias” que cita y partes de otro llamado “Confesiones de un actor”. Olivier amaba a los gatos, en especial los siameses, y cuenta anécdotas deliciosas en ambos libros, como cuando su siamés New Boy enfermaba tras sus peleas con Vivien Leigh, obligándolo a retornar de inmediato al hogar y posibilitando las sucesivas reconciliaciones de la pareja...
Muchas gracias inmensa Mucha, alentadora amiga. Abrazos y más abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana, te extrañaba. Siempre tu palabra y tus observaciones hacen falta.
ResponderEliminarOtro aún más grande para vos.
Muchas gracias, Mar. En las buenas y en las malas está la buena gente como vos.
ResponderEliminarAbrazo agradecido.