De reojo he visto
Que mi reflejo
Me desvió la mirada
Musitando: lo siento
1060. “Tal vez debieron cambiar mi nombre y
llamarme Ovina, Oveja o Cordera / Sin pastor que me guíe, voy de aquí para allá
en la pendiente / y a mí misma me pastoreo / en mi prado interior de serena
tristeza lanzo un balido / pero sólo cuando tengo algún meeeeee que decir / El
pasto es verde, mi gato calza calcetines blancos / y los árboles no se
entrelazan unos con otros / Vestida de civil yo también sé sacudir un mantel /
escurrir un trapo de piso y alzarme como una fachada de edificio” (“Agnes”,
escrito por la poeta soldado israelí Agi Agnes Mishol y publicado en https://adalirica.wordpress.com/)
1059. Jacques Lehmann (en la foto retratando a su
Mikette) siempre firmó sus obras con el seudónimo “Jacques Nam”. Es uno de los
mejores dibujantes de gatos de la primera mitad del siglo XX. Desde muy joven
dibujaba a los gatos de sus padres. Luego de matricularse en la Escuela de Bellas
Artes de París trabajó para el Instituto Pasteur dibujando animales a la par de
realizar caricaturas políticas en periódicos como “La vie parisienne” y “Le
Figaro”, entre otros, además de ilustrar para las editoriales Hachette y Flammarion.
Trabó amistad con la escritora Colette, gran amante también de los gatos,
ilustrando sus textos y libros. Escribió y editó “Eux, mes chats” (Ellos, mis
gatos), una colección de 45 poemas dedicados a los gatos con 70 ilustraciones,
libro que hoy sólo se consigue en librerías de incunables. Luego de dibujar
sobre papel investigó la técnica del laqueado, que acabó siendo su preferida y
usó en numerosas ocasiones para plasmar el gran amor que sentía por los gatos:
“Prefiero los gatos a cualquier ser viviente”. En su evolución como artista
también esculpía y realizaba moldes de gatos para el bronce. La fábrica de porcelana
de Sèvres reprodujo varios gatos suyos. En 1912 fue nombrado miembro de la
Academia de Bellas Artes de París y en 1925 ganó la Medalla de Oro en la
Exposición de Artes Decorativas e Industriales Modernas por sus obras de
animales. Al año siguiente le otorgaron la prestigiosa Legión de Honor y en
1970 con el Premio Grammont de la Sociedad Protectora de Animales. Durante su
vida fue amigo de numerosos artistas, como Jean Cocteau, Paul Léautaud y otros
enamorados de los gatos. En 1971, con 90 años de edad, expuso en Londres en
compañía de otro gran pintor especializado en gatos, Théophile Steinlein. Falleció
en su casa de París rodeado de sus gatos en 1974.
1058. “Daña a un gato y que yo te vea, y será lo último
que hagas; dáñalo y que más tarde me
entere, y tendrás unas horas más” le dijo alguna vez a uno de sus seguidores
Yukio Mishima (Kimitake Hiraoka de nacimiento) amante de los gatos, novelista,
ensayista, poeta, dramaturgo, guionista y crítico de arte considerado una de
las personalidades de la cultura japonesa del siglo XX.
1057. La licenciada y máster en psicología de la
Universidad de Valencia Lorena Gascón en @lapsicologajaputa, su Instagram, nos
recomienda: ¿Por qué tu gato se quiere más que vos? 1. Tu gato se prioriza y le
da a su cuerpo el alimento y el descanso que necesita. 2. Tu gato vive en el
aquí y ahora y no pasa tiempo dándole vueltas al futuro y al pasado. 3. Tu gato
hace lo que quiere hacer y no hace lo que no quiere hacer. 4. Tu gato cuando se
hace daño se lame esa parte del cuerpo y se permite el tiempo para sanar. 5. Tu
gato tiene sus límites y cuando alguien los invade sólo se defiende.
Conclusión: sé como tu gato.
1056. “El gato, entre los animales, es el más
perfecto. Los movimientos del gato (un gato se sub0e a una mesa llena de cosas
y no derriba una), su sabiduría (‘si los gatos supieran hablar, no lo harían’,
decía Nan Porter), la capacidad de estar al mismo tiempo en reposo y alerta (es
fantastico ver a un gato dormir cuando de pronto, ante lo más mínimo,
despierta.) Los gatos han marcado mi vida. A Soseki le dediqué una novela de
327 páginas. El gato es el animal de los escritores. Es silencioso. Es el
príncipe de la libertad. No se puede domesticar nunca. Es un animal silvestre,
no doméstico. Nunca lo verás en un circo. El gato es desobediente por
naturaleza, nunca acata órdenes. Me encantaría reencarnarme en un gato.”
(Fernando Sánchez Dragó, gatófilo, escritor y periodista español, prolífico
autor de ensayos y novelas, en la foto con su gato Bufa)
1055. «Dick Whittington y su gato» es una leyenda
del folklore inglés que refiere a Richard Whittington (1354-1423), un adinerado
mercader que más tarde fuera alcalde de Londres, quien logró un formidable ascenso
social desde una infancia muy pobre hasta volverse rico por venderle su gato a
un país infestado de ratas. (Richard Whittington y su gato retratados por
Gustave Doré)
1054. “Soy muy tierna, pero depende con quién, no
con cualquiera. Soy como mis gatas.
Percibo las energías” declaró la actriz chilena Tanza Varela al sitio https://cosas.com.ec
1053. Diego Giacometti, tan escultor y gatófilo
como su hermano Alberto, en un alarde de originalidad decidió inmortalizar en
su “Chat matre d-hotel” de 1967 lo único que como atributo jamás se le puede
imputar a un gato: ser servil.
1052. Instantáneas gatunas - El escultor Diego Giacometti retratado junto a uno de sus gatos por la fotógrafa belga Martine Franck, esposa nada menos que de otro célebre gatero, Henri Cartier-Bresson.
1051. Un día el escultor Alberto Giacometti
recordó que el gato de su hermano Diego «pasaba como un rayo de luz» caminando
con su anatomía ágil y depredadora entre objetos cercanos sin siquiera tocarlos
nunca. Como artista esto lo fascinó y decidió llevarlo al bronce. Eso sí, fue
fiel a su estilo y convirtió al animal en una delgadísima estructura que “milagrosamente”
se mantiene de pie, sin perder ni un poco de su esencia felina. Como dijera
Sartre de las esculturas de Alberto Giacometti: «a mitad de camino entre el ser
y la nada». La obra destaca por su horizontalidad extrema, muy rígida. Este minino
podría colarse por el agujero de entrada de un ratón para devorar a sus
víctimas. La anatomía de este gato es como la de los humanos de Giacometti:
figuras alargadas, extremadamente delgadas y de una superficie rugosa, áspera,
que inequívocamente captan la idea de un saco de vida compuesto sólo de piel y
huesos. Giacometti reduce a este gato a la mínima expresión y sin embargo no
deja de tener ninguno de los atributos propios del gato. (Le chat de Alberto
Giacometti, hoy exhibido en el Museo Metropolitano de Nueva York es una
escultura de 27.9 x 80 x 13.3 cm. Texto de Fulwood Lampkin publicado en www.historia-arte.com)
1050. “Cierre los ojos, imagine a un gato.
Imagine una presencia negra y suave, una cualidad silenciosa, astuta,
somnolienta. Y en esta presencia que finge dormir, ponga ahora los dos ojos,
ojos claros, puros, límpidos. Ojos de ángel, si prefiere. Los ángeles son tan
traviesos como los gatos, y como ellos, se pasan mucho tiempo durmiendo. ¿Ya lo
tiene? Un gato negro aterciopelado con ojos de ángel. Bien. Sigamos. Ahora dé
uno o dos pasos hacia atrás. Tres o cuatro metros sería perfecto. No mire al
gato. No se fije en los bigotes del ángel. Los dos – el gato y el ángel – no
deben sospechar nada. Y ahora, con gesto rápido, abra la ventana y deje que
entre. Una vez abierta, todo llega. Y en ese todo hay jóvenes brasileñas,
muñecos de nieve sin domicilio fijo, niños parisinos y chinos, gallinas del
Nepal y de la Corrèze, sombreros, panes de pueblo, chaparrones, luces. Ahora
los dos se van, el gato y el ángel. Llevan una pequeña maleta negra de cartón.
En la maleta, una etiqueta: ‘Edouard Boubat, siempre invisible’, y también una
cámara. Ya está. Abra los ojos. Todos se han ido. Sólo quedan las imágenes...”
(Textos de Edouard Boubat, fotógrafo y reportero gráfico, extractados de
gatosyrespeto.org)
1049. “¿Qué te llevarías de tu casa en caso de
incendio? fue la pregunta que en el sitio https://www.eternacadencia.com.ar/ le
hicieron y a la cual Agustina Bazterrica, ganadora del Premio Clarín de Novela
por su obra “Cadáver exquisito”, respondió: “Nos llevaríamos a Benito Bodoque,
el gato radiante que nos eligió como familia. Todo el resto, no interesa.”
1048. “Ronroneando dormido, Fletch alarga sus
negras patitas guardando las uñas para acariciarme las manos, sólo un suave
roce para asegurarse que estoy aquí a su lado mientras duerme; debe soñar
imágenes mías. Dicen que los gatos son daltónicos, así que en un negro y blanco
granulado, como de película de plata parpadeante llena de desgarros, ve que
salgo y entro en la habitación y lo alzo. ¿Quién podría hacerle daño a un ser
así? Sin embargo hay quienes adiestran a sus perros para matarlos... Odiar a
los gatos es reflejo de un espíritu grosero, horrible, imbécil e intolerante.
No podría tener ninguna clase de relación ni compromiso con alguien de tan
miserable espíritu.” (Fragmento de “The Cat Inside” de William S. Burroughs)
1047. “Pero hay más, mucho más: el 'Carnaval' de
Colonia se inscribe en una larga serie cuyo primer caso registrado se remonta a
la década de los 30 del siglo XVIII en París, a la llamada 'gran matanza de
gatos', descrita por Robert Darnton, cuando un grupo de aprendices de imprenta
torturaron y mataron entre risas a todos los gatos que pudieron encontrar,
incluyendo a Grise, la gata de la esposa del patrón burgués dueño de la
imprenta en la que trabajaban. ¿Por qué la matanza les resultaba graciosa?
Durante el Carnaval la gente común ponía en suspenso las reglas morales
normales de comportamiento y subvertía el orden social o lo violaba. El
Carnaval era la temporada donde reinaba el desenfreno, los bajos instintos
sexuales, la juventud se desmadraba y el populacho bebía y festejaba incluso
torturando gatos mientras se mofaban de los cornudos o de las prostitutas o
deformes. En ese contexto se pasaban un gato de mano en mano y le arrancaban el
pelo a tiras para hacerlo maullar. 'Faire le chat', le llamaban a esa
diversión. Los alemanes lo traducirían como 'Katzenmusik', término que deriva
de los maullidos de los gatos torturados. La tortura de animales, especialmente
de los gatos, fue una diversión muy popular en toda la Europa moderna.”
(Fragmento de “Miles de odiosos”, artículo escrito e ilustrado con este fotomontaje
por el propio Slavoj Žižek, filósofo, psicoanalista, crítico cultural esloveno
y amante incondicional de los gatos el 5 de febrero de 2016 para https://www.elmundo.es)
1046. “La gran matanza de gatos” de Robert
Darnton es un libro basado en un hecho real ocurrido en la calle parisina de
Saint Séverin, a mediados del siglo XVIII, cuando un grupo de obreros de una
imprenta mataron a todos los gatos del vecindario (en aquel entonces los gatos
eran muy valorados por las clases altas) como protesta contra el dueño burgués
que los explotaba y les negaba el derecho a huelga, o cualquier otro tipo de
manifestación de descontento. En la portada del libro editado por el Fondo de
Cultura Económica se ve un fragmento de “La primera etapa de la crueldad”
(First stage of cruelty) que forma parte de una serie de cuatro grabados del
artista inglés considerado pionero de la historieta William Hogarth en 1751.
1045. “Lo notable de los gatos es que le dedican
la misma mirada tanto a una polilla como a un asesino con un hacha”, razonó la
comediante, autora y entrevistadora estadounidense Paula Poundstone.
1044. “Felis, El Gato, constelación creada por el
astrónomo francés Joseph Lalande, simplemente “porque amo a los gatos y espero
que, después de sesenta años dedicados a la astronomía, me perdonen haber
puesto uno en el cielo”. Pero no se lo perdonaron y a pesar de haber aparecido
en los atlas estelares de Johann Bode y Ángelo Secchi, entre 1798 y 1878, los
astrónomos que los sucedieron eliminaron todo antecedente en la Asamblea de
1929.” (Fragmento de la nota 'Nacimiento, vida efímera y muerte de las
constelaciones ignoradas' de Diego Luis Hernández del área de astronomía del
Planetario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ilustrada con las ‘Cuatro
versiones de Felis’ asentadas y posteriormente eliminadas de los referidos
atlas estelares.)
1043. “Soy la gata que camina dentro de mí /
conmigo / las leves zarpas afelpadas / He bajado por el río / conservando el
gusto por la caza / los ambiguos maullidos / Cuando cierro los ojos atravieso
los siglos / Las arenas le dieron el color / a esta piel suave que esconde /
una flor mojada entre las fauces / el oro egipcio se ve reflejado / en la
pupila de esta gata que demasiadas veces / recuerda su verdadera condición de
fiera / La Reina de Saba habría dado la mitad de sus tierras por tener estas
garras” (“Animal que depierta”, poema de Ana María Rodas, poeta, narradora,
periodista, profesora de literatura y crítica literaria guatemalteca)
1042. Instantáneas Gatunas - Greta Garbo
fotografiada alzando su gato a la salida de su casa en Reddish, Broadchalike,
Inglaterra, en 1951, por su amigo Cecil Walter Hardy Beaton, fotógrafo, pintor,
diseñador de vestuario y modista británico, multipremiado por la dirección
artística de varias producciones cinematográficas y teatrales con tres Óscar y
cuatro Tony en su haber, además de haber sido nombrado Comendador de la Orden
del Imperio Británico, para quien los gatos eran sinónimo de nobleza.
1041. Tan identificado estaba Pierre Loti con la figura del gato que Henri Rousseau (1844-1910) lo retrató en óleo así. Loti fue un personaje extravagante de la literatura en general y de la francesa en particular que desplegaba su inteligencia y sensibilidad en intrincados pensamientos y digresiones que iban desde la reflexión filosófica hasta cuestiones sobre geopolítica y economía jalonadas con comentarios o apologías del gato como divinidad.