990. “Mi gata tiene más años que la historia / No
la contienen los techos / Resbala por ellos como la noche / Se mueve en
silencio / Así son sus virtudes / En su salto vibran los placeres elásticos /
Mi gata tiene la sensibilidad del aire: / Se aparta al mínimo contacto / Su paso
es una danza oxigenada / Duerme como un ovillo / Se mantiene en el calor del
útero / Si yo fuera mi gata tendría de mascota una pintora enamorada...” (“Aída
Carballo (1916-1985)”, poema de Eduardo Mileo en homenaje a la grabadora,
dibujante, ceramista y pintora argentina maestra de pintores. En imagen, 'El
Gato' de Aída Carballo.)
989. Jorge Amado, uno de los grandes escritores
brasileños internacionalmente reconocidos, tenía pasión por los gatos, le
inspiraban respeto. Nacib fue el nombre de uno de los personajes de su novela
“Gabriela, Cravo e Canela” y así había bautizado a su siamés. Amado gustaba escribir
en la mesa del comedor de su casa de Bahía, como muestra la foto, con Nacib
siempre encima. Zelia Gattai, su esposa y también escritora, cuenta que una vez
lo encontró pensativo, parado junto a la mesa del comedor donde tenía su
máquina de escribir y al lado, sobre una pila de hojas ya escritas, estaba su
gato Nacib, durmiendo despatarrado . Curiosa por saber qué le pasaba a su
esposo, Zélia le preguntó: “Jorge, ¿tienes algún problema?”, a lo que Amado le
contestó: “No, ningún problema” para seguidamente quedarse como estaba, de pie,
manteniendo su aspecto serio, pensativo, por lo que Zélia insistió: “Pero,
Jorge, algo te pasa; te veo así preocupado”, y fue entonces que Amado sonrió y
le dijo: “Es que necesito sacar la última hoja que escribí de esa pila sobre la
que duerme Nacib, y está tan profundamente dormidito que no puedo molestar su
sueño. No me atrevería a despertarlo.”
988. «Dile que sí, aunque te estés muriendo de
miedo, aunque después te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir
toda la vida si le contestas que no.» (Gabriel García Márquez - El Amor en los
tiempos del Cólera) “Tan simple como esta reflexión del gran Gabo. Me enamoró
antes de que llegara a mis brazos, le dije que sí con la incertidumbre
sobrevolando mi cabeza como si fuese un ramo de globos. Me perdí en la amplitud
de sus pupilas sin poder controlar todo el sentimiento que se estaba generando
en mi interior. En un solo gesto, como es abrir la puerta del trasportín, se
desató la alegría, las ganas de empezar a disfrutar de esta aventura peluda
llamada, Martín. Introduje mis manos para rescatar su cuerpecito arrinconado,
éstas tomaron su forma. Como un fiel alfarero fui amoldando su miedo a mi pecho
hasta que se hizo diminuto y confiado bajo su respiración ronroneante. Si me
adentro en su mirada vislumbro la tristeza de su bagaje, la intento paliar con
paciencia y amor para alcanzar la ansiada entrada a su mundo. En el mío ya
tiene su lugar.” (Conmovedora entrada que Auro le dedicó el pasado 20 de
febrero, Día Internacional del Gato, a Martín, recién llegado a convivir con
ella y su inseparable gato Will. "Amor gatuno", editado en su
exquisito blog https://estrellasenminoche.blogspot.com/2023/02/amorgatuno.html?m=1)
987. Marilyn Monroe con su blanca gata Mitsou
fotografiadas por Earl Leaf en 1951. Marilyn le puso ese nombre cuando escuchó
la historia del artista Balthus, amante de los gatos desde chico, quien a los 9
años recogió un gato en la calle, lo llamó Mitsou y lo cuidó con tanto amor,
fue su mejor amigo durante varios años, compartieron juegos, aventuras y
paseos, hasta que un día inexplicablemente le desapareció, dejándole roto el
corazón de tal manera que lo motivó a realizar su serie de 40 dibujos
describiendo su vida feliz junto a su gato, la cual llegaría luego a manos del
gran poeta Rainer Maria Rilke quien, maravillado por los expresivos dibujos del
niño artista, escribiría el prólogo del libro publicado en 1921 con el título
de «Mitsou, historia de un gato».
986. Jules François Félix Husson, más conocido
como Jules Champfleury, fue un renombrado escritor francés amante de los gatos
y crítico de arte partidario del realismo artístico que eligió como portada
original de su obra “Historia Cultural de Los Gatos” una pintura del artista
suizo (que tanto admiró pero no llegó a conocer) Gottfried Mind, “el Rafael de
los gatos”, apodo que según Champfleury le diera la Sra. Vigée Lebrun. Mind
pintó, dibujó y bocetó una serie cuasi infinita de gatos, sentado durante horas
se la pasaba trabajando, incluso con sus gatos en su regazo o sobre los
hombros. Cuenta Champfleury que la histórica “masacre de gatos de 1809” en su
Berna natal fue la devastadora tragedia de su vida, la que terminó de afectar
su psíquis, falleciendo el artista a la temprana edad de 46 años.
985. “Gato en una jaula”, obra del artista suizo
Gottfried Mind (1768-1814), discapacitado que vivía recluido dibujando y pintando
gatos en el estudio del acuarelista Sigmund Freudenberger.
984. «Aurora y yo no esperamos un minuto para
visitar los museos de Roma, de manera que al regresar a la pensión estamos tan
cansados que nos tomamos montones de mates amargos… Yo estoy ya hasta las
orejas de Poe. Hoy traduje diez páginas de Los Crímenes de la Rue Morgue» le
escribe Julio Cortázar a Eduardo Jonquières a través de cartas que son un
relato directísimo para dar a conocer su periplo italiano y su pulso para con
el escritor estadounidense. La ciudad les descubre otro milagro: la pizza
romana. «Aparte de deliciosa, aparte de ser la locura más inconmensurable del
sistema solar, es barata y nos deja repletos y felices como gatos». (Fragmento
de “Cartas a los Jonquières”, correspondencia entre Cortázar y su amigo, el
poeta y pintor argentino Eduardo Jonquières)
983. El 20 de octubre del año pasado nuestra familia recibía una pequeña y nueva componente: nuestra querida gatita Nana que lleva dándonos cariño, compañía y momentos divertidos desde entonces. El 19 de octubre estaba yo haciendo un curso online durante toda la tarde. Mientras estaba conectada, recibí varias fotos y mensajes de mi hija pequeña (13 años). Estaba en la calle con una amiga y se había encontrado una pequeña gatita. Su madre y hermanos no aparecían por ningún lado y la gatita se acercó a las chicas, llorando. Irene estuvo toda la tarde cuidándola. La acarició, la calmó y la alimentó. Al caer la noche, me pidió meter a la gatita en casa, pero me tuve que negar: nosotros tenemos a Betty desde hace 5 años, una perrita adoptada, que es muy buena... pero cuya reacción al tener que compartir con un felino, yo desconocía. Irene se disgustó mucho, pero me mantuve firme. A la mañana siguiente, camino del trabajo, me la encontré. Estaba solita en una calle adyacente a la mía, y se me acercó llorando. Al verla de cerca pude comprobar que era cojita, parecía una malformación congénita (más adelante lo confirmó el veterinario, es una malformación de su patita desde la articulación de la cadera. No le duele y salvo su cojera, le permite hacer vida normal). Llegué al trabajo agobiada, pensando que la pobre gatita había pasado la noche en la calle, tan pequeñita e indefensa. Estuve toda la mañana dándole vueltas y pensé "camino a casa, como la encuentre de vuelta, voy a cogerla". Y así fue. A la vuelta del trabajo, la gatita - a la que mis hijas han llamado Nana - me esperaba en la misma calle. Se me acercó maullando y la llevé a casa. Esa tarde la llevamos al veterinario que nos confirmó que tendría unos dos meses y le dio un tratamiento para desparasitarla. Desde ese día, Nana nos ha dado muchos momentos de cariño y diversión: es una minina muy curiosa, juguetona, divertida y muy, muy cariñosa. ¡Nos ha ganado desde el primer minuto! Y creemos, por cómo la vemos, que ella también es muy feliz con nosotros. (Adoptamos una gatita: La historia de Nana, escrito por Noelia en su muy recomendable blog https://lapinturera.blogspot.com/)
982. Wrath (Ira)
es una de las siete ilustraciones que la artista e ilustradora afincada
en Londres Marija Tiurina recreó (basándose en las sietes pasiones capitales de
la tradición eclesiástica) para graficar los pecados que supuestamente podrían
cometer los gatos. La serie tuvo gran éxito (estampada en remeras, posters y
toda clase de merchandising) luego del estreno del film “Seven” (Pecados
Capitales) protagonizado por Morgan Freeman, Brad Pitt, Gwyneth Paltrow y Kevin
Spacey.
981. El jardín de la casa de Long Island era un paraíso de árboles, gatos y complicidad. La alegría fue parte de los últimos años de su vida y su relación con una mujer fue el secreto escondido bajo siete llaves. Durante años en Chile, Lucila Godoy Alcayaga, más conocida como Gabriela Mistral, fue “La maestra”, un encasillamiento que ella detestaba. La historia la despojó de la pasión propia de una mujer y su vida personal siempre estuvo envuelta en una especie de nebulosa; en Chile fue inmortalizada como una señora asexuada y triste que escribió rondas de niños para todos los hijos que no pudo tener. Oír cantar a la poeta tonadas mexicanas en los audios de “Locas mujeres”, documental dirigido por María Elena Wood, fue inyectarle vida y repensarla de una forma distinta. Fue mirar con nuevos ojos a una especie de tía abuela solitaria de quien se desconocía su faceta de amante y compañera apasionada. En las grabaciones se distinguen los maullidos de sus gatos, las recriminaciones que se hacía a sí misma inconforme con sus poemas tachados una y otra vez, y una disciplina autoimpuesta de papeles rasgados con destino a la basura. “No los rompas” se escucha que suplica Doris, su “chiquita”, como Mistral gustaba llamarla. Aquella casa blanca fue el refugio donde se tejió la historia de un gran amor. “Locas mujeres” muestra los últimos años de Gabriela Mistral junto a Doris Dana, su compañera y no su secretaria o asistente como trataron de contar aquí y allá. Dana tuvo el alivio de aclararlo en una entrevista cuatro años antes de morir en 2006, confiándole a su sobrina Doris Atkinson 168 cajas con 860 documentos, 500 cartas, cinco álbumes de fotos y decenas de objetos para que sean legados al Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional de Chile. (Extractado de una nota aparecida el 24 de enero de 2012 en el suplemento Ñ de literatura en https://www.clarin.com/)