170. Èdith Giovanna Gassion, más conocida por el mítico apellido
artístico Piaf (gorrión), posa con el gato que le regaló el boxeador Marcel
Cerdan, campeón mundial de peso mediano, con el que vivió un turbulento romance
en la Francia de posguerra.
169. "Pinté este retrato en 1975. Contiene varias alusiones y
pistas sobre Brian Eno, artista que siente una verdadera devoción por los
gatos, a quienes considera seres vitales para su constante inspiración. Se ven
espejos, vemos a Eno reflexivo, detrás un cuadro de Oblique Strategies, tres
barajas y tres monedas de adivinación junto a un volumen del I Ching abierto en
una página trascendental, Kwân, el vigésimo hexagrama, símbolo de La
Contemplación. Se ven dos atributos del comportamiento y la naturaleza del
felino. Un gato está echado sobre unos papeles (algo muy normal para quien tenga
gatos es que suelen no dejarnos leer por el solo hecho de que están convencidos
que ése es el sitio más cómodo que han podido encontrar) mientras otro se asoma
en estado de alerta, lo cual es característico de los gatos, en el hall
contiguo…” (Peter Schmidt)
168. Cary Grant solía sacar a pasear a su gato siamés por su vecindario,
ya fuera que viviera en Tánger, Beverly Hills o Manhattan. Él adoraba a los
gatos, en especial a los siameses, se sentía identificado con ellos, con su naturaleza
y ductilidad de movimientos. No en vano Alfred Hitchcock lo eligió para el
papel del ladrón en ‘To Catch A Thief’, apodado precisamente El Gato, “por su capacidad
actoral, sí, naturalmente, pero también por esa distinción tan suya y tan
propia de los gatos”, dijo el célebre director de cine.
167. Haiku beatnik del gato: “La luna tuvo / Un bigote de gato / Por un
segundo” (Jack Kerouac)
166. André Malraux, un amante de los gatos, en su oficina del Ministerio
de Cultura. Detrás, sobre el estante donde exhibía las tallas de gatos que
coleccionaba, vemos uno de madera de bosque japonés tallado por su gran amigo
Balthus, otro reconocido enamorado de los gatos.
165. Litto Nebbia fue líder de Los Gatos Salvajes, grupo fundacional del
rock argentino con el grabó su primer long play, editado en 1965, y que es hoy
considerado el primer disco de rock en castellano. No fue causal el nombre que
le puso al grupo y con el tiempo Litto aludiría al gato en varias de sus
composiciones, como en el inolvidable 'Vals de mi hogar': “Allí está mi camisa
arrugada sobre la silla / Allí están los bizcochos y el mate sobre la mesa / Y
aquí está mi cuerpo extendido dando tiempo a la poesía / En la pieza de al lado
duermen los gatos / Y también mi madre porque los cuida / y yo duermo aquí en
medio de los libros que no he leído…”
164. Litto Nebbia estudió música con su madre, la poetisa y concertista
de piano y guitarra Martha Corbacho de Nebbia. "El nombre artístico de mi
vieja era Martha Denis. Ella siempre me crió entre gatos y música, cosa que le
agradezco. Mi hija Miranda sigue la línea familiar, vive estudiando y no tiene
tiempo para nada, pero todas las noches le da suero a su viejo gato de 17 años.
Lo cuida como a un hijo. Es muy conmovedor".
163. El manul o gato de Pallas habita nuestro planeta hace diez millones
de años y es considerado, junto con el ya extinguido gato de Martelli, una de
las especies de las que habría evolucionado el gato doméstico. El zoólogo Simon
Pallas lo clasificó en 1776, vive en las estepas de Mongolia, Siberia y el
Tíbet, su abundante pelaje lo protege de la nieve y el frío viento, se alimenta
de aves y roedores, tiene tres o cuatro crías por camada y su peso de adulto es
de aproximadamente 6 kilogramos.
162. James Boswell, autor de este grabado del ilustre Dr. Samuel Johnson y su
gato Hodge, dice en sus memorias: 'Nunca olvidaré la paciencia y delicadeza con
que trataba a su adorado Hodge. Por él era capaz de ir a comprar ostras bajo
una lluvia torrencial. Recuerdo que una vez exclamé: ¡Pero qué gato tan fino
tiene usted! ¿Ostras le da? Y el Dr. Johnson me contestó: Oh, sí, señor. He
tenido muchos gatos, pero ninguno tan refinado y sensible como mi Hodge”.
161. Wanda Landowska, la célebre intérprete de 'La fuga del gato' de
Scarlatti en clavicordio, fotografiada por Philippe Halsman con su inseparable
gato en actitud concentrada sobre la tapa del instrumento. El propio Halsman
notaría luego la plástica rima entre la posición de la cabeza de la artista, su
delicada mano derecha presta a ejecutar y la postura replegada de la cabeza del
animal.