También un 7 de septiembre, pero de 2003, fallecía Warren Zevon, gran
músico y letrista poco recordado por estos pagos.
Con la participación de Jackson Browne, Billy Bob Thornton, Bruce
Springsteen, Jorge Calderón, Ry Cooder, Don Henley, Stevie Nicks, Mike
Fleetwood, Tom Petty y Joe Walsh, entre otros, ahí va un documental, por muchas
razones imperdible, y que emociona por su sinceridad, como la música y las
letras de Warren Zevon.
Pensaba qué día habrá sido cuando empecé… y recordé que buscando darle nombre
a mi blog encontré la frase del sutra que enseña que “es imposible que la
mosca azul pueda recorrer mil millas, excepto que se refugie entre las crines
de un caballo.”
De ahí que busqué refugio en Blowin’ in the wind, compuesta por ya saben
quién. Blowin’ en el viento quiere tener esa influencia, pero más que nada intenta captar
su espíritu porque, como el mismo sutra explica en otro pasaje, “más importante
que las palabras es el espíritu que las alienta.”
Empecé mi blog un domingo 7 de septiembre de 2008. Hoy cumple 6 años. Y
también es domingo. Y los cumplo feliz.
En Bruselas nacen los repollos y florecen los florencios como Julio Cortázar
que unos añitos después se muda a la Argentina para recalar en Banfield, al sur
del sur, de donde también son Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Homero Manzi, Eladia
Blázquez y el Racing Club, entre otros.
Julio había nacido el 26 de agosto de 1914, durante un bombardeo alemán, en el
116 de la Avenida Louis Lepoutre del suburbio de Ixelles, donde estaba radicada
la Embajada Argentina en la que trabajaba su padre. Falleció el 12 de febrero
de 1984 en París, no recuerdo si en su departamento de la rue Martel o en el de
la rue de L'Eperon, a causa de una leucemia causada por…
Qué importancia puede tener la causa si el hecho en sí mismo es
imposible de creer, porque hay muertes que no son estrictamente ciertas,
muertes que después de tanta vida no resultan creíbles. Una es esta.
Nada es casual. Las coincidencias existen como demostración de una intrincada causalidad…
No creo que William Claxton o Don Hunstein puedan ser acusados de mutuo plagio por sus fotografías de Chet Baker y Bob Dylan. Las coincidencias sólo demuestran una
intrincada causalidad. Lo mismo digo para Vincent Van Gogh y Homero Expósito.
Vincent escribió en una de sus Cartas a Theo: “Saber sufrir sin
quejarse es la profunda ciencia, la gran lección que debemos aprender, la
solución al problema de la vida".
En la letra de su tango “Naranjo en flor”, sobre la ciencia del vivir, calle que le dicen, Homero Expósito
sentencia: “Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin
andar sin pensamiento…” En otras palabras, “la solución al problema de la vida”
es saber bancársela sin chistar, amar pese a todo, después borrarse y dejar fluir.
Atahualpa Yupanqui y Bob Dylan no se conocieron y tal vez incluso
nunca se hayan escuchado. Pero para mí queda claro que ambos, en sus
respectivas composiciones, coincidieron en la misma percepción.
“Traigo enredada en el alma, viday
Una tristeza…”
(Piedra y Camino - Atahualpa Yupanqui)
“Like it was written in my soul
From me to you
Tangled up in blue…”
“Como está escrito en mi alma
De mí para ti
Enredado en tristeza…”
(Tangled Up In Blue - Bob Dylan)
Estas son coincidencias que para algunos pueden ser meras casualidades en tanto
que para otros puede ser un delirio vincularlas. Pero yo siempre las sentí como
verdades que asoman el hocico por un instante para muy pronto volver a ocultarse. Nada es casual. Nada menos. Menos mal.
Jacques Vaché fue el inspirador del surrealismo, según André Bretón, su padre. Louise fue su platónica amante, una muchacha a la que admiraba desnuda, inmóvil y
callada en un rincón durante todo el día mientras él practicaba el arte del ocio
absoluto.
Julio Cortázar citó en “Rayuela” una de las frases de Vaché a Bretón en
sus “Cartas de Guerra”. Hay quienes postulan que la contribución de Vaché a la
literatura es tan decisiva como inadvertida. Roberto Bolaño solía imputar
que los escritores de hoy no habían leído a Vaché. Y a mí me salió lo que acaban de leer que no sé si llamar poema... ¡Qué le puedo hacer!