jueves, 3 de noviembre de 2016

Las palabras ---




Las palabras repudian los significados

Antojadizos o fundamentados, que pretenden endilgarles

Los filólogos y estudiosos de la semántica y el lenguaje

Y recelan también del sentido que les han dado

Como quien recela del nombre que le dieron sus padres






Las palabras viven ansiando resignificarse

Se resisten a quedar entrampadas en definiciones

A ser esclavas de analogías e interpretaciones

Están cansadas de tener que ser sagradas

Irrefutables, justas, nítidas, inapelables

Abominan saberse prisioneras de un destino

En el que apenas pueden ser certeras

¡Hartas de que las pronuncien de una sola manera!

Están ávidas de poder callarse a los cuatro vientos

¡Lo que darían por prescindir de esas rémoras, los acentos!

Sufren el hecho de que no se les reconozca su derecho

A ser equívocas, insondables, sinuosas, intrincadas

Flexibles, resbaladizas, inconexas, falaces

Verse obligadas a la precisión

A tener que comportarse sin ambages

Que no les permitan darse vuelta como un guante

Ser desobedientes, huecas, inimputables, delirantes

Pensar en voz alta, irse por la tangente o por las ramas

Vagar por ahí desnudas, impúdicas, mudas, malas

Sin que nadie las prohíba, las clasifique o las regañe

Exhibiéndose gozosas, desvergonzadas, absueltas

Definitivamente libres, despreocupadas, sueltas

Como palabras desconocidas o impensadas que nadie sabe

De dónde vienen, adónde van o qué cuernos describen o cuentan...






(Poemas ilustrados con caligramas de Guillaume Apollinaire)


11 comentarios:

  1. Perdón, Juan
    Perdón, Mucha
    Perdón, Mar
    Perdón, Ana

    Perdón, pero en la noche detecté un error ortográfico en esta última entrada e ingresé a corregirlo, luego de lo cual, involuntariamente borré toda la entrada y, lo más importante, vuestros maravillosos comentarios. Tan simple como eso, como una torpeza, como una estupidez.

    Afortunadamente pude reconstruir la entrada gracias al back-up que llevo de todo lo que subo al blog. Pero perdí vuestros maravillosos y siempre alentadores e inspiradores comentarios, por lo que una vez más les pido perdón.

    Un gran abrazo a todos y gracias por vuestra comprensión.

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  2. Tú tranquilo que cosas parecidas, incluso bastante peores, nos han ocurrido a otros. Yo, cierto día, estuve a punto de cargarme "Salvo el crepúsculo" de una tacada. Si no llega a ser por Jose ese blog seguramente no existiría hoy.
    Una mala tarde la tiene cualquiera. :-)

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  3. Sí, pero qué inevitablemente mal se siente uno (todavía) después de algo así, no?

    Igualmente, digo, Blogger debiera tener algún back-up, por unos días al menos, para permitirnos contrarrestar el exceso de imbecilidad que al menos yo suelo tener.

    Gracias de vuelta, Juan.

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  4. Sí, eso estaría bien, y no sé si lo tiene, le tengo que preguntar a mi hermano.

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  5. Anoche antes de intentar la reconstrucción de la entrada lo busqué por todos lados, claro, pero puede que exista y que no haya encontrado yo tal ayuda o solución.

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  6. Tenemos que dar rienda suelta a las palabras...
    Que galopen, que naveguen, que vuelen, que salten,que caminen, que se zambullan, que tropiecen, pero que jamás se esfumen.

    Bellísimo!
    Un abrazo Carlos.

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  7. Sí, blogguer suele tener las entradas en memoria caché...

    De todos modos lo mejor es ir haciendo copias de seguridad.

    Aunque el asunto de los comentarios no sé muy bien cómo va.

    Bello poema sobre las palabras.
    Abrazos, Carlos
    Ana

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  8. Gracias, Adriana, siempre tus palabras llegan justas y a tiempo. Abrazos...

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  9. Gracias, Ana, fue duro, un momento real de confusión que afortunadamente va quedando atrás. Abrazos agradecidos una vez más.

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  10. ... pero lo peor, es el uso perverso que hacen -sobre todo los políticos- del significado de las palabras.

    Gran poema, Carlos.

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  11. Ya lo creo, Soco, sobre la perversión del lenguaje político y los políticos.

    El poema así salió. Y creo que dará para una tercera parte. Abrazos, Soco.

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