Sancho Panza soñó que era Don Quijote
Pero al despertar no sabía si era
Sancho Panza que había soñado que era Don Quijote
O si era Don Quijote y estaba soñando que era Sancho Panza
Lo mismo le pasó a Gregorio Samsa
Que no sólo una vez soñó ser Kafka
¿Quienes sommos y quienes dejamos de ser?
ResponderEliminarMuy original tu entrada, porque todo es relativo, hasta la identidad.
Menos mal que Sancho no soñó ser Cervantes...
Un abrazo al alma.
Original tu blog por demás...
Fra sogno e realtà....uno scambio di personaggi...
ResponderEliminarUn articolo originale, piaciuto
Buona serata e un saluto,silvia
Muchas gracias, Paula, Me encantó eso, certera síntesis: "relativa identidad". Difícil no estar de acuerdo. Qué agregar, sinceramente, excepto muchas gracias de nuevo.
ResponderEliminarAbrazos y más abrazos.
Sogno e realtà permettono quello, l'interrelazione, che il nostro personaggi interactúen nella realtà del sonno. Siamo troppi, amica. Molte grazie, Silvia.
ResponderEliminarAbbraccio.
Los alter ego en ocasiones suelen traicionarnos jajaja.
ResponderEliminarEstupendas letras Carlos.
Un abrazo y gracias por venir a festejar mi cumpleblog, tu comentario fue muy dulce...como siempre!
Besos Súperpoeta.
Muchas gracias siempre Adriana, por cada comentario y visita, y por cada entrada de tu blog siempre mágico.
ResponderEliminarBesos y abrazos...
A Aveces la gente quiere o cree ser quien no es. Un placer leerte. Abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias, Alicia. Eso pasa todo el tiempo. Mejor no creer que uno es sino que va siendo...
ResponderEliminarAbrazo.
Un placer leerte hoy y siempre
ResponderEliminarMuchas gracias, Mucha, y que estés allí ni te cuento...
ResponderEliminarAl final el gran soñador fue nuestro padre Cervantes, que soñó que era a la vez Don Quijote y Sancho, o no soñó nada, simplemente (¿simplemente?) se dejó llevar por su natural empatía con la gente, la gran lección de El Quijote.
ResponderEliminarSimplemente genial, Juan, una vez mas. Muchas gracias...
ResponderEliminarAy los sueños esos que a veces nos confunden y es que nuestro subconsciente a veces nos gasta travesuras jugando a tener otra identidad, de todas formas ¿qué haríamos sin los sueños?
ResponderEliminarCreo que ya me puse al día con tus entradas, no parece hayas publicado tantas, así que me alegra haber leído todas y estar al corriente, amigo mío, porque es un deleite disfrutar del arte de tu poesía.
Besos enormes y feliz noche.
Muchas gracias, María. Tal cual. Soñar te permite jugar con tu identidad. Inmejorablemente expresado.
ResponderEliminarAbrazos y más abrazos.