Quema la noche
En mi mirada me adentro
Buscándote
Hasta vislumbrar tu imagen
Rastreando tus ecos
Vaga la luna desnuda
Como una hembra en celo
Sedientas las horas
Persiguen tu olor a fuego
Lejos una lengua de agua
Lame incesante
La ladera de un cerro
Anida la brisa
Entre las ramas del bosque
Un oleaje de nubes
Inflama de tormenta el cielo
Ondulan las sombras
Evocan tus formas
Arde la carne del aire
Tiemblan sinuosas
Quema la noche
Incendia hasta el alba
Quisiera volver a verte
Aún a riesgo de cegarme
Hasta que te hagas recuerdo
Para que ya no pueda olvidarte
Empezar la mañana leyendo estos versos que calan tan hondo, es ver el sol en un día nublado.
ResponderEliminarLa parte final de tu precioso poema, me ha trasladado a mi mundo de múltiples quimeras y he escrito:
En las noches de insomnio, cuando todo está en calma, y mi mente inquieta no deja de trabajar...
Necesito llenar el vacío del que se aqueja mi alma y busco esa imagen que no llego a encontrar.
Quisiera atraparla, estrecharla en los brazos, mirarle a los ojos y decirle lo que no escuchó jamás, pero las horas lentas se pasan, mi paciencia agotan y mi amor, cual tizón encendido, siento que lo deseo todavía más.
Cariños.
kasioles
Muchas gracias, Kasioles, por tan entrañable comentario. Que un poema o que incluso un verso apenas puedan impulsarte a escribir "tan sentidamente" es como mágico. No sé definirlo realmente. Sólo me queda releerlo y agradecerlo por siempre.
ResponderEliminarAbrazo inmenso una vez más amiga.
"...los ecos de tu imagen"
ResponderEliminarMagnífico poema. De los que más me han gustado entre los últimos que has escrito.
Muchas gracias, Juan. A veces salen, a veces se quedan en un envión y uno después farfulla versos de descarte, a veces uno garabatea sin sentido y finalmente algo encuentra, a veces nada... pero, como sea, siempre estás allí para alentarme. Gracias de vuelta.
ResponderEliminarBellísimos, intensos y sentidos tus versos, la verdad es que brillan en la noche entre los ecos de tus palabras y la luna se queda contemplando y asombrada tanta calidez en tu poema, mi querido amigo Carlos.
ResponderEliminarDecirte que me han encantado es poco, realmente me han impresionado por tanta belleza y sensualidad como en ellos transmites, son para leerlos una y otra vez, para admirarlos en la noche y también en el día.
Pero ahora desde mi noche, te leo, y vuelvo a leerte, y te mando un fuerte aplauso, mi admirado poeta, por esta obra de arte que me ha maravillado.
Un placer disfrutar de tus versos, amigo mío.
Besos y feliz noche.
Muchas gracias, María amiga, y por partida doble, diría: por tu elogioso comentario y porque reconozco en varios versos, aunque no podría precisar cuáles, tu influencia. Como antes decía, a veces el poema sale y creo que este fue el caso, sí, porque logré cierta introspección de mi deseo no de alguien que hoy me atraiga en particular sino de alguien que existe sólo en mi recuerdo, por eso es que traté de adentrarme en mi mirada (trate de hacerlo con la libertad con que a vos te sale hacerlo) deseando "volver a mirarla hasta que sea recuerdo y no poder olvidarla..." como efectivamente (léase conscientemente) me pasa.
ResponderEliminarEl placer sigue siendo todo mío querida poeta. Feliz noche y feliz vida. Besos y abrazos.
El olvido no viene de golpe.
ResponderEliminarsiempre hay un recuerdo en lo que vivimos
El pasado aparece
y me inquieta
ya que no lo quieren
tus letras me llegan y casi no duermo
pero vivo
Mil abrazos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue lindo!
ResponderEliminarUna suave piel de nostalgia que viaja por la sensual geografía del recuerdo.
Abrazos poeta.
Muchas gracias, Mucha. "El olvido no viene de golpe". Cierto es una larga construcción. En cambio el recuerdo suele ser un instante.
ResponderEliminarMil y un abrazos querida amiga.
Muchas gracias, Adriana. Linda? Qué bella tu frase: "Una suave piel de nostalgia que viaja por la sensual geografía del recuerdo..." Envidiable realmente.
ResponderEliminarAbrazos a tu poesía Adriana! Gracias de vuelta!
Bellísimos estos versos casi evanescentes, Carlos.
ResponderEliminarA veces en el recuerdo reencontramos a la persona perdida. El amante se hace real cuando ya no está. Otras veces no. Se diluyen sus recuerdos como sombras en un estanque...
Felicitaciones por tanta belleza
Abrazos
Ana
Muchas gracias, Ana, también por tanta belleza de sentimientos. Siempre.
ResponderEliminarAbrazos agradecidos.
A fuerza de amar... el amor se hace recuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es precioso y el final es maravilloso. Si hay recuerdo, no hay olvido.
ResponderEliminarUn gran poema
Muchas gracias, Rafael. Tan impecable como lo dices. Esa fuerza, cuando existe, ni la puede el olvido ni deja de hacerse recuerdo.
ResponderEliminarAbrazo.
Muchas gracias, Alicia. No pueden co-existir ni convivir. Nada tan cierto como eso. Gracias de nuevo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario tan profundo y tan real.
ResponderEliminarTenía que volver a decirte que me he alegrado muchísimo que mi receta funcionase, a mi familia les encanta y tienen fiesta siempre que hago esas costillas con la coca cola y cebolla.
Cariños.
kasioles
Muchas gracias a vos, Kasioles, por la magia de tus textos y sabores...
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ResponderEliminarHoy ha florecido el amor y la primavera en tus versos, Carlos. Enhorabuena.
No los dejes escapar.
Cariños, tangos y días felices, para vos
Muchas gracias, Soco. Ciertamente, me suenan tangueros estos versos. Nada disfrutaría más que no dejar escapar esa inasible instancia que a veces se da cuando escribís. Pero es imposible. Como viene, se va. Y lo peor es que nunca sabés si volverá.
ResponderEliminarAbrazos agradecidos una vez más.
Poema con mucho ritmo lleno de sentimientos nobles, Carlos.
ResponderEliminarBelleza cálida en tus palabras.
Un poema para profundizar en el alma.
Un beso muy grande y gracias por compartir tanta exquisitez.
Ana
Muchas gracias, Ana. Sí, tiene como una cadencia que (cosa rara) me encanta.
ResponderEliminarAbrazo grande querida amiga.