domingo, 26 de marzo de 2017

Haiku's subitus ---






Siempre que morí
Nunca estuve en mí  
Para vivirlo


21 comentarios:

  1. Interesante este haiku desbiográfico.

    Morir, no sentir, no contar...

    Volver a la vida, sentir, contar...

    Un haiku para pensar...

    Un beso, Carlos
    Ana

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Ana. Me levanté balbuceándolo. Y así lo subí. Se me hace cada vez más sugerente con las horas.

    Un beso y un abrazo, Ana querida.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Me pasó y aún recuerdo las estrellas
    beso

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias, Mucha, y te creo, absolutamente.
    Beso y abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias, ReltiH. Así salen las cosas... Y sí, son un poco la filosofía de uno.

    Abrazo grande.

    ResponderEliminar
  7. En la vida también hay instantes de muerte, no todos se dan cuenta de ello.
    Lo ideal sería poderlos contar.
    No conocía esta faceta tuya, es el primer haiku que te leo, eres una cajita de sorpresas agradables.
    Cariños y buen fin de semana.
    Kasioles

    ResponderEliminar
  8. Muchas gracias, Kasioles, y qué bien lo dices, como siempre, si algo valoro de vos es que sabes decir. Instantes de muerte que con la misma lógica (hoy que he tenido una pérdida) me animo a pensar (creer) que en la muerte también deben existir instantes de vida.

    Muchas gracias de nuevo, amiga. Abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Donde dice pérdida por favor lee la más grande pérdida...

    ResponderEliminar
  10. Siento mucho por tí esa pérdida, Carlos, pero seguro que es como dices: "en la muerte también deben existir instantes de vida". Vamos a quedarnos con eso.

    ResponderEliminar
  11. Siento mucho la partida de tu madre, cuando se van "las queridas viejas" algo de nosotros se va con ellas...lo bueno es haber tenido la dicha de que nos la prestaran por un tiempo.
    "Lito" me acompañó en un trance jodido poco antes que Lydia mi viejita* se fuera físicamente de mi vida.

    Un súper-abrazo Carlos!

    ResponderEliminar
  12. Querido amigo: Hoy quisiera poder expresar en letras mis más sinceras condolencias.
    Por desgracia, sé algo de pérdidas y, pese a que ya se han pasado años, yo creo que nunca llegamos a superarlas de todo, ojalá que tú tengas más fortaleza que yo y afrontes mucho mejor algo que es ley de vida y que está muy por encima de nuestra voluntad.
    Hoy me gustaría que te llegase un abrazo muy especial, lleva cariño, comprensión y energía positiva para que te sea más llevadero tu caminar.
    Kasioles

    ResponderEliminar
  13. Muchas gracias, Juan, hoy más que nunca. Sí, quiero quedarme con eso y con la inesperada sonrisa que me regaló apenas unas horas antes de quedarse dormida para siempre, digo inesperada porque en su estado hacía tiempo ya que ni abría los ojos y porque durante un largo lento momento (y te juro que no exagero) detrás de la máscara de oxígeno me sonrió como uno de esos soles crepusculares de los cuadros de quien ya sabes. Me quedo con eso de por vida. Abrazo, amigo!

    ResponderEliminar
  14. Muchas gracias, Adriana. Me reconfortan tus palabras con tanto sentimiento. Lo bueno, como decís, cuánta razón tenés una vez más, lo bueno fue haberla tenido y (agregaría) es el orgullo de tenerla en mi corazón y formación senso-mental para siempre.

    Siento además (aunque tardíamente) que hayas tenido que pasar también por el trance de ver partir a "tu viejita". Abrazo en el alma, Adriana.

    ResponderEliminar
  15. Muchas gracias, amiga Kasioles, por tan entrañables palabras (y el sentimiento que les pones) que te aseguro me llegan e impactan profunda y especialmente. Ojalá pueda yo tener la dignidad con la que murió mi madre. Creo que ahí en su muerte me dejó su última enseñanza para que pueda lograrlo.

    Te mando otro grande y fuerte abrazo, Kasioles.

    ResponderEliminar
  16. ¡Qué bueno, Carlos!
    Quédate con eso, por favor: "me sonrió como uno de esos soles crepusculares de los cuadros de quien ya sabes".

    Un enorme abrazo, amnigo.

    ResponderEliminar
  17. Amnigo quiere decir amigo, naturalmente, qué desastre!

    ResponderEliminar
  18. Así fue y así me lo quedo, amigo, como un antídoto para ciertos momentos muy fieros y duros que hay que vadear...

    ResponderEliminar
  19. Gracias por tus letras en mi espacio, siempre me haces reflexionar.
    Yo también quisiera transmitirte un despertar con fuerza de esa resiliencia que todos llevamos en potencia, te vendrá bien para estos momentos de soledad.
    En tus peores momentos, recuerda aquellas palabras de San Agustín: No nos entristezcamos por haberla perdido, alegrémonos por haberla tenido.
    Cariños en el corazón.
    kasioles

    ResponderEliminar
  20. Alguna vez estudié a San Agustín. No debe ser casual que lo cites. Bob Dylan le dedicó una hermosa canción, que te recomiendo y ahora mismo me pongo a escuchar, de nuevo agradecido, Kasioles, por tus alentadoras palabras. Abrazo.

    ResponderEliminar