Arrancaba del cielo
De madrugada
Y dentro de un frasco
De dulces las guardaba
820. (Viene de entrada anterior) …De todos los
gatos que creó y pintó Théophile-Alexandre Steinlen, el más famoso sin duda
alguna es el del mítico cabaret “Le Chat Noir”, a partir del cual realizó
infinidad de variaciones y que es posible encontrar en absolutamente todas las
tiendas de souvenirs de París y verlo reflejado incluso en bolsos, remeras y
otras prendas como un ícono más de la llamada “Ciudad Luz”.
819. Théophile-Alexandre Steinlen, nacido en
Lausana el 20 de noviembre de 1859 y fallecido en París el 14 de diciembre de
1923, fue un pintor, grabador, ilustrador, cartelista y escultor anarquista
suizo, nacionalizado francés en 1901; orgulloso dibujante de estilizados gatos
realistas, adoraba a los gatos y tenía ocasión de observarlos con detenimiento
durante horas porque acogía a muchos en su casa de Montmartre. Durante toda su
vida bocetó, pintó y esculpió gatos de todo tipo, desde delicados esbozos a
carboncillo hasta un famoso mural de tres metros de ancho con decenas de gatos
adorando a una deidad felina, pasando por magníficos bronces… (Continúa en
próxima entrada)
818. «A Cristina le gusta la vida arcana y
vagamente peligrosa de sus cuatro gatos, les sigue el rastro por las grandes
plazas de Roma, o recoge otros de entre las ruinas, los lleva a casa si están
abandonados o enfermos. Siempre ha tenido gatos, desde pequeña. En Florencia
tuvo a Pimpi, un duendecillo de color ambar que vivía encaramado a su máquina
de escribir y como silueta lo hacía aparecer entre garabatos y dibujos en las
cartas a sus amigos. Los primeros años en Roma tuvo a Gasparina, así llamada en
honor a la poeta Gaspara Stampa. Después otros muchos, entre ellos Crispino,
Belisario, Nasseer, Ghigo, Donna Chemina, además de infinidad de pequeños y
feroces felinos de muy pocos centímetros. “Son muy tiernos y maravillosamente
discretos. Siempre algo nos enseñan con sus vidas”, solía decir de ellos
Cristina.» (“La vida secreta de Cristina Campo”, semblanza sobre la notable
escritora, poeta y traductora italiana escrita por Cristina De Stefano)
817. "Tal vez dije algo que le dio que
pensar que odio a los gatos. Pero señor, soy uno de los más fanáticos amantes
defensores de los gatos que hay en este mundo. Ódielos, y lo odiaré yo a usted
con toda mi alma. Incluso si me causaran alergia toleraría tal situación como
sea. ¿Acaso puede usted entender eso?” (Raymond Chandler en sus “Memorias”)
816. “Los gatos son parte indisoluble de mi vida
y mi trabajo, y una decisiva influencia en
mi música y mis letras. No concibo mi vida sin gatos. Han estado conmigo desde
que tengo memoria y estarán conmigo hasta mi último aliento. Hasta en mis
peores momentos interiores, jamás dejaron de acompañarme”, declaró Igor
Fedorovich “Yegor" Letov, músico y poeta ruso de rock.
815. “¿Quién dice que este gato es sólo un gato?
/ ¡Qué poco le conocen la mirada / o la forma que tiene de enroscarse /
volviéndose un halcón alucinado!...” (Fragmento del poema “Quién dice…?”
publicado en “Poemas para un Gato” de 2004 por Winston Orillo, gatófilo poeta
peruano)
814. «En inglés existe la locución "grin
like a Cheshire cat" (sonreír sardónicamente como un gato de Cheshire). Se
han propuesto varias explicaciones. Una, que en Cheshire vendían quesos en
forma de gato que ríe. Otra, que Cheshire es un condado palatino (o earldom) y
que esa distinción nobiliaria causó la hilaridad de los gatos. Otra, que en
tiempos de Ricardo Tercero hubo un guardabosque, Caterling, que sonreía
ferozmente al batirse con los cazadores furtivos. En la novela onírica Alice in
Wonderland publicada en 1865 Lewis Carroll otorgó al Gato de Cheshire el don de
desaparecer gradualmente, hasta no dejar otra cosa que la sonrisa, sin dientes
y sin boca. De los Gatos de Kilkenny se refiere que riñeron furiosamente y se
devoraron hasta no dejar más que las colas. El cuento data del siglo XVIII.»
(Texto de “El Libro de los Seres Imaginarios” de Jorge Luis Borges con
ilustraciones de Silvio Baldessari)
813. “Eran batallas nocturnas crispadas de celos y ensañadas persecuciones, a veces presididas por una pálida luna asombrada, mientras los millones de ratas romanas se apretaban con terror en las cañerías rotas o en las calladas bocas de las alcantarillas. Ahora, he visto alguna vez, salir ratas de ellas y atravesar, tranquilas aunque sigilosas, la calle, en la pausa impuesta por algún semáforo a los automóviles, yendo a buscar algo que les interesaba en el cordón de la acera de enfrente y volviendo veloces a la boca de donde habían salido. ¿Qué será de Roma sin sus gatos…?” (Fragmento de “Gatos, gatos y más gatos” de Rafael Alberti)
812. "Estaba recostada en la cama anoche
pensando en tener otro gato…" cuenta Joni Mitchell. Es un domingo a
principios del verano y está sentada en el patio trasero que ella llama
Toscana. Detrás tiene un comedero para pájaros lleno de visitantes hambrientos
y aludiendo a su nuevo gatito, Bootsy, continúa:"…Y este tipo aparece en
la puerta alrededor de la medianoche, maullando." Un gatito de color
marrón claro con largas patas blancas y de apenas unos meses de edad se cobija
mimoso sobre su hombro. “Espero que nadie venga a reclamarlo”, me guiña un ojo
Joni en voz baja.” (https://www.theguardian.com/)
811. ¿Por qué a los gatos les brillan los ojos en
la oscuridad? Una de las muchas peculiaridades que tienen los gatos es la
eficaz visión nocturna que les facilita moverse con soltura y poder ver
aquellos objetos o presas (si están cazando) con muy escasa luz. Les son de
gran ayuda para moverse fácilmente los sensores que tienen en cada una de las terminaciones
nerviosas de sus bigotes, cejas y bajo la barbilla, aunque es fundamental para
ellos la curiosa morfología de sus ojos. Por un lado las características
pupilas rasgadas verticalmente que les permiten un mayor control sobre la luz
que entra en sus ojos. En la oscuridad la pupila se abre hacia ambos lados
permitiendoles captar mucha más luminosidad; sin embargo, durante el día se contrae,
quedando gracias a su forma elíptica como si de una rendija se tratara,
pudiendo controlar y graduar y adaptarse mucho mejor al exceso y los cambios de
la luz, todo lo cual se debe a un tejido situado detrás de la retina conocido
como ‘tapetum lucidum’, el que les permite aumentar la luz captada, al actuar
como un espejo que la refleja hacia el exterior. El tapetum lucidum es también
responsable de que cuando fotografiamos a nuestro gato utilizando un flash
salga con los ojos coloreados. (Extractado de
http://nuncajamascocker.blogspot.com)
(Ilustran obras de
René Magritte)
810.”Todavía no todavía / el cielo se llama cielo / el perro perro
/ el gato gato / Todavía mi nombre es Jorge / ¿Pero mañana / cuando me llame
perro / el perro Jorge / el gato cielo / el cielo gato? / ¿Mañana cuando tu
pierna / se llame brazo / tu brazo boca / tu boca ombligo / tu ombligo nada?”
(Caso nominativo, poema del multifacético artista peruano Jorge Eduardo Eielson,
quien desarrolló una amplia obra en el ámbito literario como escritor, poeta,
periodista, dramaturgo y ensayista, y en el campo visual a través de la
pintura, la escultura y la fotografía)
809. “Lo que trajo el gato”, maravilloso relato de Patricia
Highsmith que forma parte de su libro ‘La casa negra’: «El gato hizo un ruido
más prolongado en su trampilla y, ya con la negra cola y los cuartos traseros a
manchas dentro de la casa, retrocedió tirando de algo hasta que pasó por el
óvalo de plástico. Lo que había metido en casa era blancuzco (…) ¡Son dedos
humanos! dijo Phyllis. Todos miraron incrédulos acercándose despacio desde la
mesa de juego. El gato miraba, orgulloso, las caras de los cuatro humanos que
estaban contemplándolo. Gladys contuvo el aliento. Los dos dedos estaban muy
blancos e hinchados, no había rastro de sangre, ni siquiera en la base de los
dedos, que incluía unos cinco centímetros de lo que había sido la mano.»
(Destacado por Fabiana Scherer en su pormenorizado artículo “La vida literaria
de los felinos” del 7 de agosto de 2021 para La Nación)
808. “Tengo sesenta y un años, me encuentro en el otoño de mi
vida. He vivido un nanosegundo en una mota de polvo del mundo que nos han
concedido, incomprensible y monstruoso. Pero este instante que vivo ahora, en
mi terraza, con un café, junto a mi gato birmano, con las bolas del escaramujo
sobre mi hombro, compensa por completo la locura del ser y del no-ser y, como
una fotografía en la que el otoño brilla con todas sus fuerzas, demuestra que
el instante es más importante que la eternidad… Miro a mi gato birmano,
literalmente idéntico a los birmanos de hace cientos de años, con unos ojos tan
azules que parecen recortados y como si a través de ellos se viera el cielo,
con unas patitas blancas que parecen haber caminado por una bandeja de nata, y
pienso en el frágil edificio de la literatura. Escribo literatura desde hace
cuarenta años, leo desde hace muchos más. Toda mi vida ha girado en torno a la
literatura. No he sido, en definitiva, como le escribía Kafka a su amada, «otra
cosa que literatura…» Pero nunca me he denominado a mí mismo escritor.”
(Extractado de “La Utopía de la Lectura” del poeta y prosista rumano Mircea
Cărtărescu)
807. “Los gatos son perfectos, tanto que, en efecto, los seres humanos
vivimos buscándoles sus defectos, hasta comprobar que nosotros somos los
imperfectos.” (Yukio Mishima (1925-1970), novelista poeta, dramaturgo y
ensayista japonés)
806. Autorretrato de Paul G. Oxborough con su gato Murph. Paul es
un destacado pintor norteamericano nacido en 1965, egresado del College of Art
de Minneapolis y del Atelier Lesueur. Ha expuesto sus obras en la Galería
Nacional del Retrato Británica y de Escocia, y en el Museo Smithsoniano. En
varios de sus trabajos se las ha arreglado para incluir gatos.
805. Entre 1966 y 1968 se emitieron en Estados Unidos 120
capítulos de la serie Batman. Uno de los personajes malvados era Catwoman
(Gatubela en Latinoamérica y Gatichica en España). Julie Newmar dio vida al
personaje durante las dos primeras temporadas, pero fue sustituida en la
tercera y última por Eartha Kitt, actriz que representa a Catwoman en la
imaginación de todos los fans. Le bastaron cinco episodios para conseguirlo,
quizá porque era ágil, bella y misteriosa como una gata. No olvidemos que Orson
Welles la describió como “la mujer más interesante del mundo”. Eartha Kitt no
se limitó a meterse en la piel de Catwoman, también adoraba a los gatos en la
vida real y durante muchos años apoyó a la ASPCA (Sociedad Americana para la
Prevención de la Crueldad hacia los Animales), de la que fue portavoz en junio
de 2003 durante la campaña “Adopte a un gato de refugio”. También prestó su
nombre al programa de adopción “Kitt for Cat” de la North Shore Animal League
(Liga Animal de la Orilla Norte) y visitaba regularmente su sede para obtener
fondos. (https://gatosyrespeto.org)
804. Jack Kerouac en “Big Sur” narra el momento en el que recibe
la noticia de la muerte de su amado gato Tyke: «Habitualmente la muerte de un
gato significa poco para la mayoría de los hombres, mucho para unos pocos, pero
para mí, y más tratándose de Tyke, fue lo que la muerte de mi hermano menor.
Amaba a Tyke con todo mi corazón, era mi niño que de bebé dormía en la palma de
mi mano con su cabecita colgando o ronroneando durante horas en esa posición…»
803. Edward Lear bailando con su gato Foss, ilustración de Peter
Bailey. «Esta es mi contribución a la
exposición organizada por Linda Hughes y Andrew Baker en The Poetry Cafe,
Covent Garden, Londres, para celebrar, junto a los más prestigiosos
ilustradores, el bicentenario del nacimiento de ese gran hombre que fue Edward
Lear. » (Texto publicado por Peter Bailey el jueves 26 de mayo de 2012 en su
blog personal http://peterbaileyillustrations.blogspot.com/2012/)
802. «Soy como un gato. Cuando algo me gusta, lo quiero oler y
relamerme… Un gato, ¿me entendés?, y como gato que soy me da exactamente lo
mismo que exista una sociedad llamada "Memoria" o un departamento de
propaganda del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética,
aparte de provocarme la más absoluta indiferencia quién es o deja de ser el
Presidente de Estados Unidos, incluso si hay uno... ¿Por qué sería yo superior
a un gato?» (Joseph Brodsky, poeta rusoestadounidense nacido en San Petersburgo
y fallecido en Nueva York)
801. "Ven, acércate más... / Eres mi oportunidad / de
acariciar al tigre / y de citar a Baudelaire.” (“Gato” de José Emilio Pacheco)
Un crítico dijo una vez
"Rimbaud no sabía lo que escribía"
Pero cómo lo hacía, respondí
Esa es la cuestión
¿Cuál sería su magistral intención
Si es que alguna tenía, como Poeta
En tanto la suya, señor crítico
Exuda altanería, queda expuesta
Rimbaud de ninguna manera dijo jamás
"Yo soy otro", se lo traduce mal
Sino "Je est un autre", con lo cual
"Yo es otro", su fiel traducción
Tal vez pudiera aludir
(Y digo tal vez porque con él nunca se sabe)
A que el Poeta encontró a alguien dentro de sí
O bien, a que identificó a un Otro que estaba afuera
De quien él mismo se creía que era
Porque además de haber sido un renegado social
Rimbaud todavía es Otro
Un Otro capaz de una poesía inmortal
Un poeta que en apenas cinco años de escritura logró ser
Para siempre Rimbaud
En tanto usted, señor crítico, ¿quién es?