(Jean Cocteau y Leo Coleman por Philippe Halsman,
1949)
Hoy los hechos están sujetos a interpretaciones
De modo que sólo existen versiones acerca de lo
sucedido
Sucesos no definitivos, en efecto inacabados
Donde lo objetivo y lo subjetivo respecto de lo que ha pasado
Colisionan en permanente contradicción
Como elementos de una realidad en continua construcción
Y de imprevisibles derivaciones… De ahí que pienso que
Es un hecho que nunca debiera darse por hecho ningún hecho
Es un hecho que nunca debiera darse por hecho ningún hecho
Como ordenar las piezas de un puzzle, lo que antes encajaba, ahora resulta imposible, la realidad se dispersa, se agrupa, vuelve a construirse y colisiona y al hacerlo también lo hace la certeza, o eso creo, que el día va siendo complejo.
ResponderEliminarMi beso, Carlos
ResponderEliminarQué difícil determinar los hechos cuando sólo tenemos nuestra propia versión de lo que vemos dado quien somos, o las versiones de otros dado lo que pueden ver... La porción objetivable de la realidad es cada vez menor.
En cualquier caso, para mí ha sido una liberación saber que lo que veo es sólo mi interpretación de los hechos. Y que ésta puede variar.
Interesante reflexión
Un abrazo
Una vez más agradecido por tu aliento e inspiración, Mujer Virtual.
ResponderEliminarBesos y abrazos, amiga. De corazón.
Exacto, Alís, el ojo ver de acuerdo a su concepción, somos lo que vemos, lo que sabemos, cómo nos formamos...
ResponderEliminarAbrazo grande.
Eventi della vita ai quali ognuno di noi dà un diverso significato
ResponderEliminarUn saluto,silvia
Troviamo significati diversi rispetto alla realtà stessa. E la cosa migliore è che forse nessuno di loro ha ragione.
ResponderEliminarGrazie mille Silvia. Un grande abbraccio!
que bello lo que escribes y lo que se siente cuando te leo
ResponderEliminarY me gustó escribirlo. Cosas que pasan...
ResponderEliminarBesos Mucha. Muchos.
Los hechos nunca acaban, como tampoco las interpretaciones, son ilimitadas, interesante tu reflexión, Carlos.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias María. Es esa pretensión de no dar nunca por terminado nada.
ResponderEliminarAbrazos hasta allá...