Son House llegó esa noche al puterío
Donde un pibe tocaba una Kalamazoo KG-14
Sin la quinta cuerda
Y al verlo no le dio tiempo a nada
Lo retó, lo hizo mierda
¡Oh, Lord! ¡Nunca vi a nadie tocar tan mal la
guitarra
Sobre esta maldita tierra!
Y el pibe guitarra en mano lejos se fue a llorar
Allá por donde los caminos se cruzaban con su destino
En el alma tanto le dolía la vergüenza
Que la luna que lo iluminaba
De pronto se puso negra
Y tan sincero era su dolor que el Diablo se le apareció
Porque le tuvo pena
Y fue en el cruce de la 61 con la 49
Que su silencio se hizo furor
El Diablo agarró su guitarra y con sólo afinarla
Todo le enseñó
Vio las vías del tren desiertas como un infinito
diapasón
Y así Robert Johnson amaneció rezando
Acordes de amor en vano que fueron religión
Después tocó en galpones y bares para ganarse la
vida
Donde fuere que se cansara hacía su cama
Nunca le hizo caso a ninguna ley
Ni asco a ninguna apuesta
Y a veces también se metía en peleas por nada
Una tarde de sábado lo hicieron grabar sus 29 blues
En el Gunter Hotel de San Antonio, Texas
Un gambler lo retó a duelo de madrugada
Y rápido como sus dedos lo sobó
Hasta hacerle jugar su mujer a las cartas
En eso se le irían sus últimas horas en Greenwood
Lo que no imaginó fue que ese cornudo
Un brindis sin rencores después le invitaría
Con un whisky antes mezclado con estricnina
“Temprano en la mañana mi Señor vendrá a salvarme”
Dicen que cantó en doliente agonía
Nos dejó los blues llenos de luz que el Diablo le reveló
Nos dejó los blues llenos de luz que el Diablo le reveló
Sólo una duda su historia me dejó
Por la que le preguntaría:
Vos no eras de andar mucho con Dios en la boca
Robert Johnson… ¿A quién entonces te referías?
(Love in vain blues takes 1 & 2)
(Crossroad blues)
Así son los genios: atrevidos, de vidas azarosas, ignorados y hasta despreciados... pero finalmente grandes e inmortales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Impecable comentario, Rafael. Muy agradecido.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Así sos vos, tal cual así te imagino
ResponderEliminarme sonrío mientras escribo ...
Es de noche y sin estrellas
La luna está medio dormida en mi cielo
Un abrazo poeta :)
Hablando de poeta. Muchas gracias màgica Mucha. Otro abrazo...
ResponderEliminarEs medio dia el sol brilla y tus versos dejan recuerdos
ResponderEliminarMuchas gracias inolvidable Mucha...
ResponderEliminarFormidable Carlos me encanto! Un abrazo feliz!
ResponderEliminarMuchas gracias siempre Carmen por tan alentador comentario.
ResponderEliminarMe encantó escribirlo y, cosa increíble, hoy por la tarde me enteré que fue en el día en que se conmemoraba un nuevo aniversario del fallecimiento de Robert Johnson. 16 de agosto. Increíble!
Abrazo grande!
Me ha encantado este poema.
ResponderEliminarMe alegra que regreses al blog.
Besos
Muchas gracias, Anna. Igualmente.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Adorei ouvir este cantor de blues, Robert Johnson: um cantor que ficou imortalizado.
ResponderEliminarUma boa semana.
Beijos.
Magnífica entrada homenaje a un grande!
ResponderEliminarTus letras avivan el fuego sagrado de su música.
Besos poeta.
Seu comentário me deixa muito feliz, Graça. Muito obrigado.
ResponderEliminarUm abraço!
Muchas gracias Adriana querida. Robert Johnson es demasiado grande, no? Apenas 29 blues llenos de su luz para siempre.
ResponderEliminarAbrazos inmenso iluminadora amiga.
Muy de acuerdo con lo que dice Rafael, así son los genios, inmortales.
ResponderEliminarUn bonito homenaje que has hecho, amigo Carlos, un placer haber disfrutado y comentado en esta tarde tus entradas.
Besos enormes, mi admirado poeta.
Muchas gracias, María, pienso igual, y muy feliz de que estés ahí, además, con toda la poesía que tienes para dar.
ResponderEliminarAbrazo inmenso y agradecido una vez más.
¡Qué bueno! Genial. No lo había leído hasta hoy, ya digo que he estado fuera de los blogs unos días.
ResponderEliminar"¿A quién te refrías, Robert Johnson?"
¡Qué repaso a la corta vida de Johnson!
Te voy a fusilar (con tu permiso) este poema para incluirle en la serie "Literatura y Jazz" del "Crepúsculo".
Todo tuyo, Juan. Agradecido y honrado, también conmovido. Me gustó escribirlo, como me gusta escuchar cada una de sus 29 joyas. Me lo disparó la anécdota con Son House. Agradecido también a él.
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