Genji deseaba a la doncella
Entre los postigos, la espiaba
Dormida
en lo oscuro
Bañada
de luz de luna
Desnuda
como una perla
Mientras
afuera
La
noche cálida paseaba su fragancia
En
el silencio colmado de cigarras
Como
una flor blanca
Salpicada
de gemas de rocío y estrellas
En
sueños, temblaba la doncella
Genji
tampoco podía evitarlo
Y, mientras la espiaba
Ansiaba
beber el aire de su respiración sofocada
Las
lágrimas anegaban sus párpados cerrados
Sus
pestañas dispersas como juncos en la orilla
Parecía
que sus ojos fueran de agua
Mientras
se derramaban
Por
sus mejillas
Genji
aborrecía a quien fuera que la doncella soñaba
Ya veo que la novela de Genji te inspira. Magnífico.
ResponderEliminarGracias de nuevo...
ResponderEliminarPor alguna razón no puedo entrar en tu blog para leer Las Zorras y Las Uvas de Samaniego. ¿Sabés por qué?
No te preocupes, eso ha sido un fallo mío. El post de la zorra y las uvas saldrá más adelante, de momento sigue el último post de los trovadores.
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