miércoles, 2 de agosto de 2023

Bolsa de Gatos 1031/1040





1040. Un lugar para pasar una bella tarde caleña. “El Gato del Río” es una moderna estatua de bronce realizada por el pintor y escultor colombiano Hernando Tejada y uno de los sitios más emblemáticos que adornan las riberas del río Cali donde además pueden verse sus “novias” que son 15 gatas ubicadas en las cercanías, cada una de estás mininas con un significado y una historia diferente, creadas todas por diferentes artistas en homenaje al autor popularmente conocido como Tejadita, orgullo de la ciudad. Está instalado en el oeste de Cali donde la brisa caleña es una delicia, lugar perfecto para pasar la tarde, tomarse un vinito o sacarse fotos mientras pasean por la zona y visitan otros lugares como San Antonio, la estatua de Belalcázar y el Museo de Arte Moderno de la Tertulia, entre otros. (Encontrado en el sitio de turismo y paseos https://www.minube.com/)





1039. Hazel Scott fue una virtuosa pianista de música clásica y cantante de jazz que incursionó también como actriz en el cine norteamericano, además de destacarse como activista en contra de la discriminación y la segregación racial. En la portada del semanario Jet aparece con su siamés en brazos junto a un epígrafe que alude a “su revelador costado”, que no era otro que su devoción por los gatos, por supuesto.





1038. Un cardenal en su corte de gatos. La web culturizando.com ofrece una breve y curiosa semblanza del todopoderoso cardenal francés Richelieu, un enamorado compulsivo de los gatos, a los que (nunca mejor dicho) trataba con “honores de Estado”. Sus nombres delatan cada peculiar personalidad: Félimare (atigrado), Gavroche (semi-angora), Gazette (muy indiscreto), Lucifer (negro como el azabache), Ludovico el cruel (inveterado asesino de ratas), Ludoviska (amante polaca de Ludovico el cruel), Mimi-Paillon (un angora dorado), Mounard le Fougueux (follonero, ladino y caprichoso), Perruque (peluca), Pyrame y Thisbé (se profesaban una mutua atracción y llevaban el nombre de los dos amantes de la mitología griega), Racan (nombre de poeta y académico), Rubis sur l’ongle (Rubí sobre la uña, bebía su leche siempre hasta la última gota), Serpolet (adoraba el sol) Soumise (Sumisa, a la que el cardenal calificaba como su gata dulce y cariñosa, por lo que era su favorita. Más allá de la anécdota y de las peculiaridades de cada uno de los mininos, el caso evidencia que existía un hilo que unía la sensibilidad para las artes y las letras del alto dignatario con su dedicación entusiasta hacia sus felinos. (https://www.catanddogtank.com/)





1037. “No me sorprende la invisibilidad de los gatos / La sospechaba desde niño / Los comprendo / Conocemos lo peligroso del hombre con miedo / Ahora que sé que no se esconden / Aprenderé de su ausencia / Ser invisible puede serme útil / En un mundo donde todo está a la vista” (“Gatos”, poema de Jorge Santkovsky)





1036. “Los amantes fervientes y los sabios austeros / Aman igualmente, en la estación madura / A los gatos poderosos y serenos, orgullo de la casa / Que como ellos son friolentos y sedentarios / Amigos de la ciencia y la voluptuosidad / Buscan el silencio y el horror de las tinieblas / El Erebo los habría tomado por sus corceles fúnebres / Si pudieran al yugo inclinar su altivez / Toman al meditar las nobles actitudes / De las grandes esfinges estiradas en el fondo de las soledades / Que parecen dormirse en un sueño sin fin / Sus caderas fecundas están llenas de chispas mágicas / Y partículas de oro, tal como una arena fina / Estrellan vagamente sus pupilas místicas” (‘Los gatos’, poema de Charles Baudelaire, analizado verso a verso por el filólogo y lingüista ruso Roman Jakobson y el antropólogo, etnólogo y filósofo oriundo de Bélgica Claude Lévi–Strauss en un imperdible volumen editado en 1962 con el homónimo título de ‘Los gatos de Charles Baudelaire’)





1035. “Te contaría que en la casa de enfrente otra vez pusieron lucecitas de Navidad, que la glicina está a punto de florecer y que me intriga saber de qué color serán los pétalos cuando se abran. Te diría que hoy anduve en bicicleta, que después llegué a casa y me tiré en el sillón, que recorrí con mi mente cada milímetro de tu cuerpo y que mi gato me preguntó por vos. Te diría que el silencio es un espacio que se hace y que tu miedo también es el mío, que extraño tirarnos sobre el piso de madera a respirarnos, que te pienso y que pensarte es otra forma de amor. (“Ninguna palabra tuya”, prosa poética de Leila Sucari, escritora y poeta argentina, ganadora en 2016 del Premio del Fondo Nacional de las Artes por su novela "Adentro tampoco hay luz".)





1034. «En el hall de la estación advirtió que faltaban treinta minutos. Recordó bruscamente que en un café de la calle Brasil (a pocos metros de la casa de Yrigoyen) había un enorme gato que se dejaba acariciar por la gente, como una divinidad desdeñosa. Entró. Ahí estaba el gato, dormido. Pidió una taza de café, la endulzó lentamente, la probó (ese placer le había sido vedado en la clínica) y pensó, mientras alisaba el negro pelaje, que aquel contacto era ilusorio y que estaban como separados por un cristal, porque el hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del instante.» (Fragmento de “El Sur”, célebre cuento de Jorge Luis Borges, aquí fotografiado por el gatófilo siciliano Ferdinando Scianna)





1033. Maxwell El Gato Mágico, publicado el 29 de marzo de 1980 en el periódico Northants Post por Jill de Ray (un alias de Alan Moore). Jill de Ray es un seudónimo en “homenaje” a Gilles de Montmorency-Laval, barón de Rais, más conocido como Gilles de Rais, un noble y asesino serial francés del siglo XV que luchó en los últimos años de la Guerra de Los Cien Años al lado de Juana de Arco. Alan Moore, además de amante de los gatos, es el escritor y guionista británico creador de cómics tan destacados como Watchmen, V de Vendetta, Swamp Thing, From Hell y The League of Extraordinary Gentlemen, por lo que ha sido considerado por wikipedia como el «mejor escritor de historietas de la historia».





1032. “Un gato, cuando se siente a gusto, emite un sonido difícil de describir: algo entre el rumor de una tormenta lejanísima, el rodar de un tren de mercancías que cruza durante la noche un puente de madera y el zumbido del agua a punto de hervir. Es uno de los sonidos más agradables que existen y se llama ronroneo” dice la prolífica escritora alemana, critica literaria y periodista Elke Heidenreich.





1031. Me enorgullezco de mi gato Émile y cada día soy más consciente de cuánto me enseñó, cuánto le debo y hasta qué punto su lealtad, su nobleza y su inocencia me acompañarán de por vida. También su partida me ha hecho comprender aún mejor el dolor y desgarramiento que padecen los que pierden un ánima que aman. No hay consuelo posible. He recibido un mail de mi buena amiga y alumna Yanela Pildain que ha perdido a su gato Soni y está descorazonada, pero encuentra aliento en la meditación. Estoy muy agradecido por la extraordinaria acogida que está obteniendo mi libro, el muy sentido homenaje a Émile, "Lo que aprendí de mi gato Émile". (Publicado en ramirocalleoficial su cuenta de Instagram)


7 comentarios:

  1. No hay nada comparable a la sensación y la emoción que despierta el roce con un gatito. Sus muestras de cariño, sus miradas, su maravilloso porte paciente y lejano. Me pasaría horas inventando historias mientras los miro. Preciosa entrada, amigo mío.

    Mil besitos más con mi cariño ♥

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  2. Hola Carlos. Se agradece esta nueva bolsa.
    Me queda "haciendo ruido" ese poema de Jorge Santkovsky
    Me parece genial.
    ¡Y ni hablar que debe ser una belleza ese lugar de Cali!
    ¡Claro que el ronroneo es uno de los sonidos más agradables! Y provoca felicidad.
    Es impresionante lo fuerte que ronronea "mi gato medio tiempo"
    Abrazo ¡buen finde! (Acá hiper recontra nevado, mucho más de lo que se ve en las fotos que publiqué)

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  3. Esta bolsa vino cargada a tope.

    Te dejo dos párrafos que encontré por ahí, porque ese señor debería tener su propia sección dentro de la Bolsa:

    Borges decía que el haiku fija en pocas sílabas un instante, un eco, un éxtasis. Así también son los gatos, un día están y otros no. Pero como el poema, están en la memoria como un leve arañazo al descuido.

    Borges amaba a los tigres y sentenció que Dios creó al gato para que el hombre pudiera acariciar al tigre.

    Abrazazo!

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  4. Esos gatos siempre memorables...volveré a leerlos, como sea igual atraen...buen pasar por ahí...

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  5. Bueno Volví a leer bien y me gustaron mucho las reseñas, me pareció increíble la colección gatuna del 1013... Me gustó el gato come ratas, me imagino que trabajo nunca le faltó y comida extra 😄
    Los demás como siempre marcan huellas en sus dueños.
    Gracias por tus palabras.
    Abrazo 😺😺😺😺

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  6. Fantástico como siempre este profundo homenaje a los gatos.
    Has traído al gran Ramiro y a su gato!
    Los gatos viven en esa otra realidad, como dice Borjes, por ello pueden enseñarnos...
    Y esto... me encanta:
    “Un gato, cuando se siente a gusto, emite un sonido difícil de describir: algo entre el rumor de una tormenta lejanísima, el rodar de un tren de mercancías que cruza durante la noche un puente de madera y el zumbido del agua a punto de hervir. Es uno de los sonidos más agradables que existen y se llama ronroneo"
    Bravísimo por ti, por ellos.
    Un fuerte abrazo!

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  7. Yo, como Richelieu, también le pingo el nombre a los gatos (y perros) que me han acompañado y acompañan. Ahora es Poe. Imaginarás su color. Sonrío.
    Borges y sus gatos siempre me tocan el corazón de manera especial. Tengo una foto de él con Beppo buenísima. En realidad tengo varias de él con sus gatos.
    El poema de Santkovsky es delicioso.
    Me gustó especialmente esta Bolsa de gatos :)

    Abrazo, Carlos.

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