870. “El gato se queja tras la ventana. Quiere
entrar. Piensas en cómo convivir con un gato y sus exigencias te hacen
reflexionar sobre las cosas más simples. Por ejemplo, la necesidad del gato de
entrar en la casa, y lo bueno que es que pueda. Lo piensas, y tus pensamientos
te absorben de tal forma que no dejas entrar al gato, se te olvida dejarlo
entrar, y el gato sigue tras la ventana, quejándose. Te das cuenta de que no lo
has dejado entrar y piensas en lo raro que resulta que, pensando en las
necesidades del gato y en las ventajas de convivir con las simples necesidades
de un gato, no hayas dejado entrar al gato sino que lo hayas dejado en la
ventana quejándose sin parar, y entonces, mientras lo piensas, y piensas en lo
raro del asunto, dejas entrar al gato sin darte cuenta de que lo estás dejando
entrar. Ahora el gato salta a la encimera, se queja, reclama su comida. Ves que
el gato se queja, exige su comida, pero no piensas en darle de comer porque
estás pensando en lo raro que es que hayas dejado entrar al gato sin darte ni
cuenta, y entonces ves que reclama su comida y que no le estás dando de comer,
y, mientras piensas en lo raro que es que no lo hayas oído quejarse por su
comida, le das de comer sin darte ni cuenta de que le estás dando de comer…” ('Distraída',
relato corto de la escritora estadounidense Lydia Davis)
869. «Sé amable con los gatos o te mato…» Keanu
Reeves dijo que se trata de una foto trucada, de una fake, pero que piensa igual que como el epígrafe. "Y lo pienso muy en serio. Me mortifica la sola idea de
que alguien pudiera lastimarlos o agredirlos. Que lo sepan!!”
868. Cuentan que
Mark Twain no podía vivir sin sus gatos y puesto que trasladarlos a todos era
imposible, para ir de vacaciones o cuando debía viajar por algún otro motivo,
solía “alquilar” unos gatos como compañía. Según un artículo publicado en New England
Today, el episodio más famoso de alquiler de gatos por parte del memorable
escritor ocurrió en Dublín en 1906. El biógrafo de Twain, Albert Bigelow Paine,
estaba allí cuando el autor alquiló tres gatitos durante el verano. A uno lo
llamó Saco. Los otros dos eran idénticos y les puso un nombre conjunto: Ashes.
Luego, al emprender la vuelta, se ocupó de dejarlos al cuidado de gente de su estrecha
confianza o entre los admiradores que lo frecuentaban. Sin duda, una anécdota muy típica de Mark Twain.
867. (Viene de entrada anterior 866) …Poco tiempo después, Walter se graduó en la Universidad de Nueva York y decidió dedicarse a la fotografía, y era tan hiperquinético, divertido y travieso su gato que comenzó a fotografiarlo hasta llegar a ser publicado en varios números de la célebre Revista Life y en el National Geographic. Luego vendrían 70 años de carrera y 90.000 fotos de gatos en su galardonado currículum. Nada menos. (En imagen vemos a Loco, el gato de Walter Chandoha, en una de sus primeras fotografías en 1949)
866. Walter Chandoha, famoso fotógrafo
especializado en retratar gatos, falleció en Nueva Jersey el 11 de enero de
2019 a la edad de 98 años. Podría decirse que su historia con los gatos comenzó
en 1949 cuando caminaba ocasionalmente por Queens y encontró perdido en la
nieve un gatito que luego decidió llevarse a casa. Era su recordado gato Loco,
"el que hizo que me convirtiera en fotógrafo de gatos", como Walter más
tarde evocaría. Era una noche gélida, cuando regresaba de su clase en la
universidad a su apartamento y "tiritando de frío el futuro se me apareció
en forma de bolita de pelos". La soledad y desamparo de ese cachorrito
gris marengo en las nevadas calles de Nueva York lo conmovió... (Continúa en
entrada próxima 867)
865. “Recordé entre otras cosas a los gatos,
muchos, que siempre acompañaron a las hermanas Zambrano. El poeta cubano y buen
amigo de ellas, José Lezama Lima los recuerda en unos versos hilarantes: María
se nos ha hecho transparente/ no le teme al fuego ni al hielo / Tiene los gatos
frígidos y los gatos térmicos / Aquellos fantasmas elásticos de Baudelaire la
miran tan despaciosamente que María temerosa comienza a escribir…” evoca Luis
Antonio de Villena en http://www.ieturolenses.org/
864. “Borges / Mi
viejo siamés / ha encanecido mejor que su amo / Tiene el bozo color de
la canela / poco platica / y sus ojos azules no delatan ni odio ni envidia / ni
asco / Pero no acepta que Luna / la chica que ahora me corteja / más bella que
Selene / comparta el sueño con este pobre viejo que se ha rendido a los ardides de la bella / Antes, dormía
inmensamente solo / ahora prohíbe mi
sueño con sus desagrados / ¡Nadie sabe para quien trabaja!” (El poeta
colombiano Harold Alvarado Tenorio escribió este poema para su siamés Borges)
863. “Los gatos del Hermitage”, poema de Ana
Muela Sopeña: “Bajo el museo existen unos sótanos con pasillos enormes /
Setenta gatos pueblan el subsuelo / Los hermosos felinos saben ser defensores
del arte / Tienen funciones importantes: / exterminar o ahuyentar las ratas que
amenazan con destruir las obras.” (“Los ojos de los gatos alucinan sabiendo que
custodian el arte de los siglos. Defienden la belleza de los roedores
destructivos. Son ángeles guardianes del patrimonio histórico que guarda en su
memoria lo importante. Estos seres divinos conocen su función y no se inmutan.
Así, nosotros los humanos podríamos, sin pausa, aprender de estos amigos
poderosas lecciones singulares. Algunos
de estos gatos tienen nombres curiosos como Verenka, Shurochka y Sergo…” nos
cuenta la Poeta en su imperdible blog http://www.laberintodelluvia.com/
862. “Me agrada frecuentar mujeres bellas / ¿Para
qué mentir sobre ciertas cosas? / Les digo más: / me agrada placticar con ellas
/ aunque no hablemos más que de sonseras / El ronroneo para las invisibles
antenas / es estimulante y delicioso a la vez.” (“Gato domesticado”, poema de
Ezra Pound)
861. En gatosporlostejados.blogspot.com (su blog personal) Lola Mariné escribe a modo de bienvenida: “El escritor, la escritora, como gatos por los tejados observan la vida a su alrededor desde la distancia, aparentemente impasibles; pero en algún momento una palabra, un gesto o una mirada empiezan a configurar en su mente una historia y no recobran el sosiego hasta que se sientan a escribirla. Espero que este blog sea un lugar de encuentro entre personas interesadas por la cultura en general y por la literatura en particular, y -afinando un poco más- por la creación literaria, en especial. En él compartiré mis inquietudes, mis reflexiones, mis acuerdos y desacuerdos con el mundo, con la vida y conmigo misma. Personalmente me declaro demócrata, feminista (creo que cualquier mujer en su sano juicio está en la obligación de serlo), liberal y agnóstica. Espero que entre tod@s logremos hacer de este tejado un lugar agradable, vivo y participativo para ‘gatos y gatas’ inquiet@s.” (Lola Meriné en la foto con Aggie, el gato de la conocida librería parisina Shakespeare & Company)
Cuando pueda con tranquilidad entraré a leer este post, no quiero forzar mucho la vista, aun acuso ciertas lecturas amigo.
ResponderEliminarUn gran abrazo Carlos.
Otra recopilación de buenas anécdotas gatunas. La de Twain me ha encantado, y el texto de Ana Muela es muy original, esos gatos guardianes me recordaron a los gatos sagrados de Egipto.
ResponderEliminarAbrazote gatuno!
Genial adoro esta sección. Te mando un beso .
ResponderEliminarHabía oído la historia de Mark Twain y me parece maravillosa. Lo de Keanu Reeves también. Es un ser humano increíble.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Carlos. Feliz día.
Una personalità fascinosa davvero quella del gatto!
ResponderEliminarSereno giorno Carlos,silvia
Bueno, creo que para quienes amamos a esos seres siempre es un placer revisar esta bolsa.
ResponderEliminarA mi me pasa lo mismo que a Keanu Reeves y lo de Mark Twain es por lo menos raro. ¡Alquilar gatos! Si yo lo hiciera, luego tendría que llevarlos conmigo porque los extrañaría tanto y porque -ilusa de mi- ellos también me extrañarían
Abrazo va
No sé cuántas fotos le hago a Will, he perdido la cuenta, pero cada monería suya me pinta sonrisas, así como esta entrada, amigo mío. El amor de un gato, su compañía, la belleza de su porte y su calor.
ResponderEliminarMil besitos más con mi cariño y feliz día.
Otra interesante, curiosa y buena bolsa gatuna.
ResponderEliminarImpresionantes esos compañeros inseparables que son los gatos. Me encantan.
Abrazo agradecido y gatuno amigo mío.
Hola, Maite-Volarela: Gracias por tu comentario. Efectivamente... los gatos son sagrados y custodian lo importante. Con su mirada infinita nos recuerdan que la vida es apasionante y que el silencio lo es todo.
ResponderEliminarDisfruté leyéndo, Carlos. Sin embargo, el texto que más me gusta sobre gatos, es la oda de Jorge Luis Borges... ¡Miiiiauuuu! Abrazo.
ResponderEliminar~~~
Y que lindo estás vos con una gatita entre manos... (me encanta esa foto) 😻
ResponderEliminarBeso grande.
Todos los gatos y gatas seguramente están más que contentos con tantas dedicatorias; me gusta seguir leyendo estos artículos gatunos, siempre novedosos.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Estas bolsas de gatos son como las bolsitas que se llevan de souvenir los chicos cuando van a un cumpleaños. Siempre llenas de sorpresas.
ResponderEliminarCon lo de Keanu recordé una noticia que vi por TV, de un futbolista de la Premier League creo, que pateaba a su gato. Triste. Creo que el club o la liga lo sancionaron económicamente cuando se difundieron los videos, que te recomiendo no veas.
Abrazazo!
Miuauuu!!!
ResponderEliminarLos gatos deberían hacerte un monumento por tu pasión y cariño hacia ellos. Hemingway también los adoraba y su cada en Key West está todavía llena de ellos.
Abrazos, estimado gato ;)
su caSa
ResponderEliminar